Dice un viejo refrán que las bicicletas son para el verano. Y es verdad. Pero no para bajar a la piscina del pueblo. Lo son para pensar a lo grande. Para tener en mente el Tour de Francia y en el horizonte la Vuelta a España. Y es precisamente pensar a lo grande lo que provoca la caída de muchos grandes deportistas que toman caminos equivocados, al margen de la ley y de los consejos de los profesionales. 

El deporte de élite, y en especial las disciplinas de resistencia como el ciclismo, llevan a los atletas a límites que muchas veces no podemos ni imaginar. Un desgaste extremo, falta de descanso, exceso de entrenamiento y auténticas barbaridades con la alimentación para mantener un peso que es de todo menos un sinónimo de salud llevan a muchos deportistas a hacer verdaderas locuras por asegurar su rendimiento.

Una de ellas, que se encuentra de moda en los últimos años, es hacer un mal uso de diferentes suplementaciones. Especialmente, de la suplementación de hierro. Tomar estos complementos sin el control ni el conocimiento adecuado puede llevar a los deportistas a poner en serio peligro su salud, llegando a provocar daños hepáticos y de metabolismo. Y en ocasiones, estas suplementaciones de hierro, y de otras sustancias, terminan provocando casos de dopaje cuando se realizan por vía intravenosa.

Una persona que conoce muy bien este asunto es David Varillas, experto en genética y fisiologíaprofesor e investigador de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV). Varillas ha llevado a cabo un estudio sobre el uso de la suplementación de hierro y su efecto en el rendimiento de ciclistas de la categoría World Tour y los resultados han sido muy esclarecedores. 

El profesor de la UFV revela a EL ESPAÑOL las atrocidades que se cometen dentro de algunos equipos con este tipo de sustancias cuando los corredores hacen oídos sordos a los consejos de los médicos y se guían por lo que ven en las redes sociales o por lo que les dicen algunos preparadores físicos carentes de conocimientos. Y muchas veces, el principal problema es que el consumo de estos suplementos se hace de forma generalizada y no conociendo individualmente el libro de instrucciones de cada ciclista, es decir, su genética.

Las bases del estudio

"Me parece súper importante que se dé a conocer el uso que se hace de estas suplementaciones". David Varillas expresa con preocupación una situación que se viene repitiendo en el deporte de élite en los últimos años. Muchos atletas, ya sean futbolistas, ciclistas o maratonianos, consumen de manera innecesaria sustancias que no necesitan generando graves descompensaciones en su organismo. 

Una problemática de la que son protagonistas porque el afán de ganarlo todo a cualquier precio ha terminado contaminando el deporte. Por ello, se hacen caso de aquellos que les prometen tener la fórmula mágica para impulsar su rendimiento por encima de las cotas que su propia genética puede explicar. 

Es por estas circunstancias por las que vemos explosiones de rendimientos de algunos deportistas que, de buenas a primeras, vuelven a desaparecer. Irrupciones extrañas y polémicas que para expertos como David Varillas tienen una explicación: el mal uso de suplementaciones como el hierro que terminan degenerando incluso en casos de dopaje.

David Varillas es profesor e investigador del Grado de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CAFyD) de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV). Y además, es genetista, investigador y fisiólogo de deportistas profesionales a través de su empresa Sportnomics. Ahora, ha liderado una gran investigación sobre el uso que se hace de las suplementaciones de hierro en el ciclismo de élite estudiando desde dentro cómo se trabaja en un equipo de la categoría World Tour.

El principal problema que observa Varillas es que no se diferencia qué ciclistas necesitan un complemento y cuáles no mediante estudios biológicos: "La conclusión que hemos sacado es que esta suplementación de hierro no le va igual de bien a unos ciclistas que a otros dependiendo, por ejemplo, de sus objetivos de la temporada".

Hay millones de deportistas de élite que se toman suplementos sin saber si los necesitan.

"Pero sobre todo, y que es algo que se desconocía hasta ahora, dependiendo de su genética. Esta suplementación, si es pautada por profesionales médicos y para corredores que realmente la necesitan, sí influye positivamente en el rendimiento. Hay millones de deportistas de élite que se están tomando suplementos sin saber si los necesitan o no".

