Quedan 21 días para que regrese la NBA con una nueva temporada. El objetivo es recuperar la normalidad este curso tras el gran ambiente vivido en los últimos playoffs y todo hace indicar que así será desde el próximo 19 de octubre cuando comience la fase regular (con partidazos como el Bucks - Nets o Lakers - Warriors). Sin embargo, la polémica de las vacunas sigue todavía muy patente.
Las normas de la NBA obligan a vacunarse a los entrenadores, médicos y demás personal de los equipos, pero no a los jugadores. Entre todas las franquicias suman más de 450 jugadores y, según el periodista Shams Charania, ya se ha vacunado el 90% de ellos. El problema está en ese 10%, en torno a 50-60 jugadores, que sigue negándose a ponerse la vacuna contra el Covid.
La NBA espera que el número de vacunados siga aumentando según el inicio de la temporada se vaya acercando y viendo lo mediático que se ha vuelto el asunto. De momento, la cifra preocupa y es que es inferior a la que, por ejemplo, ha conseguido una liga tan conservadora como es la NBA. El caso es que para los que no se vacunen no hacerlo podría ser un problema y no solo por el evidente riesgo que tienen de contagiarse.
Alerta en la NBA. Hay equipos como Los Angeles Lakers cuya plantilla estará vacunada "al 100%", como aseguró su gerente Rob Pelinka, para el inicio de la temporada. Hay varios más. Pero si se tiene en cuenta que hay más de medio centenar de jugadores que siguen sin vacunarse, eso quiere decir que hay dos miembros de cada plantilla que sigue sin hacerlo (obviando casos como el de los angelinos).
Irving y un plan satánico
Obviamente, no todos los nombres de los 'no vacunados' han salido a la palestra. Sí algunos y están haciendo mucho ruido, lo cual no es nada positivo. La principal figura entre los negacionistas es, ni más ni menos, Kyrie Irving, una de las estrellas de los Brooklyn Nets y una voz autorizada en el sindicato de los jugadores que ya ejerció un rol clave durante las protestas sociales de la burbuja del año pasado.
En la liga se llevan las manos a la cabeza con la postura que han tomado Irving y otros jugadores, circulando conspiraciones tan paranoicas como que la vacuna sirve como una especie de herramienta para controlar a la población negra junto a un súper ordenador para seguir un plan de Satán. Ese es el nivel que demuestra el base en sus redes sociales.
Esa cultura de la desinformación acerca de la función de las vacunas se extiende en la NBA a través de sus propios chats. A fin de cuentas, Irving no deja de ser un tipo peculiar con otras creencias extrañas como la teoría del 'terraplanismo' que apoya. El problema es que sigue habiendo un número elevado de jugadores que dicen 'no' a la vacuna y alegan motivos conspiranoicos o religiosos.
Si estás vacunado y tienes que llevar mascarilla, entonces para qué sirve la mascarilla
Esta otro caso como el de Jonathan Isaac, de los Orlando Magic, conocido por sus radicalizadas creencias religiosas. El alero de 23 años cree que se margina a los anti vacunas como él: "Puedes jugar en la misma pista, tocar la misma pelota, chocar pecho con pecho... pero cuando hay que subir al autobús, ¿tenemos que sentarnos en sitios separados? Para mí no tiene ninguna lógica. Si estás vacunado y tienes que llevar mascarilla, entonces para qué sirve la mascarilla. Y si Kyrie dice todo eso desde su posición de fuerza en el sindicato de jugadores, bien por él", dijo.
Normas en Nueva York y San Francisco
Ahora, ¿por qué los jugadores negacionistas son una amenaza para la NBA o, mejor dicho, para sus propios clubes? Hay grandes ciudades en Estados Unidos en las que las normas son especialmente estrictas en lo que respecta a los recintos cerrados. Son Nueva York y San Francisco, que obligan a que todo aquel que quiera entrar en recintos cerrados con alta ocupación (como son los de la NBA) debe estar vacunado.
Tres franquicias están en el ajo: Nets y Knicks (Nueva York) y Warriors (San Francisco). Aquel jugador de dichos equipos que se niegue a vacunarse se perdería todos los partidos como local: 41 de los 82 encuentros de la temporada. En los Nets, que se sepa, está el caso de Irving, uno de los integrantes del Big Three junto a Kevin Durant y James Harden. Los Warriors tienen a Andrew Wiggins en la misma condición, ya que hasta ahora se ha negado a vacunarse. Los Knicks, por suerte para ellos, ya cuentan con la pauta completa en el 100% de su plantilla.
Las franquicias buscan y buscan vías de convencer a sus jugadores para vacunarse. Para los propios jugadores sería un drama económico perderse la mitad de la temporada y para los equipos sería un dolor de cabeza tener que contar día sí y día no con algunos de sus jugadores por esta razón (súmale luego posibles lesiones). En fin, que es un dolor de muelas y se busca solución a contrarreloj ya que, recordemos, quedan casi 20 días para que empiece a botar la pelota.
Las voces de la cordura
Por suerte, son muchos los que se están pronunciando desde el otro lado, el de los vacunados. Por ejemplo, Ja Morant: "Yo estoy vacunado. Conozco a mucha gente que enfermó y murió. Y tengo una niña, viajo mucho y no puedo llevarle el Covid cuando vuelvo a casa". Voces como esa son un ejemplo.
No tiene que haber espacio para los jugadores que están dispuestos a arriesgar las vidas de sus compañeros
Más duro, por decirlo finamente, fue la leyenda Kareem Abdul-Jabbar respecto a los 'anti-vacunas': "La NBA tiene que insistir en que todos los jugadores y todo el staff esté vacunado o se aparte de los equipos. No tiene que haber espacio para los jugadores que están dispuestos a arriesgar las vidas de sus compañeros y todos los demás solo porque son incapaces de tomarse la situación con la seriedad necesaria o hacer una investigación adecuada. Lo que me parece más hipócrita de los negacionistas es su arrogancia y la forma en que no dan crédito a la inmunología y otras especialidades médicas. Pero si su hijo enferma o ellos mismos necesitan un tratamiento de emergencia, ¿cómo de rápido harán exactamente lo que esos mismos expertos les dicen que hagan? No están a la altura de su fama y su estatus. Los deportistas no están obligados a ser portavoces del Gobierno, pero esto es una cuestión de salud pública. Los deportistas afroamericanos que no ayudan a que su gente se vacune están contribuyendo a las muertes que está habiendo. Y eso perpetúa el estereotipo que los señala como estúpidos que no son capaces de entender una evidencia científica y sacar conclusiones lógicas". Dicho queda.
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