Una de las guerras más sucias de la historia de la NBA tuvo final feliz televisado por Navidad. Una historia con tirón en la sociedad americana, pero con más marketing que realidad -aunque las lágrimas de ambos mitos sean realmente emotivas- ya que el hacha de guerra estaba enterrado desde enero de 2017. Concretamente desde el día 14, cuando Earving Magic Johnson publicó en Twitter: “I had a private convo with @Iamisiahthomas. Glad we can be Friends again”.
Con esta declaración pública dejaba claro el gran jefe de los Lakers que la relación con su otrora inseparable amigo, al que saludaba con un beso antes del comienzo de cada partido NBA, se había restablecido.
EL ORIGEN
Amigos íntimos desde la universidad, Magic e Isiah se convirtieron en iconos de la NBA en un momento complicado en el que contribuyeron a levantar la imagen de la mejor liga del mundo. Sus duelos al frente de Lakers y Pistons o incluso jugando un uno contra uno en el AllStar de 1992 forman parte de la historia. Ellos vendían mejor que nadie la idea de competitividad máxima dentro de la cancha y amistad inquebrantable fuera de ella. Pero el mundo ideal comenzó a romperse cuando llegaron a las manos en las finales del 88 o tras intercambiar más que palabras cuando los ‘Bad Boys’ celebraban su anillo en 1991.
Aunque la ofensa irreconciliable llegaría tras el anuncio de que Magic era portador del virus SIDA en 1992. Isiah Thomas llevaba tiempo dudando de la sexualidad de su amigo a quién ‘acusaba’ en círculos cercanos a ambos de una supuesta homosexualidad. Incluso Leon Rose, agente de Johnson, corrigió a Thomas en alguna ocasión. Un debate absurdo en la edad moderna pero que, a principios de los 90 en Estados Unidos, seguía siendo tabú.
EL VETO
Pese a ser portador, Magic dio una lección al mundo y volvió a calzarse las botas para liderar a la selección Americana e incluso ser nominado MVP de su AllStar de despedida. Precisamente en la última gran cita con la selección, defendiendo la bandera de su país, Magic cocinó a fuego lento su venganza. El mejor base de la historia demostró sus dotes de director de juego fuera de la cancha liderando un veto a Isiah Thomas, a quién jugadores como Larry Bird, Michael Jordan, Pippen o Karl Malone no querían en el equipo.
Desde entonces en las contadas ocasiones en las que cruzaron sus destinos los examigos sólo interaccionaron para hacerse daño. La cosa fue a más tras la publicación del libro ‘When the game was Ours’ donde Magic contó como “Isiah mató sus opciones de estar en los Juegos. Nadie en el equipo quería jugar con él. Michael no quería jugar con él. Scottie no quería verle. Bird no le apoyaba. Karl Malone no le quería. ¿Quién decía 'necesitamos a este tío'? Nadie”.
FIN A 25 AÑOS DE GUERRA FRÍA
Isiah declaro sentirse “dolido” tras leer el libro donde casi 30 páginas desgranaban su mala relación con Magic. “Me siento confundido porque todos estos pensé que nuestra relación era buena”, declaraba el hoy director de la Universidad de Florida y analista televisivo, quién aprovechó para negar su conversación con Rose “fue una información equivocada que Magic recibió a través de terceras personas”. Al tiempo que volvió a atacar: "Podría haber tenido el coraje de decir toda esa porquería en mi cara y no hacerlo en algún libro estúpido para vender copias y ganar dinero".
La NBA ha querido reunir a los antiguos enemigos 25 años después del boicot olímpico para sellar la reconciliación delante de las cámaras en un acto entrañable en el que Magic tomó la palabra en un plató ‘improvisado’ con los títulos que ambos conquistaron con sus respectivos equipos.
“Mi esposa, mi madre y mi padre han estado diciendo que deberíamos volver a estar juntos. Cuando todo el mundo me llamó, dije que íbamos a hacer esto sin ninguna duda. Y solo para sentarme frente a ti y revivir aquellos momentos de diversión, excelencia, trabajo duro, soñar en grande. Eres mi hermano. Permíteme disculparme contigo si te hice daño. Dios es bueno por volver a unirnos", le dijo a un emocionado Isiah, que no pudo contener las lágrimas antes de que ambos se fundieran en un largo abrazo.