Primero se fue Kobe Bryant, la leyenda de magnitudes 'jordanescas' tanto a nivel de trayectoria como de despedida. Después, le tocó el turno a Tim Duncan, el mito indiscutible pero que gustó de pasar desapercibido hasta el final, con un adiós sin demasiado bombo ni platillo. Por último, llegó la hora de que Kevin Garnett, 21 temporadas después, cerrase su ciclo. Él decidió quedarse en el término medio, donde está la virtud: homenajes para una carrera digna de 'Hall of Fame', pero sin pasarse, y más discreción que en el caso de Bryant, pero menos que en el de Duncan.
Si hay algo que comparten estos tres mitos del baloncesto, además de una retirada producida con escasos meses de diferencia, es su trascendencia. Sin ninguno de ellos podría entenderse la NBA moderna, gestada desde mediados de los años noventa del siglo pasado hasta nuestros días. En su caso, Garnett ejemplificó a la perfección la competitividad que requiere toda estrella que se precie. Con un carácter ganador y un espíritu de lucha imperecedero, mereció con creces la etiqueta de “siempre en mi equipo” que Bryant y Duncan también portaron con orgullo.
Con una rescisión de contrato de por medio, 'Big Ticket' se va de donde más gloria dejó: unos Minnesota Timberwolves que, con el 21 a la espalda, provocaron su ascenso a los altares baloncestísticos. La cima la holló del todo con los Boston Celtics, anillo de por medio, y también se disfrutó de su concurso en los Brooklyn Nets. Tantos años, y tan buenos, dan para relatar 21 cosas imprescindibles a saber de un Garnett que ya es leyenda.
1. Un padre que nunca fue tal
Nacido en Greenville (Carolina del Sur) el 19 de mayo de 1976, Kevin fue el segundo de los tres hijos de Shirley Garnett. Su madre nunca se casó con O'Lewis McCullough, el padre de las criaturas. De hecho, concluyeron su relación poco después del nacimiento del futuro deportista. Cuando Kevin tenía 12 años, su madre contrajo matrimonio con su actual padrastro y la familia se mudó a Mauldin. Aunque McCullough mantuvo contacto con Garnett, nunca han tenido una relación demasiado estrecha.
Como curiosidad, Louis, hijo de su padre biológico y por tanto hermanastro de Garnett, también juega al baloncesto. Ya veterano, fichó por el Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia argentino este mes de septiembre tras pasar por equipos de países como Gran Bretaña, Chile y México.
2. Amor a primera vista
Garnett empezó a sentir curiosidad por el que sería el deporte de su vida cuando todavía asistía a la escuela. Sin embargo, no jugó en serio al baloncesto hasta que empezó el instituto en Mauldin. A partir de entonces, su vida giraría en torno a la pelota naranja.
3. Arrestado
Antes de comenzar su último año de instituto, Garnett estuvo presente en una pelea con claros tintes raciales entre estudiantes blancos y negros. No estuvo envuelto directamente en el incidente, pero eso no impidió que fuese uno de los tres arrestados por linchamiento de segundo grado. Se le retiraron los cargos, pero Kevin decidió ser traspasado a la Academia Farragut de Chicago para disputar su temporada senior y evitar males mayores.
4. Eclosión juvenil
Garnett saltó a la palestra nacional a lo grande. Llevó a su centro a un récord de 28 triunfos y tan sólo dos derrotas, fue designado mejor jugador de instituto de 1995 por USA Today y también Mister Baloncesto del estado de Illinois. Como para no conseguirlo con unos promedios de 25.2 puntos, 17.9 rebotes, 6.7 asistencias y 6.9 tapones, con un escandaloso 66.8% de acierto en tiros de campo.
5. McDonald's señala el camino
Kevin también dominó a su antojo el partido anual que mide a los mejores jugadores de instituto de Estados Unidos, patrocinado por el conocido restaurante de hamburguesas. El MVP estuvo más que claro: 18 puntos, 11 rebotes, 4 asistencias y 3 tapones para Garnett. Nada que no estuviera a su alcance después de lograr 2.553 puntos, 1.809 rebotes y 737 tapones durante sus cuatro años de 'high school'.
6. Del instituto a la NBA
Declarado elegible para el Draft, Garnett acabó en quinta posición de la lotería de 1995 por detrás de Joe Smith, Antonio McDyess, Jerry Stackhouse y Rasheed Wallace. Los Minnesota Timberwolves escogieron a un jugador de instituto, que no había pasado por la universidad. Era una situación inédita desde 1975. Tras Kevin, llegaron Kobe Bryant y otros 35 adolescentes más. El acné se puso de moda en la NBA, donde Garnett coincidiría con su primo, Shammond Williams.
