Ray Castoldi, el hombre que anima los partidos del Madison Square Garden tocando el órgano
El músico es una de las grandes figuras aportando dinamismo en el pabellón durante los partidos de los New York Knicks, Rangers o los Giants.
13 enero, 2023 02:15El deporte, en su gran mayoría de las veces, está acompañado de música. Es innegable que cada estadio la utiliza para animar a sus aficionados antes, durante o después de los partidos. Se ha convertido en un elemento trascendental para dar emoción a los eventos deportivos y hay un lugar donde adquiere mayor importancia, es en Estados Unidos.
Se trata de Ray Castoldi, el encargo de aportar ese hilo musical en infinidad de partidos a lo largo de la temporada al otro lado del charco. Como si de una figura icónica, él es venerado, especialmente por los New York Knicks. Allí, en el Madison Square Garden, deleita a todos los aficionados con su talento en el órgano.
Una figura casi imprescindible para entender la música, mucho más arraigada en las competiciones estadounidenses que en las europeas. Castoldi podría ser perfectamente como aquellos jugadores a los que los Knicks les han retirado la camiseta, pues su presencia a lo largo de 34 años en el pabellón del equipo le ha llevado a convertirse en una leyenda icónica.
Acostumbrado a los himnos futbolísticos, donde los más destacados son el de la Champions League o la Euroliga en Europa y en España, la música ha ido adquiriendo un papel cada vez más importante para jalear a las masas o espolear a los deportistas. Un elemento clave para imprimir tensión o aportar emoción en determinados momentos.
Un arte que poco a poco parece irse diluyendo, aunque todavía resisten esos enamorados al órgano como Castoldi. Una profesión que todavía embelesa a todos aquellos que pasan por el Madison Square Garden, donde sus oídos son regados por melodías modernas combinadas con un elemento que es algo más que historia.
Ray Castoldi aka Phantom of the Garden, the organist at MSG for 34 years. @nyknicks pic.twitter.com/Jc8JsyEstV
— Nicolas Heller (@NewYorkNico) January 10, 2023
Icónica figura
Muchos recuerdan a Carmelo Anthony hacer magia por la pista, otros se acordarán del dominio que Pat Ewing tenía bajo los tableros. También los habrá que echen la vista atrás y vean las travesuras de J.R. Smith o los que sonrían al recordar los crossover de Jamal Crawford. Todos ellos vistieron la camiseta de los Knicks entre los 90 y la actualidad y todos tienen un denominador en común: el órgano de Ray Castoldi.
Pocas personas pueden presumir de haber visto prácticamente todos los partidos que se han sucedido en el Madison Square Garden desde 1989. Y una de ellas, por no decir casi la única es Raymond Castoldi. El director de música se ha convertido en todo un referente allí, donde es casi una leyenda de uno de los pabellones más icónicos a nivel deportivo.
El llamado "fantasma del jardín" no es tan reconocible como Jack Nicholson, en Los Angeles Lakers, o Spike Lee, uno de los más famosos seguidores de los New York Knicks desde hace varias décadas, pero sí sabe lo que es vivir cada partido. Precisamente el director de películas como Malcolm X o El Plan Oculto puede ser su gran rival a la hora de hacer recuento de encuentros vividos.
Welcome back my friends to the show that never ends #LGR @NYRangers #StanleyCupPlayoffs pic.twitter.com/0BmSAKOSxg
— Raymond Castoldi (@RayCastoldi) May 3, 2022
Sin embargo, su función es radicalmente diferente. Allí, Castoldi tiene el control absoluto de la música que se pone en cada partido que se disputa. Da igual que sean los Knicks que los Rangers (NHL) o los Liberty (WNBA), pues todo pasa por sus manos en el recinto deportivo desde 1989.
A través de su órgano consigue impregnar al Madison de un aroma diferente, lo dota un característico sonido que poco a poco se va abandonando en el mundo del deporte. Únicamente los Atlanta Hawks con Sir Forster mantienen esta antigua costumbre, que ya ha quedado reducida a los Dj's.
Una tradición icónica que sigue manteniéndose en Nueva York con el músico y su órgano. Además, también puede presumir de haber sido la única persona encargada de haberse encargado de ponerle melodía a los tres grandes equipos de la ciudad en una misma temporada. Ocurrió en 2014, donde se hizo cargo de New York Knicks, New York Rangers y New York Mets.
Palmarés increíble
Ray Castoldi puede presumir de tener una basta experiencia a sus espaldas a lo largo de su trayectoria como organista o director musical deportivo. Finales de la NBA de 1994, las Finales de la Copa Stanley de 1994, el Juego de Estrellas de la NHL de 1994, el All Star Game de la NBA de 1998 o las Finales de la Copa Stanley de 2014 son algunos de los eventos donde ha dejado su magia con su instrumento fetiche.
"Lo que me encanta de MSG es su historia. Todos los jugadores, artistas, humoristas que han pasado por aquí… Es increíble pensar que yo soy parte de esta tradición, de algo que quedará", recalca sobre el gran ambiente que vive cada vez que se presenta en el pabellón donde es el director musical.
Además, asegura que esa posición privilegiada le aporta un punto extra a la hora de observar y deleitar con los aficionados con sus melodías. Una ventaja de la que pocos disponen y de la que él saca el mayor partido posible en cada encuentro.
Hey it’s getting colder in here! #LGR @NYRangers @TheGarden pic.twitter.com/W9B3m2B19R
— Raymond Castoldi (@RayCastoldi) September 4, 2019
"Me encanta estar en esta posición, ver toda la energía que hay en el estadio. Trato de evocar emociones en las personas. Que no se preocupen por lo que sucede detrás de escena, que escuchen la música y se dejen llevar. Soy el mayor fan, el que tiene la voz más fuerte. Mis canciones simplemente reemplazan mis gritos", declara en una entrevista para The New York Times.
"Hay una tradición de órgano aquí en Nueva York. Es uno de los lugares donde comenzó en los días antes de que hubiera música grabada disponible", explica sobre su afición al órgano, que llega desde niño a sus 53 años. En concreto, Castoldi se recrea en cada partido con su inseparable Roland AT 900, el instrumento que le acompaña cada noche para llenar cada minúsculo recoveco del Madison Square Garden.