Varillas ha trabajado directamente con un equipo de la categoría UCI World Tour para sentar las bases de su estudio. En él han participado 28 ciclistas profesionales que corrieron grandes vueltas y que tomaron suplementos de hierro por vía oral durante toda la temporada. 15 ciclistas (53,6%) compitieron a lo largo de la temporada en grandes vueltas de tres semanas (Giro de Italia, Tour de Francia y Vuelta a España), compitiendo cuatro de ellos (26,7%) en dos grandes vueltas (Tour de Francia y Vuelta a España).

Sólo 3 corredores abandonaron durante las Grandes Vueltas, todos ellos por caídas en la Vuelta a España, en las etapas 8, 18 y 20. El equipo compitió en grandes vueltas de tres semanas una media de 26,8 días, lo que representa el 39,6% de los días de competición de estos ciclistas. Ninguno de ellos experimentó efectos secundarios por el uso de suplementos de hierro durante la temporada competitiva.

Para monitorizar su situación y poder hacer un seguimiento, se realizaron cuatro controles de sangreEl primero de ellos fue en enero. El segundo fue en abril, justo antes del Giro de Italia. El tercero en junio, previo al Tour de Francia, y el cuarto en octubre, al término de La Vuelta y de la temporada. La extracción y el transporte de sangre se realizaron de acuerdo con las directrices de la UCI y la Agencia Mundial Antidopaje (AMA). Esta última organización es la encargada de determinar dónde están los límites del dopaje.

Las muestras se recolectaron con hisopos SARSTED mediante frotis bucal y se mantuvieron refrigeradas (-20 grados) hasta el genotipado. La extracción de ácido desoxirribonucleico (ADN) de los hisopos se realizó en el laboratorio VIVOLabs (Madrid, España) mediante extracción automática en equipos QIACube (QIA-GEN, Venlo, Holanda).

El equipo médico recopiló datos bioquímicos de los ciclistas profesionales analizados en laboratorios independientes. Estos datos se almacenaron de forma codificada y se enviaron para su análisis de forma anónima. Para evitar sesgos en la interpretación de los niveles de hematocrito y hemoglobina, todas las pruebas bioquímicas en sangre se realizaron a todos los ciclistas una semana después de la última concentración a gran altitud al nivel del mar.

El pelotón del Tour de Francia durante una etapa del año 2024. EFE

"Durante una concentración en altura, los ciclistas construyen hematocrito y hemoglobina por su situación de hipoxia. La médula ósea produce muchísima eritropoyetina. Eso es lo que los corredores utilizan para llegar a una gran vuelta en gran forma porque durante esas tres semanas te lo comes entero. Pero lo que no sabemos es cómo desciende su nivel de hierro".

Por último, el personal de rendimiento recopiló los datos de los kilómetros realizados durante la temporada, los días de competición y los kilómetros en competición durante todo el curso a través de la Plataforma Trainingpeaks.

Tras establecer los criterios de selección, estos fueron los ciclistas seleccionados: corredores profesionales de edades superiores a los 18 años, que hubieran sumado participado al menos 30 días de competición durante la temporada y que realizaran entrenamiento físico regular durante los 6 meses anteriores.

Además, quedaron fuera los ciclistas profesionales que ya habían tomado suplementación de hierro en los 3 meses previos al inicio del estudio y los que hubieran sufrido lesiones traumáticas incapacitantes para el entrenamiento o competición ciclista en los 6 meses anteriores al inicio del estudio.

Los principales problemas

Una vez delimitado el grupo de ciclistas que iban a participar en el estudio y tras realizar las pertinentes pruebas, el equipo liderado por Varillas consiguió sacar las primeras conclusiones. Unos análisis que estaban reforzados por los testimonios de los médicos de este equipo World Tour que participó en dicho estudio y a través de los cuales pretendían denunciar la intromisión de otros profesionales en sus labores. 

"Ahora, los ciclistas no hacen caso a los responsables médicos de los equipos porque se fían más de lo que ven en redes sociales y de lo que les dicen las marcas de suplementos. Les convencen de lo que tienen que tomar y de lo que les viene mejor a uno u otro ciclista. Hay una guerra muy grande en estos momentos con lo que hacen estas marcas".

