La NBA se sumerge en el fenómeno Wembanyama. El ala-pívot francés aterriza en la mejor liga de baloncesto del mundo con la etiqueta de la estrella que volverá a cambiar el juego. Expectación máxima y no es para menos en vista de lo que es capaz de hacer un jugador de 2,21 metros de altura lejos de ser un interior al uso.

Victor Wembanyama, seleccionado por los San Antonio Spurs, es el número 1 del Draft más esperado desde que los Cleveland Cavaliers seleccionaran a LeBron James en 2003. Sin embargo, a algunos le genera dudas su físico (no alcanza los 110 kilos de peso) y creen que todavía debe mejorar mucho para dominar en una liga tan exigente.

Para más inri, se ha publicado un vídeo de Wembanyama que alimenta a sus críticos. En él luce ya la equipación de los San Antonio Spurs con su nombre y su dorsal 1. Se trata de una sesión de tiro filmada para retratar sus primeros momentos como jugador de la NBA, pero el resultado no es ni mucho menos el esperado.

 

Los continuos fallos desde media y larga distancia de 'Wemby', como se le apoda, han provocado un sinfín de comentarios negativos en las redes sociales. El jugador de 19 años no está ni mucho menos acertado en el tiro y hasta el mismo lo parece reconocer con su lenguaje corporal.

Ya se sabe cómo son las redes y un vídeo ha bastado para que algunos pase de reconocerle como la siguiente gran estrella de la NBA a una decepción casi de la noche a la mañana. Wembanyama tendrá tiempo para adaptarse a la liga y mostrar sus condiciones que le han llevado a generar unas expectativas brutales.

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Tendrá unos padrinos de lujo. Wemby agradeció a Tim Duncan, David Robinson y Manu Ginóbili por invitarle a cena nada más llegar a San Antonio y compartir con él sus experiencias en la NBA: "Aprendí más sobre la NBA en dos horas con ellos que en el resto de mi vida. Es bueno ver que esta gente tan importante para San Antonio es tan amable y generosa, querían genuinamente compartir sus experiencias", reveló en su rueda de prensa de presentación como nuevo jugador de los Spurs.

"Duncan me dijo que él sólo tuvo que mirar a David Robinson y seguir su camino, sabía que estaba en buenas manos", prosiguió, además de manifestar su ilusión por trabajar bajo las órdenes del técnico Gregg Popovich.

"Intento aprender para ser el mejor, pero no permito a nadie cambiar cómo quiero jugar. Ese es el camino para ser la mejor versión de mí. Fuera de la pista, quiero devolver el cariño a mis aficionados. Hay mucho que quiero hacer fuera de la pista", dijo.

"Tuve emociones, pero a la vez tuve muchas cosas por hacer tras el Draft, tuve dos horas de medios, y luego pasé tiempo con mi familia. Estoy disfrutando el momento", afirmó el francés. Le espera ahora una agenda muy intensa, con sesiones de atención a los medios, visitar casas para poderse "instalar cómodamente en la ciudad" y también un viaje a Oregón para conocer la sede de Nike.