Kwiatkowski se lleva la Clásica de San Sebastián espoleado por Landa
El vasco concluyó quinto y fue clave para que su compañero en el Sky pudiese imponerse al sprint. Gallopin y Mollema no pudieron con el polaco.
29 julio, 2017 18:49Noticias relacionadas
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El polaco Michal Kwiatkowski (Sky) fue el ganador de la 37 edición de la Clásica de San Sebastián, al sprint, en una jornada en la que su compañero español Mikel Landa, que fue quinto, fue el gran animador de la carrera. Kwiatkowski asciende así de la decimoquinta plaza del World Tour a la octava, al sumar los puntos a los logrados también en la Milán-San Remo que ganó en el mes de marzo.
🇵🇱@michalkwiatek of 🇬🇧@TeamSky wins 🇪🇸@dklasikoa #Klasikoa pic.twitter.com/3wKduXh6fz
— World Cycling Stats (@wcstats) 29 de julio de 2017
La carrera guipuzcoana, fiel a su historia, se caracterizó por los ataques y los intentos de escapada desde los primeros kilómetros hasta que cuajó la fuga del día, con siete escapados entre los que estaba Imanol Erviti, que se mostró muy activo. La Clásica estaba muy abierta en los pronósticos y todo apuntaba a que no se consentirían aventuras definitivas, a pesar de que los escapados llegaron a tener rentas superiores a los cuatro minutos.
En los altibajos que recorren el diseño de esta prueba y con un intenso calor que la endurecía, el grupo de siete escapados se desgastó subiendo y bajando los diversos altos que endurecían el recorrido hasta que en el segundo paso por Jaizkibel (1ª categoría) fueron cazados por el grupo, del que tiraba el Sky.
Comenzó una nueva carrera con el Alto de Arkale (2ª categoría) y, sobre todo, la cota de Murgil Tontorra a escasos kilómetros de meta, todavía por atacar para los supervivientes. Arkale hizo la primera selección con hombres como Henao o Enric Mas, al que muchos ya coronan como sucesor de Alberto Contador, o el ciclista del Sky Gianni Moscón, hombres con capacidad para plantarse en la meta de San Sebastián si no había acuerdo atrás.
Moscón lo vio claro y, antes de poner a prueba el grado de consenso en el pelotón, atacó e hizo brecha en el grupo para escaparse en la localidad de Errenteria, a 25 kilómetros de meta, con unas diferencias que poco a poco iban incrementándose y se
acercaban al medio minuto. Era, no obstante, muy poca distancia para acometer los últimos kilómetros porque al italiano le quedaba lo más complicado, la pared de Murgil con tramos de un desnivel superior al 20 % que podían acabar con su aventura, como así fue a 10 kilómetros para la conclusión.
Atacó entonces Vanendert, pero detrás achuchaban los favoritos, Mikel Landa, Simon Yates o Rigoberto Urán, entre otros. Landa lanzó un ataque demoledor al que sólo pudo responder inicialmente Tony Gallopin, ya que Urán se ahogó en la subida y cedió metros después del intento de seguir al líder del Sky, algo que sí pudo hacer tras un esfuerzo titánico el ganador de la pasada edición, Bauke Mollema.
Michal Kwiatkowski, compañero de Landa, enlazaba con éste en la bajada y se formaba un grupo de cinco, con los dos Sky y Gallopin, Tom Dumoulin y Mollema, que se iban a jugar el triunfo en las calles abarrotadas por los aficionados en la capital donostiarra. Landa lanzó su ataque en los últimos metros, desgastó a sus rivales y dejó el camino franco para un gran sprint de Kwiatkowski, que se impuso a Gallopin y Mollema en la línea de meta, para lograr una gran victoria celebrada como propia por el alavés del Sky, que hizo quinto.