De esta forma podemos llegar a un problema que subyace en todo este conflicto: el poder del mercado de las sustancias de suplementación en deportes como el ciclismo. Tal y como cuenta David Varillas a EL ESPAÑOL, en base a su experiencia reciente, muchas veces son los preparadores físicos, ni siquiera otros médicos o personas que han estudiado nutrición, los que les dicen a los deportistas que tienen que tomar suplementos como la creatina.

Lo realmente grave es que estos 'consejos envenenados' se dan mediante generalidades y sin saber realmente si tomar esas sustancias les va a venir bien o mal. Por ejemplo, desconocen si les va a provocar retención de líquidos o si va a aumentar el riesgo de lesiones. "El tema de las suplementación tiene que ser algo especializado e individualizado en función de nuestra genética y es lo que intentamos estudiar e inculcar desde Sportnomics". Este es un mantra que Varillas repite constantemente con la esperanza de que algún día cale hondo en los deportistas.

Además, este investigador, genetista y fisiólogo acostumbrado a trabajar con deportistas de máximo nivel asegura que mejor que "una suplementación descontrolada", lo que hay que inculcar al deportista es que tenga "una buena preparación física, una buena nutrición y un buen acondicionamiento a su disciplina". También es importante no crearle "falsas expectativas".

"El corredor debe ser un soldado que tiene que hacer lo que le dice el profesional y dedicarse a dar a los pedales lo mejor posible. Y tomarse lo que el entrenador o el médico le dicen. Lo que nosotros intentamos inculcar es la relevancia que tiene decirle a cada corredor cuál tiene que tomar hierro y cuál no. El corredor siempre tiene un equipo que le asesora con su alimentación, su suplementación o su entrenamiento".

El corredor Jonas Abrahamsen acudiendo al coche del Uno-X-Pro Cycling Team. EFE

Sin embargo, el intrusismo laboral campa a sus anchas haciendo que los ciclistas paguen las consecuencias: "Que sea directamente un preparador físico quien te pauta tu suplementación es una falta de información muy grande. No podemos dejar que crezca la influencia de las redes sociales y de las marcas, ya que te cuentan que su producto es mágico y que te va a hacer ganarlo todo".

El estudio de Varillas gira en torno al consumo de la suplementación de hierro. Sin embargo, confiesa a EL ESPAÑOL que estos problemas se producen también con otras sustancias: "Igual que con el hierro sucede con la creatina o la cafeína, que en muchas investigaciones se ha dicho que aumentan el rendimiento deportivo. Hubo un caso de un preparador físico de un equipo de fútbol, que no era ni entrenador ni médico, que le dio a sus jugadores unas pastillas de cafeína antes de un partido y muchos de ellos acabaron con taquicardias".

"Y todo porque unos investigadores le habían dicho que esto era bueno. La cafeína aumenta el rendimiento en un laboratorio en condiciones controladas, pero claro, esto se tiene que medir en un partido de fútbol o en mitad de una actividad. No todos los productos ni suplementos son mágicos. Lo más importante es que deben ser pautados y usados en casos de necesidad. No darles a todos por igual. Ese es el dogma que queremos romper".

Para el rendimiento óptimo de un deportista quedan pocos secretos: "La clave es una buena alimentación tomando todos los alimentos en sus proporciones idóneas de carbohidratos, grasas y sobre todo minerales como el hierro. Con eso, no necesitas tomarte nada más. Luego, con una analítica bioquímica es donde podemos ver las carencias que tiene un deportista estudiando diferentes metabolitos y compensar este problema".

"La premisa básica tiene que ser cuidar la salud del deportista y no tomar creatina, hierro o glutamina que no necesitan y que pueden descompensar su metabolismo. Esto provocará que el deportista no descanse bien o no absorba eficientemente los nutrientes que necesita. Este es un problema que los deportistas acusan a largo plazo".

El estudio aplicado al ciclismo

La investigación liderada por el profesor y experto en genética David Varillas ha girado en torno al consumo de suplementos de hierro por parte de los corredores de un equipo de categoría World Tour, la máxima del ciclismo internacional. Todos esos ciclistas recibieron suplementos orales de hierro en ayunas de Fero-Gradumet (Teofarma Srl, Italia - 105 mg/día - 325 mg/día de sulfato ferroso).

