Tadej Pogacar se ha proclamado ganador del último Monumento de la temporada celebrado en Italia. El corredor del UAE Team, triunfador en los últimos dos Tour de Francia, se ha llevado la victoria en Il Lombardia tras dejar una jornada para el recuerdo con un ataque a más de 30 kilómetros de meta.
El ciclista esloveno no solo fue el más fuerte de la carrera, sino que dio un golpe encima de la mesa incluso por encima de corredores que a priori partían con mayores opciones por su punto de forma, en especial su compatriota y gran rival Primoz Roglic. Pogacar firma así su segundo Monumento de su palmarés tras su victoria en la Lieja-Bastoña-Lieja de esta temporada. En segunda posición quedó Fausto Masnada, que no pudo con Tadej en el sprint final. Yates fue tercero tras llevarse la llegada del resto de favoritos. Valverde fue quinto.
La temporada 2021 va tocando a su fin, pero se resiste a hacerlo con días aburridos. Una vez más, los grandes gladiadores del pelotón se prepararon para una batalla sin cuartel en la que un genio como Pogacar brilló por encima del resto. Casi no había aparecido desde que ganó el Tour de Francia y en la Milán-Turín de hace unos días, aunque mostró un buen nivel, no pudo hacer nada ante Roglic y Yates. Pero Tadej se conoce mejor que nadie y avisó a todos de que las sensaciones que le habían dado sus piernas eran las idóneas y vaya si lo han sido, victoria de las que hacen afición y broche de oro al año.
Jornada maratoniana de más de 6 horas y más de 260 kilómetros con más de 4.500 metros de desnivel acumulado para un pelotón que guardaba a los más grandes nombres del ciclismo mundial. Y algunos de ellos estuvieron presentes en muchos movimientos del día. Los primeros en dejarse ver lo hicieron a 220 kilómetros de meta. Eran los petardos iniciales de una gran fiesta para escaladores.
Al paso por Madonna del Ghisallo se formó la gran fuga del día con un grupo en el que rodaban Bais, Garosio, Bakelants, Novak, Champion, Tim Wellens, Hamilton, Ghebreigzabhier, Orrico y Campenaerts, los cuales abrieron rápidamente más de dos minutos de ventaja. En el pelotón dejaban hacer y la diferencia fue creciendo hasta situarse por encima de los cuatro minutos. No era muy preocupante el grupo que rodaba en cabeza, ya que solo Tim Wellens podía suponer una mínima amenaza. La ventaja, cuando ya restaban menos de 200 kilómetros para meta, seguía creciendo.
A falta de unos 160 para el final, el pelotón decidió estabilizar la renta en torno a los 4'30" con Jumbo-Visma e Israel ejerciendo el liderazgo. Gregarios preparados para hombres como Roglic, Dan Martin, que se retiraba del ciclismo en la jornada de este sábado, o Vingegaard. Sin embargo, fue la entrada decidida de Deceuninck Quick Step la que hizo que la renta de los fugados fuera cayendo, bajando de los 4 minutos rápidamente. Muchas balas para los de Patrick Lefevere con corredores como Alaphilippe, Joao Almeida o Evenepoel.
De hecho, los belgas fueron los primeros en mover el árbol de los favoritos con un movimiento de Baggioli a falta de 85 kilómetros. Con las gafas sobre el casco, muchos pensaron que era Remco y se echaron las manos a la cabeza. Falsa alarma y momento para que otros gregarios como Dunbar o Tao de INEOS salieran por delante. La renta ya estaba por debajo de los dos minutos.
La carrera fue avanzando y llegó hasta el Passo di Ganda, lugar clave y donde se iban a desencadenar todos los artificios. DSM y Deceuninck tensaron aún más la cuerda y muchos grandes nombres como Simon Yates o Vlasov empezaron a quedarse. También lo hicieron Joao Almeida y Evenepoel, que dejaban toda la tostada a Alaphilippe.
Momento de la verdad
Y a falta de 40 kilómetros para meta llegó el momento decisivo. Vincenzo Nibali arrancó del grupo de favoritos y se llevó consigo a Bardet y Sivakov. No fue un movimiento definitivo, pero sí la llama que necesitaba Pogacar para verlo claro. El esloveno se fue con ellos sin que nadie en el pelotón se moviera, quizás no confiaban en que tuviera piernas suficientes para romper la carrera. Y unos kilómetros más adelante soltó el estacazo definitivo.
Rápidamente se abrió un hueco de unos 30 segundos y entonces ahí, muchos se echaron las manos a la cabeza. Yates endurecía la marcha, pero ya era tarde, se les había ido. Alaphilippe también puso un punto más en el final de la subida y su compañero Masnada, con total libertad, se lanzó en la bajada a la caza del esloveno.
Contra todo pronóstico le terminó dando caza y juntos encararon los últimos kilómetros, con el repecho final de casi un kilómetro y medio como plato fuerte. Pogacar tensó la cuerda, pero no consiguió soltar al italiano, que corría en casa. Este también hizo su intento, pero todo estaba visto para sentencia hasta el sprint. Ahí Pogacar demarró sin rival y alzó los brazos victorioso. Por detrás, Simon Yates entró por delante de Primoz Roglic y un Valverde que, tapado durante casi todo el día, consiguió aguantar entre los mejores para firmar otro To5 en otra gran Clásica este año.
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