El caso de la detención de Brittney Griner tiene paralizado a los Estados Unidos. La jugadora de los Phoenix Mercury se encuentra retenida en una prisión de Rusia, cerca de Moscú, después de que fueran hallados en su equipaje varios tubos de aceite de cannabis para vapear. Desde entonces, está acusada de contrabando de drogas.
En Rusia, tener este tipo de drogas es ilegal y Brittney podría enfrentarse a una condena de incluso 10 años de prisión. Estados Unidos está intentando su traslado antes de que eso ocurra mediante el habitual intercambio de presos. Sin embargo, las negociaciones se están demorando por las exigencias de Rusia en esta gestión. De momento, el estado soviético se ha asegurado su retención hasta el mes de diciembre.
Para intentar agilizar el caso, Griner asumió que el cannabis hallado era para su consumo personal, pero que el hecho de llevarlo a Rusia fue un error que no cometió adrede, si no que fue fruto de las prisas y que lo introdujo en su maleta sin recordar que en Rusia estaba prohibido. Además, su consumo no se debe a un uso recreativo de esta sustancia, si no totalmente medicinal para tratarse dolores crónicos de sus lesiones.
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La extensión del cannabis
Dentro de su defensa, Brittney Griner aseguró que el consumo de cannabis no se debía a la intención de tomar una droga por diversión o por una necesidad adictiva. Se trataba de una forma de tratar sus dolores crónicos en la espalda, los tobillos y las rodillas, las zonas en las que más lesiones ha sufrido esta jugadora de 31 años y que ha sido doble medallista olímpica además de una de las mayores estrellas de la WNBA.
El caso de la detención de Griner se ha convertido en una cuestión de estado para el país americano. Sin embargo, la situación ha dejado muy tocado a un sector importante del deporte estadounidense, ese que se declara abiertamente consumidor de cannabis o conocedor de sus beneficios médicos. Muchos de ellos defienden que tiene un poder relajante más efectivo y natural que muchos medicamentos como los analgésicos.
Uno de los espacios en los que el cannabis ha tenido un mayor campo de batalla ha sido el baloncesto, concretamente la NBA. Siempre ha circulado el rumor de que la mejor liga del mundo cuenta con muchos jugadores que son habituales consumidores. Sin embargo, desde el año 1999 se hacen controles de manera periódica para la detección de esta sustancia. Antes, el consumo de cannabis estaba más que normalizado. Aún así, ahora solo una sucesión de positivos provoca sanciones considerables.
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De hecho, durante la pandemia suspendió los controles admitiendo que algunos jugadores hacían uso de esta sustancia para superar sensaciones de estrés o ansiedad durante los periodos de confinamiento. El objetivo siempre ha sido perseguir las sustancias que contribuyen a mejorar el rendimiento deportivo.
Uno de sus mayores exponentes fue Shawn Kemp, estrella de los Seattle SuperSonics y retirado desde 2003, quien reconoce que lo consumió durante casi toda su carrera. Aseguraba que cuando se marchaba a su casa, "fumaba hierba" para poder calmar su cuerpo. En su caso, estaba relacionado con la inflamación crónica que sufrían sus rodillas y sus tobillos por el desgaste de su actividad deportiva.
Para Kemp, la detención de Brittney Griner en Rusia es una clara muestra de que el mundo tiene que aprender mucho todavía en función al consumo y a los usos del cannabis. Además, cree que es necesario investigar más sobre estas sustancias que pueden tener algunos efectos nocivos, pero también tienen importantes beneficios para el cuerpo, especialmente aquellos que están tan castigados como el de los atletas de élite. Sus consumidores defienden que la marihuana es más saludable que otros medicamentos que suelen ser recetados de forma cotidiana.
Otra estrella del deporte americano muy tocado por el 'caso Griner' es Eugene Monroe, exjugador de la NFL. En su caso, también comenzó a usar esta sustancia para tratar el dolor provocado por estas lesiones. Nunca ha escondido que era su refugio ya que siempre encontraba un remedio que otros medicamentos no le ofrecían.
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De hecho, asegura que fueron esas pastillas que nunca llegaban a curarle las que le introdujeron en un proceso de adicción y dependencia a tomar algo y a visitar continuamente a los servicios médicos de su equipo. En el caso de la NFL, no fue hasta 2020 cuando se decidió relajar sus normas de control, permitiendo un consumo moderado y limitado.
Otras competiciones como la MLB eliminaron la marihuana de su lista de sustancias prohibidas en 2019. Solo se entra en casos en los que los efectos de esta droga conllevan a cometer otras infracciones o delitos. Por su parte, la NHL realiza pruebas de detección del consumo de marihuana, pero no sanciona a los jugadores por un resultado positivo.