La administración de esta suplementación controlada se produjo desde la realización del primer análisis al principio de la temporada, hasta el mes de octubre, y solo en los corredores que se tenía constancia que necesitaban esta sustancia. El tratamiento fue completado con pastillas multivitamínicas Redoxon (Bayer, Alemania), que incluían ácido fólico (200µg/día), vitamina C (1000 mg/día), vitamina B12 (1000µg/día), zinc (10 mg/día) y vitamina D (10µg/día).

"A los ciclistas que hemos estudiado se les daba suplementación de hierro durante toda la temporada, de enero hasta octubre, y después se les retiraba a todos. La primera bioquímica se les realizaba en enero y ahí veíamos qué deportistas necesitaban una suplementación de hierro por tener una ferritina inferior a 35 nanogramos por mililitro de sangre. Este es el punto en el que se considera que un deportista tiene predisposición o riesgo de anemia".

Uno de los grandes problemas a los que se enfrentan los deportistas, sobre todo aquellos que se emplean en disciplinas de resistencia, es el agotamiento de sus depósitos de hierro. Unas reservas de hierro anormalmente reducidas pueden inducir a una disminución de la concentración de hemoglobina y a un proceso de anemia. La hemoglobina es el principal transportador de oxígeno a las células. Por tanto, una concentración baja de hemoglobina perjudica el metabolismo aeróbico del deportista.

El fisiólogo David Varillas explica cómo, a través de su estudio, pudieron comprobar mejoras en el organismo y en el rendimiento de los ciclistas a los cuales ayudaron con su déficit de hierro: "Los que tenían unos niveles superiores los quitamos del estudio y en los que sí necesitaban suplementación vimos su progresión en sus niveles de hematocrito, de hemoglobina y en su rendimiento después de recibir la suplementación. Los que no la necesitaban compitieron todo el año sin problema".

Los resultados de la investigación fueron tan importantes que incluso los propios médicos del equipo World Tour sometido a estudio se sorprendieron: "Cuando vimos los resultados, los médicos me dijeron que teníamos que ir a las concentraciones del equipo a explicárselo a los corredores porque todos quieren tomar hierro y suplementos". En el deporte de élite actual hay una corriente predominante que pasa de unos atletas a otros y que les impulsa a consumir sustancias sin control, incurriendo algunas veces incluso en casos de dopaje.

"Hay algunos corredores que ven a compañeros de otros equipos que toman sustancias como cetonas o nitritos y que les dicen que les funcionan mucho, sobre todo para la recuperación, y por eso piden tomarlo ellos también. Y cuando les dices que no, te enteras que se las toman a las espaldas en su casa".

Tal y como reconoce el experto David Varillas, esto provoca enfrentamientos internos en los equipos y conflictos contractuales que derivan en la salida de los corredores más anárquicos. Unos movimientos que a veces son inexplicables para el aficionado, el cual se mantiene ajeno a todas estas polémicas, pero entendibles en el seno interno de los equipos. 

"Hay corredores que son muy alma libre y que terminan en equipos que les permiten tomar y hacer todo lo que quieran", confiesa Varillas tras haber seguido de primera mano algún caso. "Ahí ya es más fácil entrar en temas de dopaje, sobre todo cuando ves a corredores que dan un cambio muy grande de un año para otro".

"Corredores que sabes que son buenos, pero que de repente pasan a competir por carreras de la noche a la mañana. Y no puedes poner la mano en el fuego por ellos negando que no haya algo de dopaje detrás. A veces no queda otra que agachar la cabeza y decir qué buenos son, pero cuando lo conoces desde dentro... Yo conozco varios casos de ciclistas que dices 'madre mía, no puede ser verdad'. Los que conocemos la fisiología del deporte sabemos que esos cambios de un año para otro son imposibles".

"A veces, como analizador y como investigador, te encuentras cosas que te llaman la atención. Pero es lo que hay. Te tienes que fiar de lo que te dicen. Luego te encuentras casos de corredores que están en el punto de mira por sus cambios de rendimiento. Esto es lo que nos llama la atención a los expertos porque no te lo puedes creer. De aquí a unos años vamos a ver muchos problemas con muchos ciclistas y tendremos que comentar alguna desgracia".

