El alemán Pascal Ackermann (Bora Hansgrohe) fue el encargado de estrenar el maillot rojo de líder del Tour de los Emiratos Árabes Unidos tras una demostración al esprint en la primera jornada disputada con llegada y salida en Dubai, con un recorrido de 148 kilómetros.
Fue un esprint largo, desordenado, muy "loco" al final, pero Ackermann sabía que tenía serias opciones al contar con el viento a favor, ya que su peso y potencia al máximo exponente resulta imparable. Atacó a 200 metros de la meta y alzó los brazos por segunda vez en la temporada.
El ciclista de Kandel, bronce en el último Europeo en ruta, marcó un tiempo de 3h.29.19 e impidió que la gloria le llegara al australiano Caleb Ewan (Lotto Soudal), segundo clasificado. En la tercera plaza se coló el francés Rudy Barbier (Israel) y entró a la refriega el español José Joaquín Rojas (Movistar), noveno clasificado.
Una etapa tranquila desde el inicio, marcada por el retorno de Chris Froome tras 8 meses de baja y la previsión de un esprint por todo lo alto que finalmente se produjo.
En el recorrido más desértico de la presente edición con inicio en The Point y final en Silicon Oasis, la zona tecnológica, se animaron a entrar en fuga dos hombres del Gazprom, Cherkasov y Scaroni, y Stojnic y Tortomasi del Vini Zabu.
Fuga condenada por los equipos de los esprinters desde el inicio, ya que en ningún momento permitieron diferencias de escándalo. El Jumbo Visma de Groenewegen, con Tony Martin de locomotora, y el Lotto Soudal de Caleb Ewan marcaron el ritmo necesario bajo un sol de justicia para evitar sustos.
A 33 kilómetros de meta la fuga estaba controlada, aunque el pelotón decidió mantenerlo al "baño maría" hasta que se puso en marcha la maquinaria del esprint.
Entonces se acabó el paseo. Adiós a la última rebeldía de Cherkasov y Tortomasi, que aguantaron sin futuro alguno hasta la pancarta de 15 a meta.
Comenzó el marcaje por el botín más preciado, la etapa y el primer maillot rojo de la ronda. Cabezas al manillar, dientes apretados y a seleccionar el grupo de candidatos.
El Deceuninck de Sam Bennett tomó la responsabilidad para imponer su "treno", fue el equipo más laborioso en los últimos instantes, pero fue el Groupama de Arnaud Demare quien se animó a romper la disciplina del grupo a 1500 metros de la meta.
El último kilómetro era supersónico, así lo indicaba el viento trasero. Ideal para Ackemann, con sus cera de 80 kilos convertido en un cohete para llevarse la primera corona y el liderato.
Este lunes se disputa la segunda etapa entre Dubai y Hatta, de 168 kilómetros, con un final en ascenso de 3 kilómetros que incluye rampas del 12 y 17 por ciento.
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