7 de septiembre de 2017. Decimoctava etapa de la Vuelta a España, entre Suances y el Monasterio de Santo Toribio de Liébana. Entonces nadie lo sabía, pero Chris Froome superó el límite permitido de Ventolín (sufre asma) aquel día. O, lo que es lo mismo, dio positivo por dopaje (salbutamol), como se hizo público en diciembre. Tanto la muestra A como la B dieron idéntico resultado: empezaba una polémica que dista mucho de estar resuelta a poco más de 24 horas de que arranque una nueva edición del Giro de Italia. En la que, al no haberse esclarecido el caso, participará el ciclista del Sky.
No es el primer corredor de élite asmático que tiene problemas por tratar su enfermedad en carrera. El Ventolín se puede tomar, pero sin superar el límite de 1.000 nanogramos, considerado ya “resultado adverso” y no “uso terapéutico” de la sustancia. Los nombres reconocibles se suceden en el historial de positivos por salbutamol: Miguel Indurain en el Tour de l'Oise de 1994 (no reconocido por la UCI), Alex Zülle en la Vuelta al País Vasco de 1993, Igor González de Galdeano en el Tour de Francia de 2002 (seis meses de sanción durante 2003 en Francia), Alessandro Petacchi en el Giro de Italia de 2007 (un año de sanción), Diego Ulissi en 2015 (nueve meses de sanción)…
Froome es uno más en esta lista. Con la salvedad de que no se ha tomado ninguna decisión a su respecto hasta ahora. Por lo tanto, la Vuelta de 2017 continúa en su palmarés (primer corredor de la era moderna que gana el Tour y la ronda española en un mismo año). Y, lo que es más importante, puede seguir corriendo. Como aún está en posición de defender que su uso del salbutamol respondió a motivos estrictamente médicos y no hay sanción de por medio, la vida sigue igual para el británico. El director del Giro, Mauro Vegni, fue claro al respecto: “No puedo detenerlo porque de lo contrario estaría infringiendo su derecho a competir”.
La Corsa Rosa se enfrentaba a una posible indemnización millonaria en el futuro (a pagar a los patrocinadores) si no dejaba correr a Froome y finalmente se le da la razón. Así que, por mucho que el escepticismo mande en torno a su positivo, no quedó otra que abrirle la puerta. Como ya hicieron antes la Vuelta a Andalucía, la Tirreno-Adriático y el Tour de los Alpes. Con buenas sensaciones especialmente en la última carrera, está en posición de mejorar sobremanera sus dos únicas actuaciones previas en la primera grande del año: 36º puesto en 2009 y abandono en 2010.
Su estado de forma es una incógnita, pero todavía lo es más si podrá disputar el Tour. No habrá veredicto en pleno Giro, o eso parece. El Tribunal Antidopaje trabaja en su caso y la UCI hubiese preferido que Froome estuviese inactivo hasta que todo se resolviese. Pero no ha sido así, y en la Grande Boucle, prueba que ha ganado cuatro veces, no le quieren en nómina bajo sospecha.
De hecho, el director de la carrera gala, Christian Prudhomme, ha llegado a declarar que los retrasos a la hora de emitir un juicio al respecto del caso Froome son “completamente grotescos”. Así se explica que la empresa organizadora del Tour, ASO, no pare de presionar a la UCI para que haya resolución antes de julio. Y que el veto al ciclista del Sky sea una posibilidad muy real a día de hoy si llega el verano y la situación es la misma.
“Creo que sería una gran lástima para la carrera si el defensor del título y cuatro veces ganador no puede estar en esa salida, incluso si el proceso y las reglas dicen que él puede. Sería una gran pérdida para el deporte”, se resignó el propio Froome en Eurosport. “Espero ser completamente exonerado de cualquier irregularidad, porque sé que no hice nada malo”, admitió también.
Todo parece indicar que él y Tom Dumoulin son los principales favoritos para la clasificación general de este Giro. Froome afirma que no se hace ilusiones con un hipotético triunfo, pero también que no se va a contener en las carreteras italianas. Eso sí, parece que ganar el que sería su quinto Tour le obsesiona más que llevarse su primera maglia rosa. Si esto último ocurre, la segunda posición en Italia podría cobrar cierta importancia si finalmente hay sanción… o no.
“No voy a quitar el nombre de un ciclista del cuadro de honor del Giro de Italia y luego presentar el trofeo y el maillot rosa a otro corredor un año después, como tuvimos que hacer después del caso Contador”, ha advertido el director del Giro. No sorprende, y menos cuando hace meses se filtró que se habían pagado dos millones de euros para asegurar la presencia de Froome en la cita italiana.
Con David de la Cruz, Kenny Elissonde, Sergio Henao, Vasil Kiryienka, Christian Knees, Wout Poels y Salvatore Puccio como compañeros de equipo, 'El keniata blanco' ha sido puesto en el disparadero. Por el papel que vaya a desempeñar en las tres próximas semanas y por el futuro, con o sin carreras de por medio, que le espere en el horizonte.
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