El profesor de la UFV hace énfasis en que su objetivo es mejorar el rendimiento del deportista, pero pensando también en su salud y en su calidad de vida. Y siempre por cauces legales. Sin embargo, el peso del negocio que supone la industria y la presión de equipos, patrocinadores e incluso de algunos estados, lleva a los corredores y a sus preparadores a hacer auténticas locuras.

"Nosotros intentamos utilizar la genética de forma buena, conociendo cómo es cada deportista para poder optimizar su rendimiento, sabiendo qué le viene mejor y qué no, para intentar llegar a su mejor nivel, pero siempre por un cauce legal. Pero hay otros métodos que te permiten llegar a ese máximo rendimiento de forma ilegal. Con ellos tardas menos tiempo y lo consigues con menos trabajo".

La importancia del hierro

El avance de las investigaciones ha permitido establecer una creencia generalizada y es que el agotamiento del hierro en el organismo viene definido por unos niveles bajos de ferritina sérica. "La ferritina sérica es el marcador más determinante para saber si tenemos anemia. Son los depósitos de hierro que tienes en el hígado o en el músculo. Ese hierro sale a la sangre dirección al músculo para mover toda nuestra maquinaria".

Esta ferritina sérica es una proteína clave en el almacenamiento de hierro y es esencial para procesos fisiológicos y patológicos y para la realización de la homeostasis del hierro. "La homeostasis del hierro significa mantener los niveles de hierro estables durante todo el año. Si tenemos estos datos, podemos evitar una anemia o incluso daños hepáticos. El hierro puede ser malo tanto por exceso como por defecto. Es muy importante tener monitorizados los niveles durante todo el año para evitar problemas que llegan de la suplementación. La clave es proteger la salud".

"El hierro es el mineral más importante para los ciclistas y para deportistas de resistencia como maratonianos. Es el mineral que transporta el oxígeno y que nutre al músculo en todos sus esfuerzos. Un deportista de élite necesita un nivel de hierro mucho mayor que el de una persona normal. Sin unos niveles elevados de hierro, cae la hemoglobina, cae el hematocrito y con eso el músculo no se alimenta igual y no se recupera del esfuerzo".

Muchos ciclistas que están en carrera se encuentran en situación de anemia.

"Este es el motivo por el que muchos ciclistas, cuando llega la etapa 14 o 15 de una gran vuelta, ya no se pueden ni mover. Además, los niveles de hierro bajan más en corredores que compiten en grandes vueltas que en carreras de un día. Estos ciclistas siempre tienen unos niveles de hierro menores". Así lo explica David Varillas a EL ESPAÑOL.

"Muchos deportistas que están en carrera se encuentran en situación de anemia. Pero también futbolistas que cuando llega marzo o abril están en anemia porque durante la temporada no se les ha dado suplementación y no se han alimentado bien. Por eso, cuando llega el momento álgido y tienen que dar el 100%, están lesionados o en baja forma".

"Ellos no se notan anémicos, no son sintomáticos, pero pierden capacidad física y no descansan igual. Entre los equipos profesionales no se hace ese control ni ese seguimiento necesario. No se hacen bioquímicas consecutivas para saber cómo están los niveles de ferritinas o de los marcadores inflamatorios, por ejemplo".

Uno de los principales problemas que surge en esta materia es que el control del hierro es muy difícil de llevar, ya que no se suele medir día a día de manera fiable. "El hierro no se controla diariamente durante la carrera, solo mediante analíticas. Los equipos suelen tener empresas contratadas que les hacen bioquímicas, una después de cada semana de una gran vuelta por ejemplo, para ver cómo están los niveles de hierro, hemoglobina y hemacrito".

"Estos deportistas usan el hierro como combustible. La sangre, cuando circula por el organismo, tiene una vida media. Pero la sangre de estos deportistas, al circular más deprisa, puede llevar antes ese hierro hasta un músculo. Por ello, tiene una vida más corta que el de una persona normal. Esto es por la demanda que generan. Además, en disciplinas de impacto como los corredores o los futbolistas, ese choque contra el suelo rompe muchos capilares de los pies, perdiéndose así muchos glóbulos rojos y por ende mucha hemoglobina y muchos marcadores que influyen en el rendimiento".

