Victoria para Alberto Contador en la Vuelta a Burgos, donde se impuso por sólo un segundo en un electrizante final en las Lagunas de Neila.
Es discutible que Alberto Contador sea ahora mismo el mejor ciclista del mundo, o el mejor especialista en carreras por etapas. Según el ránking UCI no es el mejor de España, sino el segundo tras Alejandro Valverde. Lo que es innegable es que es el corredor con más halo del pelotón junto a su coequipier Peter Sagan, vigente campeón mundial. No sólo es cuestión de imponer respeto en carrera o de ser competitivo en cada aparición: también de la expectación que genera su sola presencia.
“Me ha dicho que va a intentar ganar nuestra carrera; ¡que por él no va a quedar!”. Lo dice ilusionado un miembro de la dirección de la Vuelta a Burgos. Para cualquier organizador, Contador es una bicoca: él es trascendencia, él es medios de comunicación, él es espectáculo. Por eso cruzan los dedos para que gane. Y él responde. No sólo viene a engordar su palmarés con una victoria para los papeles, sino que se muestra activo e interesado y sazona los momentos más inesperados.
En esta Vuelta a Burgos, su única estación de camino a la Vuelta a España donde buscará enjugar su fracaso por caídas en el Tour de Francia, apareció de repente en la tercera etapa respondiendo a un ataque del diminuto escalador francés Kenny Elissonde (FDJ). “No lo tenía pensado: sólo es que me vi al frente del pelotón y decidí saltar”, dijo en meta como si su colocación fuera casualidad. Fue uno de esos movimiento que se hacen para probar las piernas y el resultado fue alentador, si bien alguno como Gianluca Brambilla (Etixx) aprovechó la ocasión para medirse con él y le batió en competición evanescente.
La victoria absoluta llegó sin adjudicar a la última etapa de la ronda burgalesa, tradicional final en alto en las Lagunas de Neila previo paso por distintas e insidiosas subidas para minar las fuerzas de la concurrencia, formada en esta ocasión por 13 de los 18 equipos del UCI World Tour (primera división del ciclismo mundial) gracias a azares del calendario. Antes, dos sprints llanos para Danny Van Poppel (Sky); uno en cuesta para Nathan Haas (Dimension Data); y una crono por equipos para Astana que generó diferencias, mínimas, en la general provisional.
La escapada del día, oportunidad para que la clase media del pelotón se exprese, fue aprovechada por dos talentos emergentes vascos, Omar Fraile de Dimension Data e Ibai Salas del conjunto local Burgos BH, para disputarse la clasificación de la Montaña, que cayó en el zurrón del primero. Ambos llegaron vivos hasta el penúltimo paso puntuable, donde fueron alcanzados por Michele Scarponi (Astana), Giovanni Visconti (Movistar) y Brambilla, probablemente el gran rival de Contador, que gastó unas balas que le faltaron en los kilómetros finales.
A los compases finales llegaron empatados ocho ciclistas entre los que, por supuesto, estaba Contador. El mejor colocado en la apretada general provisional era el murciano Rubén Fernández, ganador del Tour del Porvenir hace dos años que progresa escalón a escalón en Movistar Team. El peso de la carrera le cayó encima y Sergio Pardilla aprovechó para saltar por el córner. El escalador de Caja Rural-Seguros RGA, natural de Ciudad Real, estuvo a punto de ver su carrera deportiva finalizada en la Vuelta al País Vasco del año pasado por culpa de un bolardo mal señalizado que provocó una escalofriante caída masiva. Por fortuna, se restableció. Esta temporada la ha pasado buscando la victoria que pusiera colofón a su extraordinaria y meritoria recuperación. Hoy la alcanzó con superioridad.
La fiesta no fue completa para Pardilla por mor de un corte que le sajó 17 segundos en la jornada del viernes. Esto dejaba la lucha por la victoria absoluta abierta entre Contador, Brambilla y Ben Hermans (BMC). El italiano fue eliminado al principio del eterno kilómetro final de la ascensión; el madrileño, bien informado desde el coche por su excompañero y ahora director Ivan Basso, midió sus esfuerzos para arrancar en el momento justo, aguantar un segundo de su renta sobre Pardilla y doblegar a su rival belga, que en meta se mostraba intratablemente decepcionado. “Me da igual que quien me haya batido sea Contador: me cabrea no haber aprovechado mi oportunidad para ganar”.
Una vez conseguido el triunfo y recibidos los honores, Alberto Contador emitió su relato ante la prensa. Expresó su alegría por apuntarse una vuelta que aún no tenía en su palmarés y aludió a su desvanecimiento en la cima de las Lagunas de Neila hace hoy diez años: un “susto gordo” en sus propias palabras, por cuanto se temió que estuviera relacionado con el cavernoma cerebral del cual había sido operado dos años antes. Con esta victoria, el superclase pinteño completó una más de sus recuperaciones relámpago contra los pronósticos médicos: el 12 de julio anunció en rueda de prensa una baja de cuatro semanas que le descartó para la prueba de fondo en carretera de los Juegos Olímpicos que se disputa hoy en Rio. Próximo parada: Ourense, punto de inicio de la Vuelta a España.