"Un formato atípico con vocación de gran fiesta popular: tres vueltas distintas por el interior del territorio, una de ellas repetida, para que los espectadores disfruten del paso del pelotón a lo largo de la jornada, antes de asistir a lo que cabe prever como la primera escaramuza en la gran guerra por el esprint al final de una última curva que desembocará en el Paseo de los Ingleses.", según explica Christian Prudhomme, director del Tour de Francia.
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