Aún no lo sabía ni era consciente de ello, pero cuando Felipe Reyes anunció su retirada definitiva de la selección española de baloncesto era para ganar este partido con el Real Madrid. Para conquistar el OAKA ateniense en el segundo choque de la serie de cuartos de final de la Euroliga, robarle el factor cancha al Panathinaikos de Xavi Pascual y devolver el orgullo a un equipo que venía de sufrir una de las mayores hecatombes europeas que se le recuerdan en la hoja de servicios. [Narración y estadísticas: 82-89]
Fue el capitán la punta de lanza de un equipo que evolucionó durante el encuentro y se convirtió en superguerrero con el cordobés en pista. Aunque esa evolución comenzó desde un equipo asustadizo como los conejos ante los faros de un coche. Sobrevivió gracias a Rudy Fernández, que hizo de Campazzo -ya operado-, tomó las riendas del equipo cuando Luka Doncic estaba acosado por las personales y hasta se encaró con medio Atenas en el epílogo; se vino arriba gracias al capitán y remató la faena desde el 6,75 con un Jaycee Carroll especialmente iluminado.
Porque el Real Madrid dio en Atenas un golpe de autoridad. Sacó el carácter. Se puso el mono de trabajo. Confirmó que es candidato. Todos los tópicos uno detrás de otro, pero todos ciertos, absolutamente reales. Y eso que el comienzo en un OAKA con más humo que las bengalas de los campos de fútbol griegos no invitó al optimismo.
Sin un base puro -Chasson Randle sigue demostrando que no da la talla- y con dos personales de Doncic nada más comenzar gracias a un Antetokoumpo pasado de revoluciones que le sacó del partido literalmente a golpes, Rudy asumió los galones. Se quedó como uno y rescató de la nada varios ataques para mantener al Real Madrid en el partido. Suyo fue ese mérito, aunque sería bueno recordar que Jeffery Taylor se cargó él solito a Mike James -dos personales trempanas- y secó casi por completo a Nick Calathes.
Anulados los dos verdugos del martes, al Real Madrid sólo le quedaba frenar al resto del equipo heleno, aunque eso era otra historia.
Entre Gist y Lojeski mandaron a los de Xavi Pascual por delante, y aunque cuando Singleton y Payne entraron en pista contrarrestaron los buenos minutos del Real Madrid en la pintura -Pablo Laso ordenó balones a Tavares, Ayón y Felipe una y otra vez- la diferencia siempre fue mínima. De tres al final del primer cuarto. De cuatro al descanso. OAKA rugía, los suyos respondían y aún así el Madrid estaba metido en el partido, vivo en la eliminatoria.
La defensa construía a base de rebote y cara de perro y el ataque, por primera vez y muy probablemente incluidos los entrenamientos, fluía finalmente. En el tercer cuarto entre Felipe y Carroll le enchufaron a los griegos cinco triples y no como aquellos 56 rebotes del novato que debutó el día de los 55 de Wilt Chamberlain. No, el capitán anotó dos veces desde el 6,75 y el americano tres. Y además Thompkins se subió al carro con otro más.
Los de Pablo Laso anotaron 32 puntos en el tercer cuarto y, de repente, como si nada, el Real Madrid era el Real Madrid. Por eso se levantó tan rápido cuando Mike James igualó el encuentro en un visto y no visto al inicio del último parcial (68-68). Doncic superó por fin la guerra psicológica de Antetokoumpo, Rudy siguió haciendo de las suyas y Thompkins percutió otra vez desde el 6,75 cuando más falta hacía, con 78-80 y el reloj agonizando.
Sobrevivió el Real Madrid a Atenas cuando los peores presagios parecían buenos, ganó el factor cancha y sueña ya con Belgrado, con la Final Four, aunque la próxima semana los dos encuentros del WiZink Center serán igual de peligrosos que los jugados en OAKA, más si cabe, porque el PAO de Xavi Pascual también es ahora un animal herido.
Ficha técnica
82 - Panathinaikos (21+19+21+21): James (20), Calathes (12), Gist (5) Antetokounmpo (5), Singleton (11) -quinteto titular-, Rivers (-), Payne (13), Pappas (1), Denmon (8), Vougioukas (-), Gabriel (3) y Lojeski (4).
89 - Real Madrid (16+20+32+21): Doncic (8), Causeur (2), Taylor (8), Thompkins (12), Ayón (8) -cinco inicial-, Randle (-), Fernández (10), Reyes (18), Yusta (-), Carroll (17), Randolph (4) y Tavares (2).
Árbitros: Sreten Radovic (CRO), Ilija Belosevic (SER) y Matej Boltauzer (SLO). Eliminaron por faltas a Matt Lojeski y James Gist por el Panathinaikos y a Jeffery Taylor y a Rudy Fernández por el Real Madrid.
Incidencias: Segundo partido de la eliminatoria de cuartos de final de la Euroliga disputado en el OAKA de Atenas ante 18.310 espectadores.