Han pasado los días y el coronavirus ha seguido en las vidas de todos. No se tiene una constancia clara de cuando llegó, pero sí de cuando se quedó instalado en el día a día de una sociedad que vive atemorizada y cohibida por los contagios. También se sabe que su estancia se prolongará durante más tiempo, aunque se desconoce si será durante unos meses o durante el resto de nuestros días.
Sin embargo, cuando ya han pasado cinco meses desde que el mundo decidió confinarse, y alguno menos desde que se ha ido desconfinando a ritmos desiguales dependiendo de la zona, recibimos una nueva alerta, la llegada de otra potente ola de la temida Covid-19 que amenaza con devolvernos de nuevo a una situación crítica cuando la ciudadanía empezaba a asomar la cabeza y respirar.
Lo que no ha cambiado en todos estos meses es que todo sigue dependiendo del coronavirus, también el deporte. Todos detuvieron sus competiciones. Algunos, como el fútbol, consiguieron volver. Otros como el ciclismo, dan sus primeros pasos. Y otros, como el tenis, siguen parados a expensas de lo que el virus quiera hacer con ellos.
Un deporte que no solo ha vuelto, si no que se ha consolidado, es el baloncesto, que tiene a dos de los eventos más importantes de su calendario como grandes ejemplos de actuación. El primero de ellos, ya concluido, fue la Liga Endesa, que celebró una fase final excepcional brillante, sin contratiempo alguno y que dejó a Baskonia como justo vencedor de la contienda ante los fracasos de Real Madrid y Barcelona. Y quien quiso fijarse en el buen hacer de la ACB para organizar un torneo similar, aunque elevado a la enésima potencia, fue la NBA, que ha conseguido también un éxito rotundo en su blindaje contra la Covid-19.
La mejor liga de baloncesto del mundo lo tuvo mucho más difícil, ya que, a pocos días de retomar su competición, muchas estrellas se habían negado a competir, algunos equipos detectaron contagios y la situación era convulsa. Sin embargo, las aguas terminaron llegando a su cauce y hoy la NBA celebra que su mayor espectáculo está de vuelta: llegan los playoffs de la ‘burbuja’ de Disney.
Los inicios más complicados
A pesar del aparente éxito que ha tenido la ‘burbuja’ de la NBA, no todo ha sido un camino de rosas hasta llegar a la situación actual. Los inicios dejaron muchas dudas tanto en los equipos como en los aficionados, que no podían asegurar, ni mucho menos, que la situación pudiera avanzar hasta completarse la temporada, perspectiva que ahora parece mucho más cerca de cumplirse. Al menos, se ha conseguido superar una pequeña etapa de pretemporada y lo que restaba de la nueva Fase Regular (Regular Season). Sin embargo, hace unas semanas todo era muy distinto, todo iba camino del caos más absoluto.
La NBA debatía su vuelta en uno de los periodos políticos y sociales más importantes y convulsos en la historia reciente de los Estados Unidos. La muerte de George Floyd y el abuso policial copaban la atención de todo el mundo, que tenían en las protestas racistas su principal arma contra el gobierno de Trump y contra la repulsa hacia muchas autoridades y fuerzas del orden. Muchos jugadores, liderados por estrellas comoKyrie Irving o Dwight Howard querían oponerse a la vuelta de la NBA para seguir protestando contra lo que ellos consideraban un abuso hacia las personas de raza negra.
Sin embargo, otros jugadores como LeBron James lideraban la propuesta de volver a jugar y a competir para ofrecerle espectáculo, diversión y distracción a toda la gente que lo había pasado mal durante tantos meses con la situación de su país, con las revueltas y las protestas racistas y con la pandemia del coronavirus que estaba, y está, asolando Estados Unidos.
Finalmente, la iniciativa de seguir adelante con la competición terminó imponiéndose y el plan ideado por Adam Silver y la NBA seguía hacia delante con la intención de llegar a buen puerto. Sin embargo, el contratiempo de las luchas raciales no sería el único que surgiría. Una vez se iba acercando la fecha de inicio de la competición, las diferentes franquicias que iban a participar en esta nueva fase final, aquellas que tenían opciones de entrar en los playoffs de provocar el play-in, fueron reuniendo a sus jugadores para comenzar a aislarles y volver a realizar entrenamientos en grupo. Fue en ese momento cuando surgió el segundo gran problema.
Los positivos empezaban a sucederse a pocos días de tener que viajar a Orlando, llegando incluso algunos equipos a tener que cerrar sus instalaciones de entrenamiento para evitar rebrotes ante el registro de varios positivos en una misma plantilla. Este fue el contratiempo más grave contra el que tuvo que lidiar la liga, ya que no se podía dejar entrar a la ‘burbuja’ de Disney que habían diseñado en Orlando a jugadores contagiados, salvo que decidiesen recuperarse y pasar la cuarentena correspondiente en las zonas habilitadas para estos aislamientos.
