Los problemas y las dudas de Tom Dumoulin crecen año tras año. El ciclista neerlandés no levanta cabeza y ha vuelto a registrar otro paso atrás en su carrera deportiva. Esta semana se ha retirado de la Volta a Cataluña y ha dejado al Jumbo-Visma huérfano de un gran líder para la disputa de la carrera española.
El ganador del Giro de Italia del año 2017 no es capaz de superar los problemas que ha arrastrado en los últimos años y sigue envuelto en una espiral de malos resultados y lesiones. Una crisis casi existencial que tiene a un triunfador en grandes vueltas y que fue capaz de hacer podio en el Tour de Francia completamente destrozado.
Además, esto complica enormemente el futuro del equipo Jumbo-Visma, quien contrató a Tom Dumoulin con la esperanza de darle una segunda vida a su carrera después de brillar en el antiguo Sunweb. Sus miras estaban fijadas en el Giro de Italia de esta temporada. Sin embargo, después de este extraño abandono, las dudas han crecido todavía en torno a su participación en la ronda italiana como líder de su formación.
Tom lleva varios años sin dejarse ver en las grandes carreras, acumulando lesiones y abandonos que, como el de la Volta, han ensombrecido la figura de un ciclista que llegó a ser comparado con Miguel Induráin por su planta y por su capacidad para pasar la montaña con los mejores a pesar de ser un especialista contra el crono.
De hecho, en uno de sus regresos, Dumoulin dejó una de sus últimas muestras de brillo al colarse en el podio olímpico de la prueba contrarreloj de los Juegos el pasado verano en Tokio. Desde que ha alternado sus idas y venidas, el ciclista neerlandés solo ha conseguido rendir en este tipo de pruebas, pero no así en las carreras por etapas ni tampoco en jornadas de alta montaña. Por eso este Giro iba a ser especial para él, porque estaba pensado para marcar su regreso a la élite del pelotón internacional.
Sin embargo, la edición 101 de la Volta a Cataluña ha vuelto a sembrar de dudas su camino. Eso ha provocado que incluso reciba críticas desde dentro de su equipo para acrecentar todavía más su crisis. Dumoulin no solo ha sufrido en lo físico, si no que lo ha hecho también en lo mental.
Guerra con la salud mental
Por ello llegó a retirarse de manera temporal del ciclismo. Después de ganar el Giro de Italia y de hacer un segundo puesto en el Tour de Francia (2018), manteniendo duelos vibrantes con corredores como Chris Froome, Tom perdió la pasión por la bicicleta y decidió echarse a un lado y decir adiós, aunque después terminó volviendo. Todo arrancó con una lesión de rodilla tras una caída que le tuvo un largo periodo de tiempo fuera de juego y de la que nunca llegó a recuperarse entre infecciones y recaídas. El 2019 fue el principio del fin para él. Y a principios del 2021 sorprendió a todos con esa decisión de marcharse, aunque terminó retornando meses después.
Diversas informaciones apuntaron a que fruto de aquella caída, se le habían quedado dentro sustancias como pequeños fragmentos de piedra y arenilla que hacían imposible que se sintiera plenamente cómodo sobre la bicicleta cuando ejecutaba su pedalada. Ahora, sigue perdido intentando encontrar ese éxito que tanto demostró hace unos años y que se ha marchitado por completo hasta ser un corredor que ni siquiera puede ofrecer un nivel medio para aguantar en el pelotón internacional de primer nivel.
Ese adiós camino de Perpignan ha supuesto la enésima catarsis que vive Tom en los últimos dos años. Sus problemas se están acrecentando desde su llegada al Jumbo-Visma, escuadra que lo fichó para formar un tándem imbatible con Primoz Roglic y que se ha encontrado con un problema que tiene una muy difícil gestión. Su elevado sueldo y su historial hacen que sea muy complicado poder tratarle acorde al nivel deportivo que en estos momentos es capaz de demostrar la 'Mariposa de Maastricht'.
El Giro, la carrera que le vio brillar, estaba marcada como la prueba que tendría que vivir su resurrección. Pero ahora mismo está en el aire incluso que pueda estar en la salida junto al resto de sus compañeros teniendo en cuenta su actual situación. A pesar de tener solo 31 años y de llevar 11 en el profesionalismo, la carrera de Tom Dumoulin está herida de muerte.
[Más información: La revolución tecnológica del ciclismo: de los cascos del Education First a la tija telescópica de Mohoric]