El triple problema de la ACB: menos españoles, poco relevo generacional y fuga de “cerebros”
Cada vez hay menos jugadores nacionales, tan sólo unas pocas promesas cuentan con minutos de calidad y la clase alta y media de la liga emigra, sobre todo a la NBA.
30 septiembre, 2016 00:08Faltan horas para que la temporada regular de la ACB arranque con la disputa del Real Madrid-Unicaja de Málaga (este viernes a las 20:00, Movistar Deportes 1). Nadie duda de que la liga española continúa siendo una de las más sobresalientes del baloncesto europeo. Posiblemente, la mejor del Viejo Continente. Sin embargo, esta evidencia casi empírica no sirve para esconder varios problemas que, lejos de ser menores, tienen la suficiente entidad como para causar cierta preocupación en nuestro deporte de la canasta.
Porque, mientras la selección absoluta celebra éxitos cada verano, el número de jugadores españoles cae en picado año tras año en la ACB. Entre medalla y medalla de las categorías inferiores del equipo nacional, apenas un puñado de jóvenes asoma la cabeza en la élite. Y, por si fuera poco, la NBA y otras ligas acaban llevándose a las estrellas de la competición, e incluso a jugadores más secundarios, antes o después.
Por separado, las tres casuísticas ya imponen. En su conjunto, forman una triple encrucijada de difícil solución para un campeonato cada vez más extranjero y veterano, con USA como espejo en el que mirarse y, al mismo tiempo, como gran amenaza. Sin duda, el análisis merece la pena.
Los españoles, en horas bajas
Lejos queda ya el 43% de jugadores españoles de la temporada 2013-2014, que ha ido disminuyendo año tras año a pesar de haber remontado un 40.6% de producto nacional en el curso 2012-2013: 39% en la campaña 2014-2015, 38.4% en la 2015-2016 y, como peor dato, 32% al inicio de la 2016-2017.
Estaríamos hablando de 62 nacionales y más de un 71% de extranjeros. La ACB ya fue la liga de baloncesto con más talento foráneo el curso 2014-15 (66.9%), repitió la pasada temporada (63.8%) y también lo hará ahora. De hecho, se da la circunstancia de que hay un equipo de la competición que no cuenta con ningún español de nacimiento en sus filas: el Baskonia, a pesar de que Ilimane Diop y Rafa Luz cuentan con la nacionalidad.
En el resto de equipos llamados a estar en la parte alta de la tabla, el Real Madrid, vigente campeón, cuenta con cuatro españoles. Más que Barça y Unicaja (tres), pero menos que Valencia Basket (cinco) y Gran Canaria (cuatro). El tope de jugadores nacionales lo marcan Joventut y Obradoiro con seis, y la mínima, exceptuando el caso del Baskonia, es para Andorra, con sólo dos españoles.
Por parte del resto de integrantes de la liga, Estudiantes, Zaragoza, Tenerife, Bilbao y Manresa cuentan con cuatro, mientras que Fuenlabrada, Murcia y Betis poseen tres. ¿Quiénes sobresalen entre los jugadores autóctonos? Los de casi siempre: Rudy Fernández, Llull, Felipe Reyes, Pau Ribas, Navarro, Claver, Mumbrú, Rafa Martínez, Sergi Vidal, Pablo Aguilar, Albert Oliver, Fran Vázquez, Javier Beirán, Carlos Suárez, Alberto Corbacho…
Debe haber al menos cuatro españoles en cada equipo ACB… o cuatro jugadores de formación: aquellos que, sin tener en cuenta su nacionalidad y edad, hayan disputado al menos tres temporadas (con seis meses de permanencia en cada una de ellas) en cualquier club español entre su primer año cadete y su primer año senior (ambos incluidos).
Esta figura y la proliferación de pasaportes exprés para convertir a los extracomunitarios en comunitarios pueden ser los principales motivos del descenso de jugadores españoles estos últimos años. Si un equipo logra hacerse por lo menos con cuatro extranjeros formados en nuestro baloncesto, problema resuelto. Y si consigue nacionalizados españoles o de otro país europeo, aún mejor. La materia prima local ha dejado de ser imprescindible.
No ocurre lo mismo en el caso de los banquillos, ya que 15 de los 17 entrenadores ACB son españoles. En pleno auge de los técnicos nacionales, la excepción la ponen Georgios Bartzokas (Barça) y Zan Tabak (Betis).
Menos jóvenes y menos oportunidades
Las edades medias de los 17 equipos ACB dejan claro que la liga gana en veteranía a pasos agigantados: 30 para Estudiantes, 29 para Real Madrid y Barça, 28 para Valencia y Tenerife… Hasta siete equipos (Joventut, Bilbao, Gran Canaria, Fuenlabrada, Andorra, Betis y Murcia) tienen plantillas con una edad media de 27. Por otro lado, Manresa y Unicaja presentan 26, mientras que Baskonia, Zaragoza y Obradoiro conforman los equipos más jóvenes con 25 años de media.
El tope de jugadores prometedores (hasta los 25 años) lo marca precisamente el equipo gallego, que cuenta con hasta nueve en sus filas. Le siguen Baskonia con siete, Bilbao y Murcia con seis, Zaragoza, Joventut, Gran Canaria, Betis, Unicaja y Manresa con cinco, Fuenlabrada, Andorra y Valencia con cuatro, Tenerife, Estudiantes y Barça con tres y, cerrando el círculo, Real Madrid, con dos. Que ambos 'cocos' del baloncesto español apenas den bola a los talentos emergentes (Doncic aparte) deja bien a las claras el auténtico papelón de las promesas para sobresalir en la liga.
