Lutsenko triunfa en Mont Aigoual en una insípida etapa sin movimientos entre los favoritos
Jesús Herrada, que protagonizó una gran remontada en la última subida, terminó siendo segundo en la línea de meta.
3 septiembre, 2020 16:51Noticias relacionadas
La sexta etapa del Tour de Francia dejó una nueva decepción entre todos los aficionados. Esta vez sí hubo una gran escapada con corredores de mucha entidad, pero fue el pelotón, y concretamente los favoritos a la carrera, quienes más decepcionaron. La victoria fue para un excelente Lutsenko que no tuvo rival en la ascensión final [Así vivimos la sexta etapa del Tour de Francia 2020].
En segundo lugar entró Jesús Herrada que protagonizó una excelente remontada tras descolgarse de la fuga en los primeros movimientos. Sin embargo, el español supo aguantar y poner su ritmo para remontar puestos. Entre los favoritos no hubo movimiento y solo Alaphilippe se lanzó ya en el sprint. Adam Yates sigue de líder.
Etapa de 190 kilómetros la sexta del Tour de Francia 2020 con final inédito en el Mont Aigoual. Tras las críticas recibidas en días anteriores por la ausencia de fugas o por la facilidad de su formación con apenas unos movimientos, en el día de hoy sí se produjo una fuga de entidad, con corredores de muchísimo nivel y que le podrían las cosas difíciles al pelotón. Mucho movimiento de salida que finalmente conformó un grupo formado por Van Avermaet, Daniel Oss, Powless, Lutsenko, Rémi Cavagna, Nicolas Roche, Edvald Boasson Hagen y el español Jesús Herrada.
Este grupo de corredores, favorecidos por una primera mitad de la etapa sin apenas dificultades en el recorrido, pusieron su ritmo en el llano y consiguieron hacer camino con cierta facilidad. Por detrás, el Mitchelton Scott marcaba el paso en el pelotón, pero sin ninguna intención de echar abajo la escapada. Tras unos 50 kilómetros recorridos, la diferencia superaba ya los 4 minutos.
Poco a poco, esta diferencia fue creciendo gracias al enorme nivel de los corredores que habían conseguido formar la escapada del día. Con hombres como Cavagna, Van Avermaet o Daniel Oss, el llano les cundía y los minutos empezaron a caer. 60 kilómetros transcurridos y las diferencias se iban por encima de los 6 minutos. Por fin el Tour tenía una escapada a la altura de la carrera.
El ritmo se fue igualando entre el pelotón y la fuga con rentas que se alternaban entre los 5 y los 6 minutos cuando se superaban los 100 kilómetros de etapa, mientras que el Mitchelton Scott del líder Adam Yates seguía tirando más por oficio que por intenciones reales de echar abajo la escapada. Sin peligro para el liderato, un empujón final les serviría para seguir conservando el amarillo si Adam no era descolgado por alguno de los favoritos en la subida final.
La aparente tranquilidad del día estaba propiciando que no hubiera caídas, aunque Dayer Quintana, hermano de Nairo y compañero suyo en Arkea, sufrió un susto a falta de 60 kilómetros para el final. El colombiano tropezó con un bidón que había tirado en la carretera mientras intentaba llamar al coche y se fue al suelo, librando por poco el golpe con la mediana.
Mientras tanto, en una de las primeras disputas del día, Sam Bennett pasaba primero del grupo de los sprinters por la meta volante y consolidaba su maillot verde de los puntos tras el enésimo sprint decepcionante de Peter Sagan. El eslovaco, segundo en la clasificación de la regularidad, demuestra una notable falta de nivel que le va a poner muy difícil obtener su octavo maillot verde.
Superado el sprint, llegó el turno de la montaña en la sexta etapa, concentrada en los últimos 50 kilómetros de la prueba. La escapada seguía rodando delante con comodidad con 5 minutos de ventaja mientras Ineos y Jumbo-Visma se dejaban ver en los puestos cabeceros para empezar a poner un cierto control. Por detrás, malas noticias para Movistar que veía como su líder, Enric Mas, se iba al suelo a falta de algo menos de 40 kilómetros para el final. Sin embargo, el mallorquín se pudo reintegrar al grupo gracias a la ayuda de sus compañeros.
Ya dentro de la parte más dura del día, la fuga comenzó a fragmentarse mientras el ritmo del pelotón aumentaba, reduciendo la diferencia por debajo de los tres minutos y medio. Ineos decidió tomar la responsabilidad por primera vez en el Tour, y a falta de 26 kilómetros para el final puso un ritmo cuartelero para controlar la situación a pesar de que hombres como Andrey Amador, que sigue recuperándose de una dura caída, perdían contacto con el grupo. La diferencia de la fuga era ya de tan solo 2'45".
En la escapada, Daniel Oss y Edvald Boasson Hagen eran los primeros en descolgarse tras el imponente ritmo que ponían corredores como Lutsenko o Powless. El corredor del Education First fue el primero que se movió con seriedad, provocando los problemas de Herrada y Van Avermaet. El español parecía descolgarse, pero lejos de venirse abajo fue capaz de poner su ritmo para terminar haciendo una ascensión muy sólida y regular. El corredor del Cofidis había llegado en una forma excelente a este Tour.
En el pelotón, Fabio Aru lo probó desde lejos y saltó sin que nadie siguiera su movimiento ni tan siquiera para hacerle un mínimo marcaje. Parecía algo bueno y refrescante para la etapa porque muchos esperaban que trajera consigo un ataque de Pogaçar en el momento de la verdad. Mientras tanto, por delante, sí se repartían de los lindo.
Lutsenko y Powless parecían destacarse como los más fuertes y conseguían mantener una diferencia cercana a los 2'50", lo que les daba una tranquilidad definitiva para jugarse la etapa. Sin embargo, con lo que no contaban era con la milagrosa recuperación de un Jesús Herrada que se lanzó a por el dueto de cabeza. Powless perdió terreno con el corredor del equipo Astana y Herrada lo aprovechó acercarse a él y dejarlo también en la estacada. Sin embargo, la diferencia con Lutsenko era ya demasiado amplia.
Por detrás, Pogaçar tuvo un pequeño problema que le hizo descolgarse del pelotón a falta de 7 kilómetros para llegada, pero rápidamente consiguió reintegrarse para culminar la ascensión en el grupo de favoritos que apuraba los últimos metros con posibilidades para moverse.
En meta, Lutsenko certificaba su gran victoria tras una última subida sin fisuras donde demostró ser el más fuerte. Por detrás llegó un heroico Jesús Herrada que firmaba un meritorio segundo puesto y que, en vista de su gran rendimiento, seguro que podrá intentar conseguir una victoria en futuras escapas.
Por detrás, ya en los últimos metros, Alaphilippe lanzó el sprint para intentar arañar algunos segundos al grupo de favoritos e intentar así recuperar parte del botín perdido ayer tras su sanción de 20 segundos por coger un bidón en la recta final de la etapa, superado ya el límite de la zona de avituallamiento. En la general no hubo cambios tras una etapa decepcionante en la que se esperaba algún movimiento de hombres importantes. Mañana viernes tendrá lugar la séptima etapa entre Millaur y Lavaur con un recorrido total de 168 kilómetros.
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