7. Novato con fundamento
Flip Saunders sustituyó a Bill Blair como entrenador de los Wolves poco después de arrancar la primera temporada de Garnett entre los profesionales. Con él, Kevin no tardó en lograr la titularidad, consiguiendo 10.4 puntos, 6.3 rebotes y 1.8 asistencias por partido en su año 'rookie'. Nada mal para el jugador más joven en disputar un partido de la liga (19 años y 11 meses).
8. Debut en los playoffs y el All-Star
Garnett se estrenó en la postemporada a la vez que su franquicia, que logró un récord de 40 victorias y 42 derrotas en la liga regular del curso 96-97. Aunque los Wolves cayeron por 3-0 en primera ronda contra los Houston Rockets de Hakeem Olajuwon, fue un gran curso para el equipo. Garnett, en su segunda temporada, y Tom Gugliotta debutaron en el partido de las estrellas defendiendo la camiseta de Minnesota.
9. Un contrato de escándalo
Nada más y nada menos que 126 millones de dólares fueron a parar a los bolsillos de Garnett tras renovar seis años con los Timberwolves en la temporada 97-98. Un montante superior al que se embolsó Michael Jordan durante toda su carrera (90 millones) o al que se pagó por la franquicia de Minnesota (89). Algunos han llegado a apuntar que esa cifra tan desorbitada fue la principal causante del cierre patronal de la NBA durante buena parte de la siguiente temporada.
10. Élite de la liga
Su tercera temporada entre los mejores había servido para conseguir el primer balance ganador de la historia de los Wolves (45-37, derrota por 3-2 contra los Seattle Supersonics en primera ronda de playoffs). Sin embargo, Garnett quería más, y lo tuvo en pleno curso del 'lockout'. Con 20.8 puntos, 10.4 rebotes, 4.3 asistencias y 1.8 tapones por encuentro, Kevin fue elegido en el tercer mejor equipo de la NBA. El techo del equipo volvió a ser la primera ronda de playoffs (3-1 contra los San Antonio Spurs), pero el '21' seguía creciendo.
11. Al fin, el estrellato indiscutible
Garnett fue elegido por primera vez (de cuatro) en el mejor equipo de la NBA al finalizar la liga regular del curso 1999-2000. Además, quedó segundo en las votaciones al MVP de la competición. Aunque Minnesota consiguió el mejor récord de victorias-derrotas de su historia hasta entonces (50-32), tocó perder de nuevo en primera ronda de la postemporada (3-1 contra los Portland Trail Blazers).
12. Adiós a un gran amigo
20 de mayo de 2000. Malik Sealy, escolta de los Timberwolves y buen amigo de Garnett, murió a los 30 años en un accidente de tráfico cuando volvía de la fiesta del 24 cumpleaños del ala-pívot. No fue el único mal sabor de boca para Minnesota aquel año.
Tras comprobarse que el fichaje de Joe Smith fue ilegal, la NBA dejó a los Wolves sin tres elecciones de primera ronda en el Draft. También multó al propietario de la franquicia y suspendió un año a su entonces 'general manager', Kevin McHale. Conclusión: nueva derrota a las primeras de cambio en los playoffs siguientes (3-1 para los Spurs), aun con Garnett en el segundo mejor quinteto de la liga.
13. Periplo en la selección de USA
Garnett fue uno de los integrantes del equipo estadounidense que ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Sídney. Para nada desentonó, ya que consiguió unas estadísticas de 10.8 puntos, 9.1 rebotes y 2.1 asistencias por encuentro. Estuvo a punto de disputar también el torneo olímpico de Atenas 2004, pero se lo perdió al casarse en julio de ese año con Brandi Padilla, su novia de toda la vida.
Antes, también conquistó el oro en el Torneo de las Américas de 1999. Durante sus dos años como internacional, Garnett coincidió con jugadores como Tim Duncan, Allan Houston, Jason Kidd, Vince Carter, Gary Payton o Tim Hardaway.
14. El primer 'póster' NBA de Pau Gasol
“Garnett tiene algo con Gasol. No sé qué es, pero se le nota, porque, cuando anota Gasol, él se la juega a la jugada siguiente”, comentaba Antoni Daimiel durante un Memphis Grizzlies-Minnesota Timberwolves del curso 01-02. Justo después de esa apreciación, el entonces novato español machacó el aro con fiereza delante de las narices del que ya era toda una estrella de la NBA. Es una de las imágenes de Garnett más recurrentes para el aficionado español. Y no, Kevin tampoco pasó de primera ronda de playoffs aquella temporada (3-0 contra los Dallas Mavericks).