El negocio del cannabis
El cannabis y sus derivados son sustancias que están muy introducidas en el universo del deporte y que como tales han permitido crear un imperio alrededor de su consumo. No solo importan sus fines terapéuticos para mitigar dolores, curar lesiones o proporcionar paz y tranquilidad. También se ha comprobado que ha supuesto una oportunidad de negocio para muchas estrellas y atletas.
Quizás el más famoso de todos sea Kevin Durant, de quien se sospecha que es consumidor habitual aunque él mismo nunca ha llegado a reconocerlo de manera oficial. El alero de los Brooklyn Nets, quien se encuentra en el mercado y que podría recalar en equipos como Los Ángeles Lakers o los Boston Celtics, se encuentra asociado a la empresa tecnológica Weedmaps que ayuda a los usuarios a encontrar dispensarios de marihuana. Siempre ha defendido que es necesario abordar los estigmas en torno al cannabis que todavía existen en el deporte y en el mundo.
La NBA supone un gran universo donde no es difícil encontrar jugadores que se han hecho un hueco en el negocio del cannabis de una forma u otra. Al Harrington, ya retirado, ha invertido en varias empresas que se dedican a este universo. Y el caso citado anteriormente de Shawn Kemp es similar, ya que posee participación en un dispensario de marihuana de Seattle que lleva su nombre.
El cannabis en el mundo del baloncesto no es solo cosa de hombres, ya que es muy famoso el caso de Sue Bird. La jugadora de la WNBA colabora con una marca que comercializa productos con cannabis para atletas. Otra leyenda como Lauren Jackson, además de reconocer que es feliz consumidora, se encuentra en el consejo asesor de una empresa australiana que vende productos relacionados con esta sustancia.
Los negocios de los deportistas con el cannabis se extienden a muchos frentes. En la NFL, uno de los casos más famosos es el de Eugene Monroe, que pasó de la consumición a la distribución tras invertir en varias empresas dedicadas a este sector. Situación muy similar a la que sucede con Calvin Johnson, estrella retirada de los Detroit Lions.
Investigación de beneficios y perjuicios
El uso del cannabis en materia médico-deportiva es muy conocido y tiene una antigüedad realmente considerable. Sin embargo, es cierto que todavía no se conoce lo suficiente. Por ello, aunque tiene beneficios probados, también tiene una serie de contraindicaciones que hacen que no todo sea siempre color de rosas. O que por el contrario, lo sea demasiado.
En paralelo al estallido del caso de Brittney Griner, la NFL comenzó una investigación con las universidades de San Diego y Regina para conocer los efectos de los cannabinoides -los compuestos del cannabis- en el tratamiento del dolor. Para ello ha invertido más de un millón de dólares. Una gran apuesta por el conocimiento de esta sustancia y por el intento de su normalización en caso de que se confirme lo que parece ser una larga lista de beneficios.
Los estudios realizados hasta hace pocos años se centraban en situaciones de abuso en el consumo del cannabis y en la comprobación de si mejoraba el rendimiento deportivo. Es decir, si suponía una sustancia dopante. Sin embargo, en el siglo XXI, y en especial en la última década, se han podido encontrar "evidencias sustanciales de que el cannabis es un tratamiento efectivo para el dolor crónico en adultos".
Por ejemplo, Kevin Boehnke, investigador del Centro de Investigación del Dolor Crónico y la Fatiga de la Universidad de Michigan, asegura que el cannabis tiende a ser más seguro que los antiinflamatorios, aunque reconoce que eso no significa que no esté exento de riesgos. Las conclusiones son que de momento no hay grandes indicadores que muestren que no pueda ser una herramienta más a utilizar cuando hay procesos de dolor continuado. El mayor peligro siempre es el riesgo que hay de caer en adicciones.
Uno de los caminos que muchos demandan es la legalización de la marihuana como sucede en otras zonas como Canadá. Allí se permitió y se regularizó a partir de 2018 y eso ha aumentado exponencialmente el número de investigaciones de carácter médico.
Una de las asociaciones más involucradas en la lucha por la legalización del cannabis en Estados Unidos es Athletes for CARE. Se trata de una organización sin ánimo de lucro que promueve la educación y la investigación sobre el uso del cannabis y el cáñamo como alternativas terapéuticas. Está parcialmente financiada por algunos fondos de empresas de productos y marcas de cannabis. Miembros como Riley Cote, exjugador de la NFL, o Anna Symonds, jugadora de rugby, han seguido muy de cerca la pesadilla de Brittney Griner.
Todos ellos esperan que el caso pueda resolverse cuanto antes y de manera satisfactoria. Además, creen esto debe suponer un antes y un después en la descriminalización del cannabis y en el asentamiento de la concepción mental de su uso con un fin médico.