Los casos de coronavirus en jugadores de la NBA llegaron a rondar los 20 justo antes de que comenzara la competición, algunos de ellos con jugadores de la importancia de Russell Westbrook. Sin embargo, la situación se fue poco a poco normalizando y los equipos fue reclutándose en la ‘burbuja’, a pesar de que a la llegada surgieron otros dos nuevos casos en los primeros análisis realizados. No obstante, llegar a Orlando fue lo más positivo que les pudo pasar a todos, ya que la liga lo tenía todo atado y bien atado.
El último contratiempo surgido, este ya más leve, fue la queja de algunos jugadores por los hoteles, las habitaciones, las instalaciones e incluso la comida que les había tocado. Nombres como los de Embiid se erigieron como líderes de esa guerra que tuvo poca duración, ya que jugadores más veteranos, y también más maduros, alzaron la voz para dar un severo correctivo a aquellos que se quejaban de tenerlo todo y de vivir protegidos del virus con la única obligación de jugar al baloncesto mientras la sociedad se jugaba la vida en las calles de un país infectado.
Una vez sofocado el brote de lujuria de algunos iluminados que se quejaron demasiado rápido de algo que tenía fácil solución, la NBA pudo echar a andar con entrenamientos, partidos de pretemporada y, por fin, el final de la Temporada Regular.
Vuelta a la ‘normalidad’
Poco a poco, la NBA fue sumando días de aislamiento, confinamiento y baloncesto en la ‘burbuja’ de Disney World, lo que sin duda era una buena señal. El protocolo estaba claro y los jugadores parecían estar respetándolo. Se había impuesto un control de las visitas, de las personas que podían entrar, de las actividades que se podían realizar y el respeto de las normas de sanidad e higiene era conditio sine qua nonpara no tener problemas dentro del bunker que la NBA había creado para finalizar la temporada.
Se resolvieron contratiempos como la salida de Zion Williamson por un problema familiar, el cual tuvo que hacer una cuarentena a su vuelta, o despistes como el que tuvo Kristaps Porzingis, que se saltó un control y le costó perderse un partido. Los equipos tuvieron la oportunidad de realizar una exigente pretemporada de tres partidos para no empezar a jugar las habichuelas sin haber tenido una toma de contacto previa y, por fin, el balón volvía a echar a rodar de nuevo y se volvía a hablar de baloncesto, de las opciones de los Lakers, del favoritismo de los Clippers, de las maravillas de Doncic, de las exhibiciones anotadoras de James Harden o de la pelea que mantendrían equipos como los Spurs, los Suns, los Grizzlies y los Blazers para intentar colarse en los playoffs.
Las semanas fueron avanzando y todos se fueron dando cuenta que el regreso a la competición es lo que mejor les había pasado. Tal y como han afirmado jugadores como Ricky Rubio, la calidad de vida dentro de la ‘burbuja’ es altísima, con grandes hoteles, multitud de actividades para realizar y una seguridad sanitaria impagable, además de tener la oportunidad de retomar su profesión y lo que más les gusta hacer: jugar al baloncesto.
La NBA había conseguido crear un lujoso complejo que cubría todas las necesidades, que no eran pocas, para celebrar la reanudación de la competición con un proyecto tan ambicioso como el que tenían en mente. De esta forma, todos los equipos completaron sin contratiempos sus tres encuentros de pretemporada y sus ocho partidos de temporada regular con los que dejar conformados los 16 equipos que avanzarían a la ronda de palyoffs.
Además, los jugadores han tenido la oportunidad durante todos estos días de realizar multitud de reivindicaciones sociales contra el racismo para seguir mostrándose combativos con una lucha que ha unido a toda la liga.
La mayoría de jugadores han comenzado sus partidos con el tradicional gesto de arrodillarse para escuchar el himno nacional y han jugado con mensajes reivindicativos en sus camisetas, además del ya popular eslogan de ‘Black Lives Matter’, muy presente durante todos estos días. Algunos se han excedido en sus protestas como la que realizó Donovan Mitchell, que acudió a una zona mixta ataviado con un chaleco antibalas afirmando que, siendo negro, él podría ser el siguiente. La vuelta a la normalidad lo ha hecho también hasta con las excentricidades habituales de la liga del espectáculo.
Vuelven las estrellas
Con la llegada del baloncesto también ha vuelto el espectáculo, las grandes acciones, los buenos partidos. La pandemia no ha borrado, evidentemente, el talento de jugadores únicos que forman la mejor liga de baloncesto del mundo, probablemente, la competición que aglutine mayor talento en casi cualquier deporte. Y como tal, ya han surgido las primeras estrellas y los primeros jugadores que han demostrado no haber perdido el tiempo durante el confinamiento para poder regresar de la mejor manera posible.
