Un nuevo incidente bochornoso ha vuelto a salpicar al baloncesto griego. El ambiente en los pabellones helenos en ampliamente reconocido en Europa, pero en ocasiones a las aficiones se les va de las manos la situación y eso es lo que sucedió en el cuarto partido de la final de la liga que disputaban el Panathinaikos y el Olympiacos.
El choque se disputaba en el pabellón del Panathinaikos cuando, cerca del final del tercer cuarto y con los visitantes mandando de forma muy clara en el marcador, se desató una tormenta que obligó a suspender el encuentro. Desde la grada comenzó una auténtica lluvia de objetos en dirección al banquillo del Olympiacos que obligó a los colegiados a tomar cartas en el asunto y a detener el choque.
Se lanzaron vasos de plástico y botellas de agua en dirección a los componentes del conjunto visitante, así como algunos petardos que detonaron cerca de la zona del banquillo. Además, en la grada se encendieron bengalas por lo que el ambiente se volvió irrespirable y los jugadores tuvieron que marcharse a los vestuarios para evitar que la situación fuera todavía a mayores.
No sólo eso. En los primeros instantes del encuentro, Giorgios Bartzokas, el entrenador del Olympiacos, sufrió un ataque con punteros láser desde la grada. Por momentos, el técnico se vio envuelto en luces verdes con el consiguiente peligro que estos rayos conllevan si inciden directamente en los ojos.
El Olympiacos tenía todo en la mano para terminar proclamándose campeón de la liga griega en la casa del Panathinaikos, algo que los más radicales querían evitar que sucediera. Los visitantes mandaban en el partido por un claro 35-63 en el marcador cuando quedaba poco más de un cuarto para llegar al final del choque, y una nueva victoria les convertía en campeones.
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La serie marchaba con ventaja de 1-2 para el Olympiacos, por lo que un nuevo triunfo cerraba la eliminatoria al mejor de cinco partidos. Aún así, el partido se le dio por ganado al Olympiacos, por lo que el título de liga fue a parar a sus manos igualmente ante el bochornoso incidente vivido.
Los hermanos Antetokounmpo estaban presentes en la grada del OAKA, el pabellón del Panathinaikos, y tuvieron que ser evacuados ante el riesgo que corría su seguridad cuando se desató esta tormenta. Giannis Antetokounmpo, con la NBA ya terminada, había viajado hasta su Grecia natal para presenciar la serie en directo aunque el desenlace no fue el que esperaba.