La vida de Ricky Rubio se ha tejido con hilos de continuo crecimiento y transformación. Un continuo aprender y desaprender. Aun cuando todo se torcía o cuando tocaba el cielo con la punta de sus dedos, seguía asimilando la lección.
El base español ha tenido que vivir a marchas forzadas. Todo en la vida le ha venido de golpe. Debut en ACB con 14 años, medallista olímpico con 17, campeón de Euroliga con 19, llegada a la NBA con 21... Pero siempre ha mantenido los pies en el suelo.
Ahora ha llegado el momento de poner un punto y aparte. De ponerle freno a una vida frenética que le ha acabado afectando a su salud mental. Un nuevo proceso de crecimiento y transformación del que saldrá más fuerte.
"La barrera entre seguir y parar nadie la conoce mejor que uno mismo". Esto dijo Ricky Rubio en enero de 2022. Un año y medio después ha llegado el momento. El internacional español hizo oficial un "parón de la actividad profesional" para cuidar su salud mental.
"He decidido parar mi actividad profesional para cuidar mi salud mental. Quiero agradecer todo el apoyo que he recibido de la FEB para entender mi decisión. Hoy 'La Familia' tiene más sentido que nunca. Gracias. Pediría que se respetara mi privacidad para poder afrontar estos momentos y poder dar más información cuando sea el momento", anunció Ricky a través de un comunicado publicado por la Federación.
El MVP del Mundial de 2019, en el que España logró su segundo oro, no acudirá cuatro años después a la cita, que se celebrará en tres sedes (Japón, Filipinas e Indonesia). Su baja es un revés para el combinado de Sergio Scariolo, que pierde a uno de los pilares con los que esperaba contar para tratar de revalidar el título de campeón.
En el foco desde los 14
La estrella de Ricky Rubio comenzó a brillar el 15 de octubre 2005. Ricky tenía 14 años cuando debutó en ACB de la mano del por aquel entonces DKV Joventut. A esa edad cualquier niño está jugando a la PlayStation o haciendo los deberes. Él anotaba dos puntos en el Palacio Municipal de Deportes de Granada.
La 'Rickymania' comenzó y, desde aquel día, el chico de El Mansou pasó a ser toda una celebridad. Con 17 años consiguió la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Pekín y con 21 fue pick 5 en el draft de la NBA.
Desde muy pequeño fue sometido a una gran presión. Un talento tan grande no podía quedarse en el camino. "Al ser un niño, no eres muy consciente del mundo en el que entras. Lo único que haces es jugar y disfrutar. Mi último año en el Barça lo pasé mal, decidí a mitad de temporada que me iba a la NBA, y tuve muchas dudas de si iba a funcionar. Tenía mucha presión", afirmó Ricky Rubio en una entrevista con Ibai Llanos en 2020. "La palabra tiene mucho poder, se te queda grabada, y es muy difícil manejar la crítica", agregó.
En 2011, durante su primera temporada en la NBA, sufrió una rotura de ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. Un duro revés, donde la fuerza mental se volvió crucial. "Mi proceso de recuperación, en el verano de 2012, coincidió con el diagnóstico de cáncer de mi madre. Durante esa época me costaba concentrarme en el baloncesto. Es normal que pienses en todo, pero lo importante es quedarte con lo positivo porque de lo contrario sería mucho peor. Tienes que mostrarte fuerte", declaró en una entrevista ofrecida en 2021.
La salud mental, un tema tabú
En 2016 falleció su madre. Ricky Rubio pasó por una crisis anímica tan profunda que estuvo a punto de abandonar el baloncesto. "Cuando alguien que amas muere, es como si una niebla te envolviera. Así fue para mí. Me sentí sin dirección", explicó el base de El Mansou en una carta escrita al The Players Tribune en 2019.
A partir de entonces cambiaron sus objetivos vitales: "Comprendí que perder un partido pasaba a ser una minucia. Vi que, más allá del dolor que te pueda generar una derrota, hay espacio para mucho más dolor. Y por eso tienes que modificar tu escala de valores. Para mí se abrió un proceso que podía haberme destrozado", apuntó en la carta.
Ya en 2021, con 31 años, y después de sufrir una nueva rotura de ligamento, Ricky Rubio hablaba sin reparos acerca de la importancia de no tratar la salud mental como un tema tabú: "Hace unos años estaba mal visto que un deportista de élite hablara de la mente y las depresiones. En aquella época, un profesional tenía que ser un robot sin sentimientos. Ahora, por suerte, ha cambiado", declaró durante una entrevista al periodista Antonio Gil.
Además, recalcó la importancia para un deportista de élite de hablar acerca de temas personales ya que "muchas personas se pueden ver reflejadas y ven que los deportistas con éxito también tienen esos problemas".
Así afronta la vida Ricky Rubio. Aprendiendo de los malos momentos. Sabiendo que "no hay luz si no hay oscuridad" y con la idea clara de que "en los días malos hay que trabajar más para que los buenos sean mejores".
De momento toca parar. Veremos por cuánto tiempo. Serán Ricky Rubio y su salud mental quienes lo decidan.