Si ha habido un jugador que ha destacado por encima del resto ha sido Damian Lillard, que se propuso meter a sus Blazers los playoffs y lo ha dado todo a base de exhibiciones anotadores que le han llevado a conseguir retos solo comparados a Wilt Chamberlain. Los ocho partidos que ha realizado la estrella del equipo de Portland le han convertido en la máxima estrella de la reanudación, en el verdadero MVP de esta vuelta de la liga.
Para muestra, un botón: el jugador de los Blazers ha realizado unos tres últimos choques de fantasía con su equipo jugándose la clasificación. El base ha conseguido anotar 154 puntos, o lo que es lo mismo, más de 51 puntos en los últimos tres choques en lo que la franquicia de Portland ha conseguido sellar su presencia en el play-in de la NBA que disputarán frente a los Memphis Grizzlies y en los que les bastará con ganar uno de los dos partidos que tendrán que disputar.
Otra de las grandes estrellas de esta reanudación ha sido Devin Booker. El escolta ha liderado la increíble racha de los Phoenix Suns que llegaban a la ‘burbuja’ de Orlando contra las cuerdas. Sin embargo, el jugador del equipo de Arizona ha liderado a Ricky Rubio y compañía para convertir a los suyos en el mejor conjunto de toda la NBA desde que regresó la competición. Los Suns no han perdido ni uno solo de los encuentros que han disputado en este final de Temporada Regular, ocho victorias en ocho encuentros que han hecho historia en la NBA, ya que ningún equipo había sido capaz de lograr una racha así fuera de los playoffs.
Pero lo de Booker no solo han sido las victorias de su equipo, si no que la joven estrella de los Suns ha sido un auténtico quebradero de cabeza para las defensas rivales que no han conseguido detener al que, hoy por hoy, es uno de los mejores anotadores de la liga y comparable a cualquier jugador franquicia de cualquier potencia de la competición. De los ocho encuentros que ha disputado, solo en dos de ellos no ha superado la barrera de los 35 puntos, una auténtica barbaridad, una verdadera maquina de enchufar que ha mantenido vivo el sueño de los Suns hasta el último día.
Un jugador que se ha desatado en esta nueva etapa en la ‘burbuja’ de Orlando ha sido TJ Warren. El exterior de los Pacers, poco acostumbrado a compartir cartel con jugadores de la talla de Lillard o Booker se ha convertido en, al menos, la auténtica revelación de la liga en este periodo de post confinamiento, llegando en un gran estado de forma y convirtiéndose también en una maquina de anotar y producir. Warren ha vivido por encima de los 30 puntos en el 50% de los partidos que ha disputado en la fase final de Orlando, destacando su gran exhibición contra los Philadephia 76ers donde se fue hasta los 53 tantos.
Y, por último, en este capítulo de estrellas destacadas y también consagradas, dos jugadores que han peleado por ser los mejores en la temporada regular. El primero de ellos es James Harden. El base-escolta de los Houston Rockets ha vuelto a ser ese jugador indefendible capaz de conseguir puntos hasta de debajo de las piedras y de producir en casi cualquier situación del juego. Sus mejores actuaciones han llegado con dos partidos en los que sumó 43 y 45 puntos, en este último añadió 17 asistencias y 9 rebotes, y con cuatro choques superando la barrera de los 30 créditos de anotación, algo habitual por otro lado en el extraterrestre de la barba.
Y el último integrante de esta gran lista de destacados no es otro que Luka Doncic. El base de los Dallas Mavericks ha vuelto a un nivel excelso confirmando las buenas sensaciones dejadas en la Regular Season hasta el mes de marzo donde promediaba casi un triple-doble rozando los treinta puntos, siendo un claro candidato al premio MVP y al premio de jugador que más ha mejorado en la temporada.
Luka no ha bajado el nivel a pesar de haber cambiado de pabellón y ha seguido dando rienda suelta a su magia a pesar de que sus ‘Mavs’ no le han acompañado, demostrando que no llegan en su mejor momento a los playoffs. La franquicia texana ha ganado cuatro partidos y ha perdido otros cuatro, unos resultados similares a los conseguidos en pretemporada donde ganó dos encuentros y perdió uno.
Una racha muy irregular para afrontar la post temporada que se antoja como un reto demasiado difícil para un equipo inexperto, que no termina de ensamblarse y que depende demasiado de Luka Doncic. A pesar de ello, han mantenido la séptima plaza, tampoco han conseguido subir a la sexta, y han dado libertad para que Luka brillara con luz propia en los siete encuentros que ha disputado.