Personas corriendo una maratón. iStock

Como venimos explicando, los niveles de hierro en sangre de un deportista son la clave para su rendimiento o para la ausencia del mismo. Por ello, es de vital importancia que aquellos atletas que no puedan generarlo por sí solos, reciban la ayuda necesaria por parte de profesionales especializados mediante estudios individualizados, algo sobre lo que hace hincapié el profesor Varillas.

Para evitar la disminución de los niveles de hierro en deportistas de resistencia se ofrece un tratamiento que empieza por un asesoramiento nutricional. Y más tarde se estudia la administración de algún tipo de suplementación oral de hierro.

Se ha demostrado que las estrategias nutricionales con suplementos de hierro son efectivas para prevenir la disminución de parámetros bioquímicos sanguíneos como el hierro, la ferritina sérica, la hemoglobina y el hematocrito en ciclistas profesionales durante el transcurso de una gran vuelta de tres semanas. Esto es así porque se traduce en una óptima recuperación muscular.

Uno de los grandes hándicaps en este asunto es que obtener hierro de nuestra alimentación es una tarea complicada: "De todo el hierro que ingerimos, solo absorbemos el 10%. Por ello, es necesario pautar nuestra alimentación para favorecer la absorción de hierro. Si por ejemplo te tomas un filete de ternera, que tiene mucho hierro, y después de comer te bebes un café, es como si no hubieras hecho nada porque te secuestra ese hierro y no lo absorbes. Es mejor cambiar ese café por un zumo de fruta con vitamina C que favorece esa absorción".

Pero no solo cuentan los hábitos alimentarios, sino también nuestro libro de instrucciones: "La genética también es clave. Hay genes que están relacionados con una gran capacidad de absorción de este hierro. Una buena alimentación y una predisposición genética a tener capacidad para absorber el hierro son muy importantes". Esta investigación indica por primera vez que la genética podría desempeñar un papel en la eficacia a la hora de conseguir victorias durante la temporada ciclista.

En el caso del equipo World Tour con el que ha trabajado el profesor Varillas, el sistema era el siguiente: "Nosotros teníamos toda la suplementación pautada. Les dábamos una pastilla de Fero-Gradumet por las mañanas con un Redoxon, que son vitaminas, para ayudar a esa absorción del hierro. Una hora después desayunaban para no dificultar ese proceso, cuando el hierro se había absorbido. Y ese sistema sí ha funcionado porque al final de la temporada hemos visto que los niveles de hierro han subido".

Un análisis que se ha consolidado con los resultados evidenciados tras el parón invernal: "Los ciclistas descansaron, volvieron a la temporada sin suplementación de hierro y lo hicieron con la ferritina baja. El cuerpo es sabio. Después de todo el desgaste que generan esos 35.000 kilómetros al año, el organismo coge todo lo que el deportista le da aunque no se esté ejercitando para protegerse para lo que está por venir".

"Los niveles bajan porque durante ese periodo se reestructuran los músculos y se protegen todos los tejidos reparando todo lo que se ha desgastado durante la temporada. Ahí vemos lo eficaz que es el organismo de un deportista de élite. Reestructura todo su cuerpo y todo su sistema hematológico para volver a empezar de cero de la forma más limpia posible. Es cíclico y es maravilloso entender esa fisiología de manera individual y no como un conjunto. Ese es el reto al que nos estamos enfrentando".

Dopaje por suplementación de hierro

La no suplementación de hierro en deportistas que lo necesitan es un problema. Algo que se acentúa, por ejemplo, en el caso de las mujeres. "Si juntamos el deporte de élite con el género femenino, es conditio sine quanon que necesitan tomar hierro por sus problemas de menstruación y por sus condicionantes fisiológicos". Sin embargo, tanto problema es un defecto de suplementación necesaria como un exceso de suplementación innecesaria.

