El Unicaja se encontró cómodo en el cuerpo a cuerpo del inicio, con Dylan Osetkowski muy enchufado, obrando siete puntos de los catorce de su equipo en los primeros seis minutos con superioridad de los malagueños (14-8). El Barça, con Thomas Satoransky llevando la batuta, intentó igualar el ritmo alto que impuso el equipo de Ibon Navarro, que trabajó bien la defensa del poste bajo tanto y mantuvo una pequeña ventaja el término del primer cuarto (24-19).
La diferencia estaba siendo muy ajustada y el Barça encontró su momento: 47-46 con tres buenos ataques que obligaron a un tiempo muerto a Ibon. Los de Joan Peñarroya cogieron oxígeno para afrontar el descanso de otra manera, perdiendo de un punto.
Lo que sucedió en la vuelta de vestuarios iba a marcar el partido. El Unicaja, puro nervio, llevó el partido a su terreno a base de velocidad, defensa y finalizaciones de dos jugadores capaces de generar tiros desde cualquier situación, Kameron Taylor (19 puntos) y Tyler Kalinoski (otros 19).
El final de partido no podía ser otro, máxima igualdad, duelos muy físicos y especial cuidado con las faltas, porque cada tiro libre iba a contar mucho, y cada defensa en estático también. Así, en esa situación, llegó un momento clave para el desenlace: una posesión del Unicaja a dos minutos del final, cerrada con un triple de Kendrick Perry delante de Kevin Punter para levantar al pabellón y poner el 93-86.