La NBA está a unas semanas de comenzar su temporada 2021/2022 y ya ha protagonizado la primera polémica por culpa de los jugadores antivacunas. Que alrededor de 60 miembros de los equipos de las franquicias rechazaran inmunizarse del coronavirus era un problema, pero parece que la liga ha logrado reconducir la situación convenciendo a la mayoría de ellos para vacunarse. Uno ha sido Andrew Wiggins.
El caso de Andrew Wiggins ha sido de los más sonados. De hecho, se podría decir que solo ha sido más controvertida la postura de Kyrie Irving, estrella de los Brooklyn Nets que, aparentemente (según sus likes en redes sociales), cree que detrás de las vacunas puede haber una conspiración satánica con ordenadores capaces de atentar contra las personas de color.
Que se sepa, lo de Wiggins no ha llegado hasta tal punto, pero sí que ha rechazado rotundamente la vacuna. Lo que le ha hecho 'convencerse' ha sido la amenaza, que más bien era cumplir las normas sanitarias, de no poder jugar si no se vacunaba. Y es que el alero es forma parte de la plantilla de los Golden State Warriors, franquicia de San Francisco, donde se prohíbe la entrada en recintos cerrados con grandes aforos a todo aquel que no esté vacunado contra la Covid-19.
Los motivos que alegó Wiggins para no vacunarse eran religiosos. A muchos sorprendió, pero él nunca quiso ir más allá y hasta se enfadó cuando le insistieron en sus creencias: "No les pregunto qué creen que está bien o mal. Somos personas diferentes. Sería como ser padre. Algunas personas traspasan sus creencias a sus hijos. Algunas personas dejan que sus hijos crezcan y crean lo que quieren creer. ¿Quiénes son ustedes para que yo tenga que explicar lo que creo o lo que pienso que está bien o mal?", llegó a decir.
Pero Wiggins se encontró contra la espada y la pared y no solo por la estupefacción de los miembros de la franquicia y su propia afición. La NBA le dejó claro lo que había, rechazando su petición de una exención religiosa para justificar su decisión de no recibir la vacuna: "La NBA ha revisado y denegado el pedido de Andrew Wiggins de una excepción por razones religiosas de la orden del Departamento de Salud Pública de San Francisco, que requiere vacunación de Covid-19 para todos los participantes mayores de 12 años en eventos cerrados. Wiggins no podrá jugar los partidos de Warriors de locales hasta que no complete la vacunación requerida por la ciudad".
Eso dejó a Wiggins con el agua al cuello y es que no vacunarse le hubiera supuesto perderse más de la mitad de la temporada (todos los partidos de los Warriors en casa y aquellos que se disputaran en Nueva York, donde se estableció la misma norma sobre los pabellones que en San Francisco), suponiéndole una pérdida de casi 300.000 euros por partido. Eso sin contar el problema que suponía para su equipo dejar de contar con él.
Por qué se vacuna
Y Wiggins, número 1 del draft de 2014 por los Cleveland Cavaliers, se vacunó por las presiones recibidas. Lo confirmó primero su entrenador Steve Kerr, que no quiso entrar en más detalles salvo la puntualización de que ya todos sus jugadores se habían inmunizado.
El problema ha llegado de nuevo cuando ha sido el propio Wiggins el que ha hablado. Lejos de lanzar un mensaje a favor de las vacunas con el fin de acabar con la pandemia, el jugador canadiense dejó claro que se había vacunado en contra de su voluntad: "Sentí que la alternativa a vacunarme era no jugar en la NBA. No han hecho pública la regla, pero supongo que para realizar ciertas actividades tu propio cuerpo no te pertenece. Espero que haya gente más valiente que yo que pueda seguir luchando por lo que creen".
Espero que haya gente más valiente que yo que pueda seguir luchando por lo que creen
Además, parece haber revelado el motivo por el que no quería vacunarse, que no era otro que las consecuencias a 'largo plazo' que pueda tener la vacuna: "Con suerte, funcionará a largo plazo y en 10 años todavía estaré sano", dijo dudando de la medicina y los efectos de la vacuna. Ha recibido la primera dosis de Johnson & Johnson.
Que Wiggins se haya vacunado tampoco significa que sus más allegados lo vayan a hacer: "No es algo en lo que creemos como familia", dijo también sobre la postura de su mujer. "Ellos saben que tenía que hacerlo. Se redujo a vacunarme o no jugar al baloncesto. Tengo 26 años. Tengo dos hijos. Quiero más hijos. Estoy tratando de hacer algo que genere tanto dinero como pueda para mis hijos y mis futuros hijos, tratando de hacer riqueza generacional. Así que me arriesgué, me arriesgué y, con suerte, como dije, estoy bien". Estos son los mensajes que no necesita la sociedad actualmente.
[Más información - Críticas a LeBron James en la NBA por su postura con la vacuna: "Me decepcionó, es ridículo"]