La suplementación diaria prolongada con hierro por vía oral o intravenosa en presencia de valores de ferritina sérica normales o incluso elevados no tiene sentido y puede ser perjudicial. Se han encontrado altos porcentajes de hiperferritinemia en ciclistas profesionales en pruebas antidopaje. La mayoría de los deportistas de resistencia de élite toman suplementos de hierro durante su vida deportiva activa. Hay deportistas que abusan de una suplementación diaria prolongada con hierro por vía oral en presencia de valores de ferritina sérica normales o incluso elevados. Esto no tiene ningún sentido e incluso puede ser perjudicial para la salud. 

El gran problema es cuando no siguen las indicaciones de los expertos y lo hacen sin control. Es el momento en el que muchos incurren en la administración por vía intravenosa. "La WADA solo permite suplementación de hierro por toma oral, no por vía intravenosa. Cuando tú inyectas una suplementación, va instantáneamente al punto al que tú quieres que vaya. Sería un recuperador inmediato y por eso es dopaje. Desde el minuto cinco llega al punto necesario", explica David Varillas a EL ESPAÑOL.

"Sin embargo, a través de pastillas, el efecto de esa suplementación depende de las características del corredor y de su metabolismo para que lo absorba mejor o peor. No es un dopaje porque no es una ayuda directa. De momento, la WADA no lo toma como prohibido".

Sede de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA, en inglés). REUTERS

Aquellos deportistas que terminan protagonizando casos de dopaje por suplementación de hierro terminan poniendo en riesgo su salud: "Un dopaje con suplementación de hierro es una situación muy grave porque normalmente no se conoce al deportista. No sabes si ese hierro se va a acumular en sus depósitos o si se va a acumular en su hígado. Puede llegar a provocar enfermedades que se llaman hemocromatosis y que derivan, por ejemplo, en una cirrosis hepática. Por eso evitamos meterlo por vía intravenosa".

"Fíjate que puede llegar el caso de un corredor al que antes de un Tour de Francia le metemos hierro por valor de 400 o 500. Ese hígado puede comenzar a sufrir, desarrollando un problema de metabolismo hepático que, junto con la competición, se convierte en algo peor. Por eso antes había tantos problemas con las transfusiones, hasta que se prohibieron en 1996".

"En esa época se hacía sobre todo con las transfusiones de sangre. Los corredores se iban a concentraciones en altura, se sacaban la sangre y antes del Tour se metían de nuevo esa sangre con niveles de hematocrito de más de 50 y con niveles de hierro por encima de 250-300. Eso iba directamente a su depósito de combustible y estaban de lo más felices".

"Ese es el motivo por el que ahora no se puede hacer nada de eso. Era la ley del más fuerte, el que aguantaba con más sustancias encima era el que ganaba. Por eso ahora se intenta controlar todo, pero ahora mismo hay técnicas de dopaje que ni siquiera conocemos, pero que están en marcha y que son un problema para la salud. En 10 o 15 años veremos cuántos ciclistas están muriendo por infartos o tienen cáncer. Son hipótesis, pero no creo que vaya a fallar".

Varillas trabaja a través de su empresa Sportnomics con muchos deportistas de élite y explica cuál debe ser el camino a seguir: "Nosotros estamos trabajando con equipos de fútbol de Primera y Segunda División también y poco a poco se está controlando más todo esto".

"El problema es que los médicos de estos clubes no saben interpretar las bioquímicas. Eso nos lo dicen hasta los jugadores y es ahí donde se producen problemas cuando se les suministra suplementación a quienes no la necesitan. Tenemos que cambiar eso y concienciar de lo que es la bioquímica de un deportista para pautar sus competiciones, sus entrenamientos, su alimentación y su suplementación".

Por último, realiza una reflexión y es que nunca debemos olvidar que la salud está por encima del mercado: "Tenemos miedo porque no todo es dinero y negocio, no todo es ganar todo lo que corres. Lo más importante es el ciclista y la persona. El ciclismo ya es un deporte que es un riesgo para la vida, por eso la vida de un ciclista generalmente es más corta que la de un jugador de fútbol".

"Hay demasiado desgaste, demasiada tensión, demasiados problemas externos. Nosotros queremos utilizar esta investigación para dar a conocer lo que hay que hacer con el deportista en base a su genética que es su libro de instrucciones. En base a eso, intentar ayudarle y guiarle cuando está en situaciones de déficit".