Demare firma su segunda victoria en el Giro de Italia
El francés estuvo atento a los ataques en los dos últimos kilómetros de la sexta etapa del Giro de Italia. Demare arrancó a 500 metros sin rival.
8 octubre, 2020 16:56Arnaud Demare vensió sin rival en la sexta etapa del Giro de Italia 2020. El francés estuvo muy atento a los ataques de los dos últimos kilómetros y fue el esprinter mejor colocado. No hubo cambios en la general después de esta llegada masiva a la meta del día. Joao Almeida sigue siendo líder, con Pello Bilbao en segunda posición. [Así fue la 6ª etapa del Giro de Italia 2020 entre Castrovillari y Matera]
El campeón de Francia, de 29 años, no dio opción a sus rivales y levantó los brazos con autoridad con un tiempo de 4h.54.38, por delante del australiano Michael Matthews (Sunweb) y del italiano Fabio Felline (Astana).
La jornada estuvo protagonizada por una escapada de 4 hombres que aguantaron hasta la pancarta de 15 kilómetros a meta: Whelan (EF Pro Cycling), Frapporti (Vini Zabu), Bais (Androni) y Zana (Bardiani), momento en que los equipos de los esprinters activaron el protocolo para jugarse la etapa por velocidad.
Segunda victoria para @ArnaudDemare en este #Giro
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Menudo cabreo se ha cogido @petosagan
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Doblete para el ciclista galo, su tercera victoria en el Giro, en el que ya ganó una etapa en 2019, y la duodécima en una temporada bastante fértil para el ciclista de Beauvais, orgulloso de lucir el maillot tricolor y de ganarle además la partida a Peter Sagan por la camiseta "ciclamino" por puntos.
Una fuga costosa
La etapa salió de Castrovillari, la localidad más importante del Parque Nacional de Pollino, con prisa para 4 corredores que atacaron en el kilómetro cero. Nada más salir, dos cotas, en la primera ya habían abierto diferencia Whelan (EF Pro Cycling), Frapporti (Vini Zabu), Bais (Androni) y Zana (Bardiani), con licencia del pelotón para andar camino y soñar con imágenes de gloria.
Mientras el cuarteto rodaba a placer, con ventajas que llegaron a ser de 10 minutos, el Deceuninck asumió la responsabilidad de marcar el ritmo de persecución, dejando claro que la maglia rosa de Almeida no se regala.
A los hombres del líder les tomaron el relevo los del Bora, además en serio, agarrando el látigo para decidir el ritmo de persecución. La intención era clara, tratar de colocar a Sagan en la quiniela por la victoria, si bien el final ondulado, en teoría no era el más adecuado para el eslovaco triple campeón mundial, quien fue octavo en meta.
Dicha intervención tuvo efectos inmediatos. A 60 de meta el retraso del grupo principal era de apenas 3 minutos. El grupo del Bora tuvo la culpa de que la avanzadilla se rindiera a 15 de Matera.
Por el camino, Demare cosechó dos puntitos en el esprint intermedio de San Severino Lucano, acercándose a Sagan en la lucha por la maglia "ciclamino" por puntos.
Sagan trabajó para nada
El aliciente puntuable del día era la Galleria Millotta, un tercera de 4,7 kilómetros al 6,9 por ciento que no alteró el orden. Debilitó aún más la escapada, en la que el australiano Whelan trató sin éxito una última rebelión.
En la aproximación a Matera los favoritos se colocaron delante ante un final que podía encerrar sorpresas, sobre todo un repecho de 750 metros al 10 por ciento a 2,5 de la última línea.
Se llegaba a ciudad famosa por los "Sassi", casas excavadas en la roca típicas de la región de la Basilicata y Apulia, una localidad muy cinematográfica donde se han rodado innumerables película, sobre todo de temas bíblicos.
Los actores debían ser los esprinters capaces de afrontar algunas cuestas, ante aquellos que debían aprovechar esas dificultades para largarse y evitar una "volata" al uso.
Con el líder Almeida atento en cabeza se tensó el final con el Groupama de Demare afilando el grupo y Filippo Ganna de locomotora, aunque esta vez el italiano pronto se desfondó.
El repecho peligroso no eliminó a nadie, aunque algunos quedaron tocados. Arriba llegó un numeroso grupo con los candidatos previstos. Nibali intentó el despegue a 800 metros, después trató de sorprender Fuglsang, pero las cámaras no iban a ser para los favoritos.
La película se la montó Démare con un espectacular esprint que no admitió discusión. Cuando arrancó se fue. Sin más. Fue el actor estelar en un lugar mágico, Patrimonio de la Humanidad, donde las cámaras inmortalizaron el triunfo del campeón galo, que suma y sigue.