Si vamos equipo por equipo, quizá Baskonia sea uno de los que más apuesta por ellas, con minutos para Larkin, Cooney, Diop, Shengelia y Luz. Fotu brilla en Zaragoza, donde Barreiro espera seguir creciendo; Abalde es la última gran esperanza de la cantera del Joventut; Dejan Todorovic quiere seguir los pasos de su tocayo de apellido Marko en Bilbao; Vezenkov, Eriksson y Peno parecen tenerlo complicado para contar con minutos de enjundia en el Barça.
En el Granca, Paulí y Pasecnicks parten con desventaja respecto a O'Neale, Salin y Planinic; Marius Grigonis parece ser el único joven con ciertas posibilidades de recorrido en Tenerife, como le pasa a Lluís Costa en Manresa; Hakanson, prometedor canterano del Barça, todavía podría volver allí, aunque ahora juega en Fuenlabrada, donde Diagné, Smits y Chema González buscarán su sitio.
Thanasis Antetokounmpo puede dar muchas alegrías en Andorra, donde también ha llegado un Burjanadze estelar en la LEB Oro. Jaime Fernández, Vicedo y Brizuela esperan dejar bien alto el pabellón del Estudiantes como jugadores de la casa. Quienes sobresalen entre los jóvenes en Sevilla son Marc García, flamante MVP del pasado Europeo sub20 y canterano del Barça, y Radicevic, formado en el ahora llamado Betis.
Luka Doncic continuará progresando en un Real Madrid donde contará con más oportunidades tras la marcha de Sergio Rodríguez, con Álex Suárez esperando su momento en una abultada rotación interior. Obradoiro será un buen vivero de talento, con Llovet, Yusta, Pustovyi o Pozas como mejores exponentes. Dani Díez, Alberto Díaz, Nedovic y Musli podrán demostrar de sobra lo que valen en Málaga, y lo mismo se espera que pase con Campazzo, Radovic, Delía y Billy Baron en Murcia. Por último, Dubljevic, Guillem Vives, Sastre y Oriola tendrán mucho que decir en Valencia.
La conclusión es que los jóvenes españoles tampoco son multitud en esta ACB. De los 48 destacados aquí, sólo 18 nacieron en nuestro país, por 30 extranjeros. Aún es más preocupante la falta de oportunidades para los menores de 21 años. Entre ellos, Marc García, Abalde, Barreiro, Yusta y Brizuela son quienes parecen tener más posibilidades de contar con minutos importantes. ¿Un problema de cara al futuro relevo generacional de la selección española? Así lo parece.
Fuga de “cerebros”, sobre todo a la NBA
La internacionalización de la mejor liga de baloncesto del mundo es un hecho: a 1 de septiembre, había hasta 132 extranjeros con contrato en Estados Unidos. Y, aun así, el 80% de los jugadores de la competición son estadounidenses, lo que supone una diferencia abrumadora con respecto al porcentaje de españoles en la ACB.
La cosa no termina aquí. De entre los 10 españoles que disputarán la NBA, cuatro acaban de aterrizar en USA procedentes de nuestra liga: Sergio Rodríguez (del Real Madrid a Philadelphia), los hermanos Hernangómez (Willy del Madrid a New York; Juancho del Estudiantes a Denver) y Álex Abrines (del Barça a Oklahoma).
Junto a ellos, otros ocho jugadores internacionales más: Maurice Ndour (del Madrid a New York), Satoransky (del Barça a Washington), Justin Hamilton (del Valencia a Brooklyn), Davis Bertans (del Baskonia a San Antonio), Kuzminskas (del Unicaja a New York), Yanick Moreira (del UCAM Murcia a Toronto), Brandon Paul (del Joventut a Philadelphia) y Nico Laprovittola (del Estudiantes a intentar ganarse un hueco en San Antonio).
Estas 12 bajas se suman a los jugadores con pasado ACB que ya competían en Estados Unidos, conformando hasta 45 ex del campeonato español: Ilyasova, Lauvergne, Singler, Domantas Sabonis, Porzingis, los Gasol, Ricky Rubio, Splitter, Scola, Prigioni, Marcelinho Huertas, Hezonja, Calderón, Ibaka, Mirotic y un largo etcétera.
Entre quienes han decidido hacer el camino inverso y pasar de la NBA a la ACB, destaca el mayor de los Antetokounmpo (de New York a Andorra), además de Shane Larkin y Bargnani (de Brooklyn a Vitoria). No obstante, la NBA no ha sido la única liga que ha pescado en España este verano. También lo han hecho la competición griega (Bourousis y Mike James al Panathinaikos), la turca (Alen Omic al Efes), la lituana (Lima y Pangos al Zalgiris) e incluso la china (Darius Adams al Xinjiang).
Así, la liga española se ha quedado, entre otros, sin su máximo anotador (Adams), su segundo jugador más valorado y MVP (Bourousis), su mejor joven (Juancho Hernangómez), su máximo asistente (Sergio Rodríguez) y su segundo mejor reboteador (Ondrej Balvin). La fuga de “cerebros” es tal que Álex Mumbrú es el único integrante del mejor quinteto de la pasada temporada que sigue en la competición.
El triple problema bien podría ser quíntuple y hasta séxtuple. Por un lado, debido a la visibilidad mediática/televisiva de la competición (¿Movistar +, solución por el lado de la calidad y el trato al baloncesto, pero problema en cuanto a las audiencias al ser una televisión de pago?). Por otro, dada la tambaleante sostenibilidad económica de algunos equipos (deudas, problemas con Hacienda, dificultades para encontrar patrocinios…) y los no ascensos ni descensos (con contadas excepciones).
Y, a pesar de todo, cuando se produzca el primer salto inicial liguero y la pelota naranja bote sobre el parqué, lo importante no serán nacionalidades, edades o altas y bajas. Lo será el baloncesto en estado puro. O, al menos, eso cabe esperar.