Wout Van Aert no levanta cabeza. El 2023 está siendo casi un annus horribilis para él. No ha acertado hasta ahora con su preparación y la suerte tampoco le está acompañando. Solo un par de buenas actuaciones en alguna Clásica y mucha mala fortuna con las caídas y los accidentes para uno de los mejores corredores del planeta.
El belga cambió su preparación para el inicio de esta temporada. Alargó el curso de ciclocross con la intención de proclamarse campeón del mundo, pero sucumbió ante un intratable Mathieu Van der Poel que levantó la quinta corona de su palmarés. A partir de ahí, momento para descansar, para concentrarse en Tenerife y para preparar el salto al asfalto.
Se saltó pruebas tan icónicas como la Strade Bianche y debutó en la Tirreno-Adriático junto a Primoz Roglic, carrera en la que no brilló y en la que sufrió una caída junto a Tom Pidcock que le hizo llegar a la Milán-Sanremo en unas condiciones que no eran las mejores. Pudo estar en la batalla con Pogacar, Ganna y Van der Poel, pero no pudo pelearle la victoria a la bestia neerlandesa.
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El del Alpecin se llevó el triunfo con contundencia tras su brillante demarraje en el Poggio mientras que Wout se tuvo que conformar con la medalla de bronce. Después de ahí llegaron las grandes alegrías de la temporada: victoria en E3 Saxo Classic sobre Pogacar y Van der Poel y segunda plaza en Gante Wevelgem tras dejar ganar a su compañero Laporte.
Parecía que la estrella belga levantaba el vuelo de cara al segundo gran objetivo del año: el Tour de Flandes. Sin embargo, como ya pasó en la Classicissima, le faltó un punto para estar con los mejores. Se agarró a las ruedas de Pogacar y Van der Poel hasta que ambos le soltaron. Su clase y su resistencia sobrehumanas le sirvieron para ser cuarto, pero la derrota había sido contundente.
Además, a Flandes llegó tocado por una caída y un susto gravísimos cuando un coductor le intentó arrollar mientras realizaba un entrenamiento. No hay peor forma de afrontar un 'Monumento' que en estas circunstancias. Para colmo, la caída provocada por la irresponsable maniobra de Filip Maciejuk en De Roonde le pilló de lleno provocándole pequeñas lesiones que han ido floreciendo con el paso de los días.
Los problemas de Van Aert
Van Aert, que pensaba que aquello sería solo chapa y pintura, reconoce ahora a Sporza que la caída ha tenido consecuencias más importantes de las esperadas. Tanto es así que llegará lejos de su mejor nivel a la París-Roubaix, tercer gran título de las Clásicas del año: "No me siento muy bien. Tengo algunos problemas en la rodilla y las costillas. Me caí más fuerte de lo que pensé al principio".
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El belga se muestra sincero y casi se autodescarta para grandes empresas: "Creo que necesito tiempo para prepararme para el domingo". Van Aert apurará para llegar lo mejor posible a una cita en la que no estará Pogacar, un rival menos por el ansiado adoquín: "No estoy limitado, pero no me siento muy bien. Es una lástima. Mi condición es buena y espero estar listo para correr".
Otra gran baja en la prueba será el actual defensor del título, su compañero Dylan Van Baarle. Jumbo jugará se casi todas sus bazas con un Van Aert que tras los más de 250 kilómetros de recorrido con casi 55 kilómetros de adoquines dirá adiós a la competición por un tiempo, renunciando a las Ardenas para pensar ya en el Tour de Francia: "Descansaré un poco. No corrí mucho, pero usé mucha energía. Estoy listo para un descanso".