Pablo Laso y su Madrid se agarran al carácter frente a la “ansiedad” del Barça
El nuevo Clásico de este jueves a nivel europeo (20:45) se presenta marcado por la competitividad blanca pese a las derrotas y las dudas azulgranas precisamente por los tropiezos. En juego, no perder de vista los playoffs.
14 diciembre, 2017 00:48Noticias relacionadas
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Domingo 10 de diciembre, Palacio de los Deportes madrileño. Quedan 13 segundos de partido y el Real Madrid pierde por tres puntos ante el UCAM Murcia. Luka Doncic acaba de fallar dos tiros libres y Felipe Reyes ha cometido falta sobre Sadiel Rojas: todo parece decidido. Sin embargo, el jugador visitante tampoco encesta sus dos lanzamientos desde la línea de personal y Trey Thompkins, casi sobre la bocina, encesta un triple para mandar el encuentro a la prórroga. Ya en ella y de nuevo al filo de lo imposible, el norteamericano le da el triunfo definitivo a los blancos con otro acierto exterior: 87-85. A eso, en la capital española, se le llama carácter.
El triple ganador de @TreyThompkins en la prórroga. #LigaEndesa
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Mismo día, aunque horas más tarde, en el Palau Blaugrana. El FC Barcelona se mide al Iberostar Tenerife en casa y, al igual que su gran rival, se ve obligado a decidir su suerte en el tiempo extra. Juan Carlos Navarro es el gran héroe azulgrana durante los instantes decisivos. Anota los tiros libres que alargan cinco minutos más el duelo y también los que podrían haber significado la segunda prórroga del mismo. Podrían porque, a cinco segundos del bocinazo, Rodrigo San Miguel anota la canasta de la victoria canaria: 91-93. A eso, en la Ciudad Condal, se le llama ansiedad.
¡Canasta ganadora de @Rodsanmi00! #LigaEndesa
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Las derrotas han caído prácticamente por igual en uno y otro bando en la competición que atañe a ambos este jueves, la Euroliga. Sin duda, quien salga perdedor esta noche (20:45 horas, #0 de Movistar+) tendrá aún más motivos para preocuparse en el escenario europeo. Si el Madrid pierde, ya contará con siete tropiezos. Si el Barça cae, seguirá en aún peor dinámica que la temporada pasada a estas alturas continentales: ya tendrá ocho resultados adversos en su casillero.
Ahora mismo, los madrileños, anfitriones en esta ocasión, ocupan la octava plaza clasificatoria, última que da acceso a los playoffs. Por su parte, los catalanes marchan undécimos, aunque a tan sólo una victoria del eterno rival. No obstante, las dinámicas de los dos equipos no pueden ser más distintas a nivel global.
Sí, es cierto que el Madrid está acusando sobremanera sus bajas. Era de esperar cuando los ausentes tienen tanto caché como el que atesoran Sergio Llull, Gustavo Ayón, Anthony Randolph y Ognjen Kuzmic. Mientras Jeff Taylor también estuvo en la enfermería, se podía formar un quinteto titular más que decente con todos los caídos en combate. Y si a la ecuación se le añade Rudy Fernández cuando se ha encontrado renqueante de sus problemas físicos, la situación aún es más comprometida. Sin olvidarse de sustos como los de Luka Doncic o Facundo Campazzo.
Pero, a pesar de todo, el equipo de Pablo Laso compite. Y muy bien. De hecho, se podría decir, sin miedo a equivocarse, que los blancos sacan un 10 en entrega hasta el momento. Ya han perdido casi tanto como en el total de la última liga regular continental, pero tan sólo Baskonia se impuso a este Madrid con claridad (105-75). Por mucho que se arrastren seis derrotas en los últimos siete encuentros europeos, muchas de ellas bien pudieron ser victorias. Incluso todas: Khimki, Maccabi, Panathinaikos, Estrella Roja y Olympiacos (con prórroga).
El Madrid tuvo que vencer a la apatía para luchar hasta el final en todos estos compromisos, pero lo hizo. De ahí que, dado el buen desempeño en la ACB (liderato sólido y una única derrota, precisamente contra el Barça) y esa garra imperecedera mostrada en Europa, la crisis sólo afecte a los resultados.
Otros equipos habrían dado una sensación de vulnerabilidad inmensa con tantas lesiones de importancia. Los marcadores apretados de las últimas semanas, con la competitividad que conllevan, demuestran que ese no es el caso del conjunto blanco. Y, por si fuera poco, la sensación de unidad que desprende su plantilla es total de cara a estar a pleno rendimiento en los meses decisivos del año.
La otra cara de la moneda la pone el Barça, que sigue arrastrando las dudas que le acompañaron durante la totalidad del ejercicio 2016-2017. Estas parecieron disiparse un tanto con la llegada de Sito Alonso al banquillo, la aportación de algunos fichajes y el paso de las lesiones a un plano más secundario, pero la mejoría no deja de ser insuficiente a día de hoy. Los jugadores son muy conscientes de ello, como se encargó de verbalizar Pau Ribas antes de este nuevo Clásico: “A veces, la ansiedad de ganar nos hace perder. Podemos tener errores, pero no podemos volver a repetir el error dos veces”.
Las derrotas ante rivales, en teoría, de menor rango (Zalgiris, Milán, Efes, Brose, Estrella Roja) están muy presentes. En liga, la situación azulgrana también es peor que la del Madrid, ya que se arrastran tres derrotas: Estudiantes, UCAM Murcia e Iberostar Tenerife. Y, aun así, el Barça es el único equipo que ha sido capaz de asaltar el Palacio en términos ligueros hasta la fecha.
Las buenas sensaciones de ese triunfo en la competición doméstica, uno de los mejores partidos de los catalanes esta temporada, son las que Sito y sus hombres quieren recuperar este jueves. Para así disipar los bajones en cuanto a concentración e intensidad defensiva que tantos quebraderos de cabeza generan al equipo.
Los principales focos de atención a nivel de estrellas serán para Doncic por un lado y Thomas Heurtel por otro. Además, el juego interior también puede ser clave para decidir un duelo que Laso, en contra de la opinión generalizada, no considera decisivo. La frase puede aplicarse a ambos contendientes: “Estamos en diciembre y queda mucho en las dos competiciones por delante. Ni seremos buenísimos si ganamos ni malísimos si perdemos”.