El esloveno nunca ha bajado de los 25 puntos y ha conseguido tres triples-dobles, más que ningún otro jugador, lo que le han permitido aumentar su ventaja en la lista de jugadores con más triples-dobles de la temporada. Además, Luka ha conseguido su mejor registro en un partido en rebotes y asistencias en este cierre de temporada regular, con 19 pases de canasta frente a los Bucks, y con 20 capturas frente a los Kings.
Estos son sin duda algunos de los jugadores que más han brillado en la ‘burbuja’ de Orlando hasta el momento y que podrían optar al premio de MVP de esta pequeña ronda previa a los playoffs.
Llegan los playoffs
El éxito de la ‘burbuja’ de Orlando ha sido rotundo, al menos hasta el momento, ya que la seguridad que se ha vivido en la NBA durante el último mes ha sido total. La temporada regular se ha resuelto en apenas 15 días en los que los equipos han disputado ocho partidos, además de los tres de pretemporada que ya habían disputado unos días antes. Un desgaste tremendo que no les ha privado de mostrar un nivel excelente de juego y de dejar acciones mágicas que ya serán recordadas dentro de lo mejor de esta atípica y eterna temporada.
Sin embargo, la Temporada Regular está a punto de terminar y ya asoman los míticos y añorados playoffs de la NBA, unos playoffs que se presenta más igualados y emocionantes que nunca. Una ronda final que no tendrá descanso, que comenzará el 17 de agosto y que se prolongará, como mucho, hasta el 13 de octubre, menos de dos meses para decidir quien será el campeón de la NBA 2020. La post temporada no tendrá un formato especial como lo ha tenido este final de Regular Season, por lo que la temporada concluirá de un modo más habitual, con ocho equipos clasificados por cada Conferencia y con las rondas al mejor de siete partidos hasta que tan solo queden dos que se jueguen la gran final.
Ya hay quince equipos clasificados. Por parte de la Conferencia Este estarán: Milwaukee Bucks, Toronto Raptors, Boston Celtics, Miami Heat, Indiana Pacers, Philadelphia 76ers, Brooklyn Nets y Orlando Magic.
En el tradicionalmente conocido como lado más débil de la liga dos equipos resurgen como los principales candidatos a llegar a la final y a plantar cara por el título. Uno de ellos ha sido el equipo con mejor ranking de la liga, los Bucks de Giannis Antetokounmpo, que han finalizado el curso con un récord de 56-17 y que, a priori, no deberían tener problemas para superar la primera ronda contra el equipo “anfitrión”, los Orlando Magic.
Por otro lado, se encuentran los vigentes campeones, los Toronto Raptors, que esperan seguir mostrando esa labor de equipo férreo e imbatible para intentar revalidar el título. Su gran final de temporada les ha permitido colarse como uno de las franquicias con mejor ranking, a altura de grandes favoritos como Lakers y Clippers. En teoría, el equipo de Marc no debería tener problemas tampoco para superar a los Nets en primera ronda. Los otros dos duelos entre los Celtics y los 76ers, y los Heat y los Pacers sí se presentarán mucho más igualados, con claras opciones de poder irse incluso a siete partidos y de acumular desgaste a las primeras de cambio.
Y en el otro lado del cuadro, en la Conferencia Oeste, y a falta de que Blazers y Grizzlies resuelvan su play-in y le den rival a los temidos Lakers, siete equipos se encuentran ya clasificados: Los Ángeles Lakers, Los Ángeles Clippers, Denver Nuggets, Houston Rockets, Oklahoma City Thunder, Utah Jazz y Dallas Mavericks.
Como siempre un nivel altísimo con dos claros favoritos, los dos equipos de Los Ángeles, considerados como los grandes candidatos a ganar el anillo y que prometen ofrecer unas finales de conferencia apoteósicas. Aunque antes deberán ir eliminando rivales. El equipo liderado por LeBron Jamesdebe esperar aun rival, aunque todo hace indicar que se medirá a los Blazers del inspirado Lillard. Por su parte, la franquicia capitaneada por Kawhi Leonard y Paul George, para muchos el equipo más fiable de la liga, se las verá con los ‘Mavs’ de un Luka Doncic que llega en estado de gracia, aunque no así su equipo.
Todo apunta a que el esloveno estará, como casi siempre, solo ante el peligro para intentar alargar la vida del equipo de Dallas en sus primeros playoffs. Por detrás llegaran equipos también muy fiables como los Nuggets y los Rockets, que son claros favoritos en sus enfrentamientos contra Oklahoma y Utah.
Así se presentan unos esperados e igualados playoffs en un final de temporada en campo neutral que promete ser un gran espectáculo y en el que la NBA espera seguir dando una imagen tan potente y segura como la que ha dado en estas últimas semanas en las que se ha convertido en un bunker sin fisuras y en el que solo ha tenido cabida el baloncesto después de unos inicios muy complicados.
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