15. Siete años de mala suerte
Por muy bien que lo hiciera Garnett, los Wolves seguían sin dar con la tecla definitiva en conjunto. Volvió a dar igual que su jugador franquicia resultase incluido en el mejor equipo de la NBA por segunda vez. O que volviese a ser segundo en las votaciones para el MVP, premio que ganó en el All-Star de ese año. Minnesota cayó por 4-2 contra Los Angeles Lakers en primera ronda de los playoffs de 2003. Ya eran siete años de idéntico sufrimiento.
16. ¿Oportunidad perdida?
Parecía que, por fin, los astros se habían alineado para favorecer a los Wolves en el curso 03-04. Garnett fue nombrado MVP por primera y única vez en su carrera (24.2 puntos, 13.9 rebotes, 5 asistencias, 2.2 tapones y 1.5 robos de media). Además, Latrell Sprewell y Sam Cassell eran complementos de lujo a la estrella de Carolina del Sur. Sin embargo, las 58 victorias de la 'regular season' (tope de Minnesota y de aquella Conferencia Oeste y segunda mejor marca de la liga) tuvieron como techo las finales de Conferencia. Un nuevo 4-2 contra los Lakers eliminó a los Wolves de la postemporada… hasta hoy, ya que no han vuelto a clasificarse para la misma. Malditas lesiones.
17. Travesía por el desierto
Los problemas físicos y la veteranía de algunos de sus jugadores hicieron mella en unos Wolves cada vez más calamitosos. Garnett no había dejado de ser uno de los mejores exponentes de la liga (entró en el segundo y tercer mejor equipo de la NBA en 2005 y 2007), pero su equipo no podía presumir de lo mismo. Por eso, no hubo más remedio que escuchar ofertas por la estrella de Minnesota para intentar iniciar una reconstrucción a partir del verano de 2007.
18. Al final, se hizo justicia
El 31 de julio de 2007, Kevin Garnett fue traspasado a una de las franquicias más icónicas del baloncesto mundial: los Boston Celtics. El 'Big Three' genuino que formó allí junto a Paul Pierce y Ray Allen dio como resultado un anillo de campeón en 2008 ante el eterno rival, los Lakers. Como mejor jugador defensivo del año y tras ser tercero en las votaciones al MVP (con cuarta designación para el mejor equipo NBA incluida), Garnett no pudo tener una recompensa final más satisfactoria. Y eso que en Boston tuvo que vestir el dorsal 5 porque su amado 21 estaba retirado en la franquicia.
19. Orgullo céltico a pesar de las lesiones
Con sus problemas de rodillas a cuestas, Garnett continuó siendo uno de los pilares de Boston durante los cinco años siguientes. Fue elegido con asiduidad para disputar el All-Star (su última presencia, la decimoquinta, fue en 2013), volvió a las Finales con los Celtics en 2010 (esta vez, tocó perder) y alcanzó la última ronda de los playoffs del Este tres veces de cinco posibles. Su capacidad defensiva y su determinación siguieron estando fuera de toda duda. Además, nunca bajó de los dobles promedios anotadores durante su periplo verde. Entre entrenamientos y partidos, le dio tiempo a coquetear con el fútbol al convertirse en accionista minoritario de la Roma en diciembre de 2011.
20. Mudanza a la Gran Manzana
Garnett aterrizó en los Brooklyn Nets el 28 de junio de 2013. Aunque el equipo llegó a sonar como candidato al título (como para no juntando a Paul Pierce, Jason Terry, Joe Johnson, Deron Williams y el propio Garnett, entre otros), las previsiones fueron demasiado optimistas. Llegaron hasta semifinales del Este en el curso 13-14, con 'Big Ticket' firmando sus peores números en años en la NBA: 6.5 puntos y 6.6 rebotes por partido. Al menos, le quedó el consuelo de homenajear a su querido Malik Sealy llevando su '2'.
21. Para acabar, mentor de Ricky Rubio
Después de unirse a Kareem Abdul-Jabbar y a Karl Malone como únicos jugadores de la historia en conseguir al menos 25.000 puntos, 14.000 rebotes y 5.000 asistencias en la NBA, Garnett volvió a donde empezó todo: Minnesota. Allí fue traspasado el 19 de febrero de 2015, pasando sus últimos días como jugador entre lesiones y consejos. Los que dio a Ricky Rubio, Karl-Anthony Towns y Andrew Wiggins, a los que tuteló para que su legado quede a buen recaudo en los Timberwolves: más partidos jugados con el equipo y más minutos disputados; máximo anotador, reboteador y pasador; máximo taponador y ladrón; jugador con más dobles-dobles y triples-dobles.
Porque, ¿quién se dará cabezazos contra el soporte de su canasta ahora? ¿Quién se golpeará el pecho al grito de “¡Vamos, hijos de puta!”? En definitiva, ¿quién podrá ser tan intenso fuera y dentro de la cancha como lo fue Kevin Garnett?