La Vuelta al País Vasco ha supuesto un soplo de aire fresco para el ciclismo español. Después de las victorias de Pello Bilbao y Carlos Rodríguez, y de la buena imagen que han dejado corredores como Enric Mas o Marc Soler, la última etapa ha contado con el gran protagonismo de Ion Izaguirre. El escalador de Cofidis, perfectamente conocedor de la mítica subida a Arrate con la que concluía la Itzulia, se ha llevado la victoria en la jornada final.
El corredor vasco sufrió una caída en la subida final tras un toque bastante polémico con Jonas Vingegaard. Sin embargo, no se rindió y consiguió empalmar con el grupo de cabeza para afrontar los últimos metros con ventaja. Se adelantó a Marc Soler y tras ganarle la posición a Vlasov, fue el más rápido en el sprint final. Victoria de mucho prestigio que le sirve para auparse en el segundo puesto de la general.
En la clasificación, tras la explosión de Roglic, la caída de Enric y los problemas de Remco Evenepoel, Daniel Felipe Martínez consiguió resistir para apuntarse su primera general de la temporada y postularse como líder de INEOS para el próximo Tour.
Día espectacular de ciclismo, uno más en esta Itzulia que ha tenido un final de infarto y que ha pasado por diferentes fases, con la lucha por la general y por la victoria en el aire hasta el último suspiro. Se esperaban movimientos desde lejos, pero lo cierto es que hubo control debido a la gran dureza que tenía preparada la jornada. La escapada más peligrosa del día fue la que formaron Davide Formolo, Nelson Oliveira y Tony Gallopin. Sin embargo, el empuje de los hombres de la general haría que poco a poco fueran cayendo sus opciones soñar con el gran éxito.
Daniel Felipe Martínez, el aspirante al trono que defendía Remco Evenepoel, ya había dejado claro antes de la prueba que iban a jugar todas sus bazas y así lo hicieron, poniendo a tirar al equipo INEOS del pelotón con todo lo que les quedaba en carrera. Espectacular labor de corredores como Omar Fraile y Geraint Thomas que se lo dejaron todo para tensar la cuerda. Y lo cierto es que el alto ritmo pasó factura en la parte final.
El primero en moverse desde lejos, aunque con balas de fogueo, fue Primoz Roglic. El esloveno atacó a más de 40 kilómetros de meta con la intención de jugar sus bazas desde lejos. Sin embargo, solo sirvió para agitar el grupo y para que los favoritos se quedaran solos en el grupo más importante. Por delante, Formolo y un extenuado Nelson Oliveira soñaban con la victoria.
Tras el movimiento de Roglic, se produjeron otras avanzadillas como la de Enric Mas que jugó también su papel en la carrera. El mallorquín quería asaltar al podio, pero una caída en el descenso del Krabelin jugó en su contra. El de Artà, que ya tenía a Nelson con él, trazó mal una curva intentando seguir a Pello Bilbao y se fue al suelo golpeándose contra el quitamiedos de la carretera. Una acción fatal que le hizo llegar a más de tres minutos del vencedor final y que le relegó al décimo puesto de la general.
En la lucha por la general, la clasificación fue dando vuelcos mientras los favoritos iban sufriendo. Ese grupo lanzado por Pello Bilbao, Ion Izaguirre, Vlasov, Vingegaard, Enric y Daniel Felipe Martínez del que ya se había quedado Roglic, vio como perdía también al maillot amarillo. Remco Evenepoel no pasó un buen día, una vez más, y se descolgó hasta formar un grupo perseguidor por detrás. Una situación que amenazaba con dejarle fuera de la batalla.
La caída de Enric y los problemas de Daniel Felipe Martínez, que también sufrió de lo lindo, hicieron que el grupo de favoritos se redujera, abriendo una diferencia de más medio minuto con el líder. No obstante, la llegada del colombiano al pequeño pelotón del que tiraba Remco hizo que finalmente terminaran contactando de nuevo con el grupeto que estaba moviendo la prueba. Gracias a eso, el líder de Quick Step consiguió salvar la primera bola de partido, aunque las carencias que había demostrado terminarían apareciendo de nuevo. Quien sí consiguió recuperarse fue Daniel Felipe, que tenía ganar la general entre ceja y ceja.
La batalla final
Ya sin escapados por delante, con Roglic habiéndose quedado descolgado y con Enric por los suelos, se jugó el final de la batalla. Evenepoel volvió a ceder y aunque no se entregó a su suerte y se mantuvo a unos 25 segundos, nunca más pudo entrar en un grupo del que solo quedaron los más fuertes. Las rampas de la llegada a Arrate terminaron pasando factura a un brillante Pello Bilbao, que cedía, al igual que le pasaba por momentos a Vingegaard, que rodaba con Marc Soler por detrás de los más fuertes.
El momento clave de la ascensión final se produjo cuando un toque entre el danés y Ion Izaguirre desencadenó todo. Parecía que el español de Cofidis se quedaba ya fuera de la victoria, pero consiguió ponerse en pie y tirando de raza y pundonor, volvió a entrar en el grupo delantero y consiguió aguantar hasta el final con los mejores.
Ahí, Vlasov, que se había movido justo en el momento de su accidente, parecía ser el más fuerte junto a Daniel Felipe. El colombiano, con Roglic y Evenepoel fuera de combate y con la situación controlada, se dedicó a contar los metros que le faltaban para explotar de emoción. Ion contactó con la cabeza, consumió los kilómetros finales y se posicionó de una manera inmejorable en las curvas finales, por delante de Vlasov y Marc Soler, para enfilar la línea de meta gritando de emoción y rabia.
Victoria de prestigio y de mucho mérito después de resurgir de sus cenizas. Además, las bonificaciones le dieron la segunda plaza por delante de Vlasov. Remco se quedó por un suspiro fuera del podio. Quizás si no hubiera gastado tantas fuerzas en los días previos en favor de Alaphilippe, otro gallo hubiera cantado. Segunda gran victoria profesional para Daniel Felipe tras el Criterium del Dauphiné del año 2020. El sueño del Tour es posible para él.
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