El ciclismo a veces deja imágenes muy sorprendentes. Y no tiene por qué ser en carrera. Una de ellas es la que ha protagonizado el corredor estonio Rein Taaramäe, quien está realizando una concentración de entrenamientos en Ruanda, una zona que tiene una gran devoción por el ciclismo y que se convertirá en la sede de los Campeonatos del Mundo en el año 2025.
El evento se realizará en su capital, Kigali. Y este corredor del Intermarché-Wanty-Gobert, ganador de dos etapas en La Vuelta y una en el Giro de Italia, ya ha podido comprobar in situ la pasión que tienen por el ciclismo en esta zona. Taaramäe, ciclista que tiene ya un nombre en el pelotón debido a su dilatada experiencia, ha sido el protagonista de una curiosa anécdota que ha corrido por las redes sociales como la pólvora.
Mientras realizaba uno de sus intensos entrenamientos para preparar futuras competiciones, se encontró con un repartidor que iba en su bicicleta cumpliendo con sus obligaciones labores que era capaz de seguirle el ritmo y que además era gran aficionado al deporte de la bicicleta. Entonces, en ese momento decidió proponerle un curioso cambio.
Taaramäe le dejaba su bicicleta de la marca CUBE, la que monta su escuadra, y cogió la de este simpático repartir para recorrer unos metros. Un curioso pique que dejó una imagen que seguramente muchos no esperaban. Rein, vestido de ciclista totalmente porque había salido a entrenar, sufría para seguir el ritmo de su sorprendente rival.
Mientras tanto, el repartir, que iba en chanclas y con ropa de calle, se subió a esta montura de primer nivel para derrochar vatios como si no le costase esfuerzo. Acostumbrado a pedalear sobre su pesada bicicleta de paseo, en cuanto probó lo bueno, demostró todo su potencial. Empezó a darle a los pedales como si no hubiera un mañana hasta que a Rein Taaramäe no le quedó más remedio que abrirse y aceptar su derrota.
El corredor estonio empezó a hacer gestos a la cámara, su mujer iba grabando toda la secuencia, asumiendo que iba con el gancho y que estaba 'literalmente' muerto después del sprint que le había planteado su inesperado oponente. Una vez se detuvieron, ambos continuaron con sus rutinas y Taaramäe, después del calentón, pudo seguir con su entrenamiento después de haber sufrido de lo lindo.
Antes de marcharse, compartieron unas palabras e incluso se tomaron una foto juntos para inmortalizar un momento que ha sido de lo más divertido que se ha podido ver en el ciclismo internacional en las últimas horas. Aunque se trata de un hecho casual, que se haya producido en el entorno del Intermarché-Wanty-Gobert no lo es tanto.
Apoyo al ciclismo africano
Esta formación belga de la categoría UCI World Team, y que también tiene su propia división en el ciclocross, es una de las que más está apoyando el ciclismo en el continente africano. Impulsar este deporte en esta región que históricamente no ha gozado de mucho protagonismo es uno de los grandes proyectos de la Unión Ciclista Internacional.
De hecho, cuentan en sus filas con la gran esperanza africana, el eritreo Biniam Girmay, una estrella de los sprints y que esta temporada está brillando en las carreras belgas de un día, algo que no había pasado en la historia del ciclismo. Gracias al poder que está registrando su imagen, el Intermarché está llevando a cabo un trabajo de cuidado muy importante de los más jóvenes en África para encontrar así a más talentos escondidos.
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