El kazajo Alexey Lutsenko (Astana) brilló con luz propia en el primer final en alto de la Vuelta imponiéndose en solitario en la quinta etapa disputada entre Benicassim y Alcossebre, con un recorrido de 175,7 kilómetros, en la que Alberto Contador entró en el grupo del líder Chris Froome, quien reafirmó su jersey rojo de líder. [Así le hemos contado la quinta etapa de la Vuelta] [Consulte todas las clasificaciones generales]
Gloria para Lutsenko, un chico de 24 años que sacó oro de la fuga de la jornada. El campeón del Mundo sub-23 en 2012 estrenó su palmarés en una grande gracias a un ascenso que no pudieron responder sus rivales. Alzó los brazos en 4h.24.58 con 42 segundos de adelanto sobre el eritreo Merhawi Kudus (Dimension Data) y 56 respecto al español Marc Soler (Movistar), sus inmediatos perseguidores.
Los favoritos se vieron las caras tras un ataque de Froome al que solo respondieron Alberto Contador, el colombiano Esteban Chaves (Orica) y el canadiense Michael Woods (Cannondale). El madrileño ofreció una versión positiva y encabezó el grupo que a su vez metió tiempo a algunos favoritos de la Vuelta.
Froome endosó 8 segundos a Van Garderen, 11 a Adam Yates, Fabio Aru y Zakarin, 21 a David de la Cruz, que se cae del podio, 26 a Nibali y 49 a Bardet. Diferencias no abultadas, pero significativas, que explican que Froome y Chaves están llamados al duelo estelar y el resto al grupo de oposición.
Salió Froome líder de la primera llegada en alto. Van Garderen le sigue a 10 y Chaves a 11 segundos. De la Cruz se aleja a 23, quinto y primer español, Nibali a 36, Aru a 49, Yates a 50 y Bardet a 1.37.
Primer examen en unos de los 9 finales en alto de la 72 edición de la Vuelta, un inédito muro como juez y un puñado de favoritos llamados a la batalla en rampas tan inéditas como imposibles, de esas que se suben más rápido andando que en bicicleta.
No ofreció tregua el recorrido, rompepiernas desde la playa de Benicassim, donde los turistas apenas dejaban un palmo de arena libre en la playa, hasta la Ermita de Santa Lucía, un trayecto con 3.000 metros de desnivel acumulado y cinco puertos.
Ver el perfil barruntaba sacrificio, pero siempre hay valientes y soñadores. Esta vez 17 corredores marcharon a las afueras de Benicassim, con Rubén Fernandez y Marc Soler (Movistar), una pareja del Caja Rural formada por Lluis Mas y Héctor Saez, el francés Alaphilippe (Quick Step), Lutsenko. el eritreo Kudus y el líder de la montaña, el italiano Villella (Cannondale), empeñado en defender su maillot de puntos azules de líder de la montaña.
Nunca pasó la ventaja de 4 minutos antes del último puerto. Después hubo tregua en la persecución. Así lo quiso el Sky de Froome, quien se encargó de manejar el ritmo del pelotón. Villella cantó bingo en todos los altos.
Para eso se alistó en la expedición. Misión cumplida. Coronó el Desierto de las Palmas, Alto de Cabanes, el Coll de la Bandereta y La Serratella, donde los chicos de Froome cruzaron a 4.30. Un sube y baja que iba minando las fuerzas del personal en espera de la prueba de fuego, con los favoritos afilando las garras.
También decidió el Sky entregar la etapa a los hombres de la avanzadilla y negociar aparte la batalla de la general entre los gallos. Dejaron 6 minutos de margen a Haller y Lutsenko, los primeros en saltar y al grupo perseguidor con Soler, Kudus, Alaphilippe, Gougeard, Mohoric. Con 7 minutos a 16 de meta el vencedor saldría de la fuga.
Lutseko se fue con Kudus, a quien remató nada más poner la rueda delantera en el ascenso a Santa Lucía, iglesia blanca y mediterránea en lo alto de una colina, un puerto "denominación de origen Vuelta", corto pero matón. El kazajo se fue solo y en solitario se deleitó con su primera gran victoria.
Un corredor de buen futuro, gregario de Aru en Astana y experto en fugas. Tiene triunfos en Vuelta a Suiza y París Niza. Supo aprovechar su primera oportunidad
Por detrás estaban actuando los favoritos. Froome, después de un tremendo trabajo del Sky, sobre todo del italiano Gianni Moscon, infatigable, puso el molinillo a 2.000 metros de la cima instalada junto a la Ermita de Santa Lucía, patrona de los ciegos.
La patrona guió al británico, iluminó a Contador, empeñado en no retirarse antes de tiempo y al colombiano Chaves, dispuesto a ser la sombra del ganador del Tour. Nadie sacó los ojos al resto, como cuentan que hicieron con la santa, que luego volvió a ver, pero lo que se vio fue que Froome y Chaves están llamados a animar la Vuelta. Y que Contador se retira en Madrid, no antes.
Este jueves se disputa la sexta etapa entre Villareal y Sagunto, de 204,4 kilómetros.
Noticias relacionadas
- Trentin priva a la Vuelta de su primer triunfo español en un esprint con Lobato
- Froome se viste de líder en Andorra tras una bonita etapa ganada por Nibali
- El belga Lampaert gana la segunda etapa de la Vuelta y es nuevo líder
- El BMC pone el primer maillot rojo de la Vuelta a Rohan Dennis
- Cuatro gallos y un tapado: Romain Bardet, amenaza oculta de la Vuelta a España