La temporada de ciclismo 2020 está a punto de arrancar y, con ello, el espectáculo de las grandes vueltas. La primera en celebrarse, saltándose el orden habitual, será el Tour de Francia. Sin embargo, habrá que esperar hasta octubre para poder seguir el Giro de Italia. La carrera italiana, que estará pendiente de lo que pase en Francia, estudia ya introducir poderosas medidas de seguridad como unas pulseras con sonido para los fans.
La pandemia no solo ha parado el deporte durante muchos meses, si no que ha obligado a que la vuelta a la actividad no sea igual que antes. El ciclismo ha sido uno de los deportes más golpeados debido a su inestabilidad económica, pero también a su especial idiosincrasia que le hace ser diferente al resto.
Una de las carreras más importantes que ha estado en el aire hasta relativamente poco ha sido el Giro de Italia. La 'Corsa Rosa' ha tenido que esperar a que el gobierno italiano diese el visto bueno para que se aprobase su salida en un país muy castigado por el coronavirus.
Sin embargo, tendrá unas medidas especiales desde su inicio. La primera de ellas será el cambio de sede sus primeras etapas, ya que no arrancarán en Hungría si no que lo harán en la misma Italia. De todas formas, la viabilidad de la carrera no está al 100% asegurada y todavía no se ha presentado el calendario definitivo.
"Las cosas podrían cambiar de cualquier manera, pero si las cosas se ven bien en julio, el Giro se llevará a cabo como siempre; si las cosas empeoran, entonces será preocupante y el Giro podría estar en riesgo", esto afirmaba Mauro Vegni, director de la carrera, hace unos días en el canal Abruzzian Tele8.
No obstante, la situación actual invita a ser positivos y por ello, la empresa organizadora RCS llevará a cabo importantes medidas de seguridad para que todo transcurra sin incidentes: "Estamos trabajando en un protocolo que se dividirá en diferentes áreas. No podemos controlar los caminos; tenemos que confiar en el buen comportamiento de las personas".
La importancia de la distancia
Uno de los aspectos que más preocupa a la organización es la presencia del público. Los aficionados que siguen el ciclismo no son unos aficionados al uso, como ocurren en otros deportes donde comprar su entrada, acuden a su localidad y permanecen en ella sin moverse. Los fans del ciclismo son tan especiales como el mismo deporte.
Por ello, desde RCS se plantean introducir una medida con pulseras para controlar a la gente: "Probablemente le daremos al público una pulsera que haga ruido cuando las personas no respeten el distanciamiento social, registrando con quién entran en contacto. Habrá inversiones serias para garantizar el distanciamiento".
El distanciamiento social y el control del público parecen dos de los puntos más importantes a tener en cuenta tanto para dirección de carrera como para los organizadores, ya que pueden ser dos grietas por las que se escape el buen hacer de un pelotón bajo estrictas medidas de seguridad.
El Giro comenzará el día 3 de octubre en Palermo con una contrarreloj muy similar a la que se iba a realizar por las calles de Budapest, lo que obligará a los máximos favoritos a estar alerta desde el primer día.
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