David Stern (Estados Unidos, 22 de septiembre de 1942 - 1 de enero de 2020) siempre será considerado como el gran responsable de convertir la NBA en un producto rentable y global. Comisionado de la liga desde 1984 hasta 2014, durante su mandato se produjeron los mayores progresos para modernizar el campeonato y conquistar mercados antes inalcanzables como el europeo o el asiático.
El 'padre' de la actual NBA falleció el primer día de 2020 tras no superar el derrame cerebral que había sufrido el pasado 12 de diciembre de 2019. El baloncesto mundial está de luto por la muerte del hombre que cambió las reglas del juego y puso los cimientos para los próximos pasos que debe seguir Adam Silver, su amigo y sucesor en el cargo, para que la liga deje de ser estadounidense para convertirse, en un futuro no muy lejano, en un campeonato mundial y abrir la posibilidad de la creación de nuevas franquicias en otros continentes.
Stern llegó a la NBA en 1984, en un momento en el que la liga norteamericana no pasaba por su mejor momento. El entonces comisionado de la NBA logró dar la vuelta a la situación con la firma de varios grandes contratos de márketing para la expansión de la NBA a todo el mundo. Las televisiones comenzaron a pagar más por los derechos y los ingresos se dispararon hasta aumentarlos a cotas inimaginables cuando llegó al cargo.
Los cierres y el Código de Vestimenta
Durante su estancia en la oficina principal de la NBA en Nueva York, Stern vivió también situaciones complicadas como los cuatro lockouts: 1995, 1996, 1999 y 2011. Las franquicias y la Asociación de Jugadores llevaron la situación al límite y el comisionado de la NBA tuvo que mostrar su cintura para sacar adelante unas negociaciones que nunca fueron fáciles y que amenazaron el imperio que había creado el propio David.
Larry Bird, Magic Johnson, Michael Jordan, Shaquille O'Neal, Kobe Bryant, LeBron James... Estrellas que aumentaron el valor de la NBA y que crecieron bajo el mantra de David Stern. En 2005 implementó el Código de Vestimenta para los jugadores, lo que creó cierta tensión con alguno de ellos como Iverson y que quería 'limpiar' la imagen de la NBA y que no se asociara al baloncesto con el mundo rap y/o pandillero estadounidense.
Pero si la llegada de un jugador fue especialmente aprovechada por David Stern, esa es la de Yao Ming. El gigante chino, elegido por Rockets con el número 1 del Draft de 2002, significó la oportunidad que tanto había buscado el comisionado de la NBA para conquistar Asia. El pívot fue un auténtico filón para la liga estadounidense y el mercado chino abrió una nueva fuente de ingresos de la que el hábil Stern supo sacar un gran rédito.
El crecimiento de la NBA con Stern se demuestra con las siete franquicias de nueva creación bajo su mandato. Especialmente destacables las dos canadienses, Vancouver Grizzlies -ahora en Memphis- y Toronto Raptors -últimos campeones de la NBA y primera franquicia no estadounidense en lograrlo-.
Durante mucho tiempo se especuló con la creación de una División Europea que compitiera en la NBA. Sin embargo, los viajes y la negativa de las franquicias hicieron que el sueño de Stern no se pudiera llevar a cabo. Lo que si logró el comisionado fue llevar a los equipos a jugar a Europa, Asia u Oceanía.
Las mil luchas de Stern
David Stern era judio y demócrata. De hecho, mostró su claro rechazo a las políticas de Trump. Siempre mostró su carácter luchador y vehemente para aquellos que consideraba sus enemigos. Fue duro y severo en su lucha por alejar la NBA del mundo de la violencia, las armas y la drogas. De la misma forma, se mostró tajante en su posición contras las apuestas en los partidos de la NBA.
El comisionado de la NBA logró que todos los estados con equipos en la liga prohibieran las apuestas y las loterías sobre los partidos del campeonato. Stern consideraba que estas prácticas iban en contra del juego limpio que debía caracterizara la mejor liga de baloncesto del mundo.
Otra de sus cruzadas fue contra los agentes de los jugadores por sus peticiones durante los ya antes mencionados lockouts. Unos cierres temporales que costaron muchos millones de dólares a la patronal y en la que se vio también el perfil batallador de Stern.
Su ideología progresista hizo que fuera un adelantado a su tiempo cuando decidió apoyar a Magic Johnson en su anunció de que había contraído SIDA (1991). El exjugador de Lakers siempre se mostró agradecido: "David Stern me cambió la vida".
También se mostró siempre como un claro defensor de los derechos LGTBI y animó a Jason Collins a hacer pública su homosexualidad en 2013, convirtiéndose así en el primer jugador públicamente gay de la NBA.
La lucha por la igualdad llevó a Stern a multar, ni más ni menos que, a Kobe Bryant en 2011 por espetar un insulto homofóbico. Pero esta no fue la única multa del comisionado Stern a una gran estrella, ya que hizo lo propio con Michael Jordan por lucir unas zapatillas que violaban el Código de Vestimenta implantado por el dirigente.
De la WNBA a la sucesión
Adelantado a sus tiempos, su apoyo al deporte femenino se hizo una realidad con la creación de la WNBA en 1996. Su iniciativa fue un éxito e instauró una competición de mujeres a la altura de la NBA. Otro paso más en la expansión de la liga y que completó su obra junto a la D-League, la liga de desarrollo que ahora por motivos de patrocinio se denomina NBA Gatorade League.
Su legado se completa con la elección de su sucesor. David Stern fue el mentor de Adam Silver, actual comisionado. Bajo su tutela fue enseñado para continuar con su obra y llevar a la NBA a la siguiente dimensión. El propio Silver ha asegurado que Stern "tenía un talento extraordinario", pero destacó su "preparación, atención y duro trabajo" para modernizar el campeonato y ser ya, para siempre, el 'padre' del baloncesto del siglo XXI.