Sólo quedaban tres batallas importantes antes del final de la Vuelta, suponiendo que este jueves en Gandía habrá una fuga anónima o un sprint al tratarse de un trazado más o menos llano. El caso es que este miércoles la expectación estaba en las posibles diferencias que se abrieran en la empinada subida de Mas de la Costa. Pero lo cierto es que la etapa ha carecido de trascendencia para la clasificación general. Y el pelotón ha tenido que ver en ello al dejar una escapada de 28 corredores con hasta siete minutos de ventaja [Así hemos contado la decimoséptima etapa].
Sólo el trabajo de BMC en el tercio final, y la aproximación de Orica a la subida, han conseguido reducir ese hueco a la mitad en la cima castellonense. Pero lo cierto es que esa fuga tenía buenas posibilidades tácticas, con gente filtrada en ella como Leopold König, Herrada, Gogl o Nielsen. Incluso Movistar y Sky llevaban un segundo corredor. Finalmente, tras la pelea en el alto del Desierto de las Palmas, primer puerto del día, el corte se fue sin más remisión y la etapa quedaba para ellos [Así está la clasificación general].
La fuga la ha resuelto Mathias Frank, que consigue su segunda victoria como profesional ocho años después de la primera. Un corredor que ya ha demostrado sobradamente que no es cojo ni mucho menos, terminando incluso octavo en el pasado Tour de Francia. Frank le da al IAM su segundo triunfo en la ronda española, justo el año de su desaparición, y culmina así de manera feliz una temporada –y un periplo de varios años- llenos de segundos puestos, lesiones y sinsabores compensados con mucha casta.
“Hoy estoy muy feliz, porque por fin he podido cumplir el objetivo de ganar en una gran vuelta”, ha explicado, aunque asegura que lo más importante para él es demostrarse que es capaz de alcanzar un gran nivel: “Todos queremos ganar. Es nuestro objetivo y es para lo que nos preparamos, pero la vida no va sólo de eso. Para mí es más importante ver que estos años atrás, aunque atacaba para ganar y lo intentaba todo, no lo lograba, y sin embargo sentía que era capaz de hacer cosas en este deporte”. Ahora le ha puesto un broche dorado a su paso por IAM, previo a marcharse a un AG2R donde hará de escudero de Romain Bardet.
Y, mientras, por detrás los cuatro hombres que se están disputando el premio gordo de esta Vuelta entraban todos juntos en la línea de meta. Froome, como siempre, subiendo más a ritmo y sin responder a los ataques. Y Contador, por fin, pareciéndose al de los hachazos de hace tiempo, aunque sólo sea por momentos. En esta etapa ha sido el más atacante de los cuatro, y ha sido Nairo Quintana en primera persona quien ha terminado secándolo, porque Chaves no daba la sensación de poder con él. Veremos si es una realidad que tiene un puntito más, o sólo un espejismo.
“Estoy disfrutando de mi país y su afición. Lo demás ya se verá, pero lo cierto es que me encuentro mejor. La Vuelta no empezó como a mí me hubiera gustado, pero bueno, hay que amoldarse”, ha dicho el tricampeón madrileño. El caso es que ha sido el corredor más atacante de los cuatro en el que era, a priori, el peor día para él. Veremos cómo está en la crono de Calpe.
Quintana, por su parte, ha mantenido una actitud mucho más defensiva, aunque con gran solvencia para mantener su maillot rojo. La primera etapa peligrosa de las que quedan hasta Madrid ya es historia, y él mantiene la misma diferencia.
Sin embargo, sabe que Froome estará más cerca tras la crono: “Yo espero hacerlo bien y no perder demasiado terreno. Que no me reste mucho, porque es una lucha de tú a tú donde nadie me puede ayudar. Así que hasta que no pasemos la línea de meta en Madrid, no puedo cantar victoria”. Nairo sigue siendo prudente mientras continúa la cuenta atrás. Mas de la Costa ya es historia, y no precisamente una historia muy brillante. El díptico alicantino dictará sentencia.