Todo el mundo esperaba el quinto duelo de Fernando Gaviria (Quick Step) y Peter Sagan (Bora) en Chartres, el que declinara la balanza. Pero los sueños y la realidad no siempre van de la mano. En su reinado en los sprints disputados hasta el momento en el Tour de Francia irrumpió Dylan Groenewegen (Lotto). Lo hizo sin siquiera seguir su rueda, aprovechando la rueda de Alexander Kristoff (UAE), yendo por el exterior de la última curva cuando los demás se peleaban por dentro. Y ganó con solvencia, dejando a los dos favoritos a varios metros de distancia. [Así te hemos contado la séptima etapa del Tour de Francia]
Aunque sobre el papel la etapa, larguísima, la más larga de esta edición (231 kilómetros), era un escenario perfecto para los velocistas, varios ciclistas intentaron arrebatarles el protagonismo. El que más lo intentó fue el francés Yoann Offredo (Wanty), que a los 35 kilómetros de carrera retó al pelotón y se marchó en solitario. Su aventura duró dos horas y media, hasta que el grupo dijo basta.
A 90 kilómetros de meta la carrera volvió a empezar. Laurent Pichon (Fortuneo) intentó una última escapada pero apenas superó los dos minutos de ventaja sobre el pelotón.
Mientras tanto, Greg van Avarmaet (BMC), maillot amarillo por quinto día consecutivo, consolidó más su liderato tras pasar en primer lugar por un punto intermedio que le dio tres segundos de bonificación y aumentar a seis su ventaja con Geraint Thomas (SKY). El resto de favoritos en la lucha por la general no sufrió ningún percance.
Esta ha sido la décima victoria de la temporada para Groenewegen; su segunda en el Tour de Francia tras la que consiguió el año pasado en los Campos Elíseos. "Después de las tres primeras etapas al sprint escuché comentarios de que no podía ganar en el Tour, y menos con la competencia de Gaviria y Sagan, pero hoy he demostrado que eso no tenía fundamento y aquí está mi victoria", dijo el holandés tras subirse el podio.
No solo calló bocas llevándose el índice a la boca tras cruzar la línea de metas, sino que, además, amenazó con la etapa de este sábado: "Tengo piernas para ganar. Celebraremos esta noche la victoria y quizás mañana vuelva a conseguir la victoria".
La de este sábado será la última oportunidad para los velocistas esta semana antes del pavés de Roubaix. Ese es un día marcado en rojo por los favoritos, su último enemigo antes de la alta montaña.
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