Ángel Madrazo, ganador de la quinta etapa de la Vuelta a España y actual líder de la montaña, tenía claro que iba a llevarse la etapa tras salir ileso de una embestida de su propio coche de equipo en un tramo de carrera. "Si he salvado esto es que es mi día, algo pasa, tengo que aprovechar".
"Estoy que no me lo creo, estoy en una nube. La culpa de todo es del maillot que llevo. Cogí la escapada para puntuar en los puertos y que luego mi compañero siguiese adelante. El equipo me dijo que levantara el pies. pero al ver que teníamos 10 minutos a falta de 70 kilómetros le dije a mi director: "Julio, no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy, y seguimos a ver qué pasaba", dijo.
Madrazo, en una rueda de prensa memorable por su espontaneidad y buen humor, comentó todas las sensaciones que tuvo: "Los 3 merecíamos la victoria. Le agradezco el trabajo a mi compañero Bol. A falta de 50 kilómetros se me pusieron las patas guapas y el equipo me dijo que "tranquilo, que ya has cumplido", pero no me quise quedar atrás y dije: "Yo ahí entro como sea, y Bol me esperó".
"En el ascenso teníamos buena ventaja, pero el ritmo me mataba, por eso fui haciendo la goma. En el último kilómetro vi la pancarta del puerto y dije: "Pues ahí también tengo que puntuar, Bol se puso a rueda y luego cuando arranqué se quedaron los dos. No me creía que había ganado. Los que ganamos poco no nos creemos estas cosas. Dentro de unos días me daré cuenta", dijo.
Su familia
Madrazo, a pesar de que muchas veces puede llegar a pensar que le duele todo es capaz de reaccionar con las frases que le dicen desde el coche del director deportivo.
"Me dicen que mi hijo me está viendo por la tele y eso para mi es como un gel de cafeína. Tengo dos hijos pequeños, uno de 4 y uno de dos meses. El mayor ya entera, y quiero hacerle ver que el que algo quiere algo le cuesta, que nunca hay que rendirse. Hoy he conseguido lo que llevo buscando toda la vida. Ha sido el triunfo con mayúsculas", comentó.
Según Madrazo, la "culpa" también la tiene su mujer, "que es la que me da palos cuando me quiero rendir y me anima. No pensamos igual en muchas cosas. A ella no le gusta el deporte y a mi sí, a ella le gusta leer y a mi no. Además me quiero comprar una Play 4 y no me deja".
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