Estados Unidos volvió a darse de bruces con la realidad. La gran favorita para alzarse con el Mundial de baloncesto ni siquiera acabó en el podio de la cita que se ha disputado en Filipinas, Japón y Tailandia. Un duro varapalo para un equipo que estaba llamado a dominar y que ha acabado sucumbiendo ante el poderío de las demás selecciones.
La derrota frente a Canadá pone en relieve el fracaso de Estados Unidos en este Mundial. Aspirantes máximos al oro se despiden sin conseguir medalla y con un cúmulo de sensaciones negativas. Una situación que vuelve a reabrir el debate de ese 'Dream Team', que parece amenazar a sus rivales cada vez menos.
Desde 2014, hace ya nueve años, Estados Unidos no consigue alzarse con la victoria en un Mundial de baloncesto, una larga sequía que se antoja excesiva para un combinado acostumbrado a aglutinar a las mejores estrellas del planeta. Sin embargo, parece que cada vez les cuesta más sumar victorias ante el creciente nivel de los jugadores europeos o de sus vecinos canadienses.
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La participación de Estados Unidos ha estado marcada por una serie de registros negativos que ponen en relieve la pequeña crisis vivida por el baloncesto del país en este tipo de torneos. Algo muy diferente a los de Juegos Olímpicos, donde siempre van con sus mejores galas para disputarlos.
Un fracaso sin contemplaciones que ha obligado a dar la cara a Steve Kerr, entrenador del combinado nacional del país. La "continuidad" ha sido el elemento sobre el que han virado, asegurando lo difícil que es construir un sistema de juego para unos jugadores que parecen más centrados en brillar por sí mismos que en el equipo.
Récords negativos
Lo cierto es que Estados Unidos ha dejado una serie de registros más o menos sorprendentes de su participación en este Mundial de baloncesto. La mala noticia para ellos es que la enorme mayoría son negativos, pues hace mucho que no sufrían de tal manera sobre la pista.
El primero de ellos es que la selección norteamericana ha perdido por primera vez en su historia una prórroga en un torneo absoluto. Frente a Canadá, Mikal Bridges estuvo a punto de cambiar el rumbo del partido en una juega increíble a falta de dos décimas para la finalización del partido. Sin embargo, los de Jordi Fernández les macharon en un tiempo extra casi impecable.
Los tres partidos perdidos en esta edición de la Copa del Mundo frente a Canadá, Alemania y Lituania han hecho que sea la tercera vez en la historia que esto ocurre en un gran torneo. Anteriormente, solo había ocurrido en el Mundial de 2002 y en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
Además, las dos ediciones seguidas del Mundial sin quedar entre los tres mejores son una situación difícilmente de ver en la selección de Estados Unidos. Hay que remontarse hasta principios de los años 60 y 70 para ver algo similar, ya que en las de 1963, 1967 y 1970 se quedó sin presea.
Autocrítica en Estados Unidos
La superioridad de Estados Unidos siempre ha sido una constante. En cada torneo se presentaban como los grandes favoritos, muy por delante de cualquier otro. Esa vitola les ha acompañado a lo largo de los años, pero parece ir desapareciendo poco a poco con el creciente nivel de las otras selecciones.
Esto ha hecho que los aires de superioridad hayan estado presentes en reiteradas ocasiones y la cita disputada en suelo asiático no ha sido menos. Los de Steve Kerr eran los grandes favoritos, especialmente tras su exhibición en los cuartos de final tras derrotar a Italia por casi 50 puntos.
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Sin embargo, primero Alemania en semifinales y después Canadá en la lucha por el bronce devolvieron a la realidad al baloncesto estadounidense. A través de su técnico, no les ha quedado otra opción que hacer autocrítica tras la debacle vivida en su último partido del torneo.
"Es difícil para nosotros construir continuidad con el Team USA. Lo que hemos intentado hacer es aprender lo que gana un partido FIBA. Nosotros realmente estudiamos todo sobre FIBA, la historia del baloncesto de Estados Unidos: cuándo ganamos, cuál fue la razón, y cuando perdimos, cuál fue la razón. Estudiamos todas esas cosas. No defendimos bien contra Alemania y Canadá y este es el resultado", declaró Steve Kerr antes de volver a Estados Unidos sin medalla.
No se quedó ahí el entrenador norteamericano, que también quiso romper una lanza a favor de las selecciones que disputan el torneo FIBA. Kerr dejó claro el buen hacer de sus rivales, que les han provocado que cierren su participación con tres derrotas en ocho partidos, una cifra muy elevada.
"No necesitaba ningún recordatorio. Estaba en el coaching staff de 2019 (la Copa del Mundo), cuando finalizamos séptimos. Estados Unidos no ha ganado un Mundial desde 2014, es duro. Estos equipos en FIBA son realmente buenos, bien entrenados, y ellos tienen continuidad", sentenció Kerr.
Ahora, es cuando se abre la puerta al regreso de los mejores jugadores en los próximos Juegos Olímpicos de París 2024. Ya se especula con la vuelta de los Kevin Durant, Stephen Curry o LeBron James. De hecho, el alero de los Lakers ya ha dejado un enigmático mensaje a través de un comentario en una publicación donde se especula con ello. Toda una declaración de intenciones para volver a ver la mejor versión del 'Dream Team'.