"El macizo de La Chartreuse podrá servir de inspiración a los escapados, siempre que antes hayan franqueado el puerto de Porte. Por su parte, el fabuloso relieve del parque natural de Vercors presenta todas las características de una etapa trampa. En 1987, se sirvió un cóctel similar en Villard-de-Lans que, sin duda, dejó un regusto amargo a Jean-François Bernard", según explica Christian Prudhomme, director del Tour de Francia.
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