Dejan Bodiroga es noticia en el mercado de agentes libres veraniego de la NBA. Quién lo diría cuando lleva retirado exactamente desde el 8 de junio de 2007. Todo viene por el gesto, más simbólico que otra cosa, de su viejo compañero de batallas y presidente de los Sacramento Kings, Vlade Divac: renunciar a los derechos de Bodiroga, en posesión de la franquicia desde que le eligieron en la segunda ronda del Draft de 1995 (puesto 51), y convertirle en agente libre. Ahora, la leyenda del baloncesto europeo es libre para firmar por cualquier otro equipo de la mejor liga del mundo. Con 44 años nada menos.
Siempre quedará la duda (en la teoría, que no en la práctica, todavía puede disiparla) de cómo le habría ido al exterior serbio si hubiese probado suerte en Estados Unidos. ¿Se imaginan lo que habría supuesto un 'Big Three' balcánico en aquellos Kings mágicos de principios de siglo, formado por Bodiroga, Divac y Peja Stojakovic? Al decirle 'no' a La Meca del baloncesto, el jugador natural de Zrenjanin fue el Sergio Llull de su época: nunca atendió aquellos cantos de sirena. Por eso, a día de hoy muchos siguen fantaseando con una de las grandes incógnitas que ha dejado la canasta continental a lo largo de su historia.
Lógico cuando uno contempla el palmarés de Bodiroga: una plata olímpica, dos mundiales y tres Eurobasket con Yugoslavia y tres Euroligas a nivel de clubes. Los equipos por los que pasó tampoco pierden ni un ápice de relumbrón: Real Madrid, Barça, Panathinaikos, Milán, Roma... Algunos de sus mejores años los vivió en Grecia y España a principios de siglo, resultando pieza clave en la consecución de la primera Copa de Europa azulgrana en 2003. Aunque en Italia tampoco olvidan su concurso en los 90.
Uno que terminó para siempre precisamente en aquellos lares (Roma) y que resulta inviable ahora en la NBA. Aunque, ya saben, hay gente para todo: Michael Jordan nunca ha querido descartar un tercer regreso a la liga, Calvin Roberts tiene 61 años y todavía no ha perdido la esperanza de disputarla, Nacho Romero (coetáneo de Bodiroga) sigue jugando en la EBA a sus 43 años y quiere continuar hasta los 50... Llull todavía está a tiempo de no ser el Bodiroga de su generación. Y el mito, aunque resulte casi imposible, de quitarse el traje de directivo y jugar con los mejores antes que él.