El Tour de Francia prosigue su camino entre ataque y ataque de Tadej Pogacar. El genio esloveno tiene encarrilada la clasificación general a falta de las últimas etapas mientras Jonas Vingegaard y Remco Evenepoel queman sus últimas balas. Sin embargo, alrededor de los tres grandes genios se disputan mil y una carreras paralelas.
Algunos intentan apurar sus opciones de etapa. Otros, apuntalar sus clasificaciones individuales como Biniam Girmay, maillot verde de los puntos. Y otros, luchan por mejorar sus resultados. En esa circunstancia se sitúa el equipo Decathlon AG2R La Mondiale, escuadra revelación de la temporada y que acumula 26 triunfos este curso.
Después de conseguir dos victorias de etapa en el Giro de Italia con Valentin Paret-Peintre y con Andrea Vendrame y el cuarto puesto en la general con Ben O'Connor, esperan repetir su buena actuación en la Grand Boucle. De momento, el triunfo parcial se les resiste, pero el escalador del equipo Felix Gall tiene serias opciones de acabar en el Top10.
Para conseguir estos éxitos, todo el equipo aúna fuerzas en torno a sus mayores valores. Estos son el trabajo en equipo, un staff que piensa por y para sus corredores, el buen ambiente y los avances tecnológicos que han llegado recientemente. Entre ellos, y gracias a la entrada de Decathlon como copatrocinador oficial, las nuevas bicicletas de la marca Van Rysel, las cuales han llegado para revolucionar el mercado y competir con gigantes como Trek, Specialized, Cervélo o Bianchi.
Ahora, los corredores del equipo Decathlon AG2R La Mondiale compiten con la gama premium de estas bicicletas que en muy poco tiempo se han convertido en toda una referencia. EL ESPAÑOL ha podido conocer de primera mano cómo ha sido la adaptación a estas nuevas bicicletas y cómo es el trabajo diario que se desarrolla dentro de este equipo en pleno Tour de Francia.
Las nuevas Van Rysel
Decathlon es una cadena de establecimientos de grandes superficies que pertenece al grupo francés Mulliez. Su fundador fue Michel Leclerc, quien en el año 1976 decidió arrancar un proyecto que hoy tiene presencia en más de 50 países y que supera los 70.000 empleados en todo el mundo. Un gigante que destaca por apostar de manera decidida por el desarrollo de sus propias marcas.
Una de sus marcas más ilustres hoy en día es Van Rysel, la cual nació en el año 2018 en el norte de Francia. Más concretamente en Lille, que es lo que significan las palabras Van Rysel (de Lille). Ahora, esta marca se ha convertido en el buque insignia de la vertiente ciclista de Decathlon, así como en un ejemplo a seguir para toda la empresa.
Con Van Rysel, Decathlon ha decidido entrar de manera directa en la competencia con la élite del sector sin abandonar los precios razonables que han forjado su éxito durante décadas. Y de la combinación de estos dos factores ha surgido la nueva Van Rysel RCR Pro. "Yo llevo 32 años en esto y la Van Rysel es la mejor bicicleta con la que he trabajado. En serio".
Así de claro lo tiene Luis Lamas, mecánico español del Decathlon AG2R La Mondiale presente en el Tour de Francia. EL ESPAÑOL pudo hablar con él en un encuentro en el que también participaron Diario As y Bicio (Diario Sport) para conocer más de cerca cómo es esta bicicleta.
Además, junto a Luis Lamas se encontraba también Jon Zumaquero, market leader de Decathlon en España, triatleta amateur y perfecto conocedor de esta prodigiosa máquina y de toda la estructura empresarial: "Para Decathlon, todo surgió con una bicicleta". Las marcas pasión de la empresa nacieron después de una mala noticia. La compañía Peugeot se negó a vender sus propias bicicletas a Decathlon. Por ello, a la compañía de Mulliez no le quedó más remedio que producir sus propios cuadros y sus propios componentes.
Ahora, décadas después, además de contar con marcas accesibles para todo tipo de clientes, Decathlon cuenta con Van Rysel, una línea de producción capaz de asentarse en la élite y de superar todas las verificaciones de la UCI y de la máxima competición.
Y el resultado ha sido una bicicleta competitiva y ganadora, la Van Rysel RCR Pro, la cual cuenta con un cuadro de apenas 790 gramos ya pintado y una horquilla de 380 gramos. Por si esto fuera poco, esta montura versátil y ligera está equipada con el grupo completo SHIMANO DURA ACE R9200 DI2 12S, la transmisión más rápida y avanzada del mercado.
Van Rysel RCR Pro 2024
- Cuadro: Van Rysel RCR Pro
- Transmisión: SHIMANO DURA ACE R9200 DI2 12S
- Sensor de potencia: DURA-ACE FC-R9200-P
- Maneta de cambio: SHIMANO DURA ACE R9270
- Cambio de marchas delantero: SHIMANO DURA ACE KFDR9250
- Cambio de marchas trasero: SHIMANO DURA ACE KRDR9250D (34 T máx.)
- Casete: SHIMANO DURA ACE KCSR9200 11-34
- Pedalier: SHIMANO DURA ACE KFCR9200 52/36 POWER
- Cadena: SHIMANO DURA ACE KCNM9100 12S
- Frenos de disco: SHIMANO DURA ACE con discos de 160 mm delante y 140 mm detrás
- Ruedas: SWISS SIDE HADRON² ULTIMATE 500 Hyperglide
- Rodamientos_ SINC cerámicos
- Bujes: DT Arc 180
- Neumáticos: Continental Grand Prix 5000 S TR
- Sillín: FIZIK VENTO ARGO 00 140 mm
La Van Rysel RCR Pro no ha sido fruto de la casualidad, sino que ha sido el resultado de cuatro años de trabajo y de investigación con el objetivo de perseguir la excelencia. Unos trabajos que no se han detenido, ya que en camino se encuentra la Van Rysel FCR, la que será la gama más aero y polivalente dentro de esta serie de bicicletas de carretera.
Esta bicicleta que aún se encuentra en pruebas está siendo testada por tres de las estrellas del Decathlon tal y como ha podido saber EL ESPAÑOL: Sam Bennett, Oliver Naessen y Felix Gall. Además, existe un tercer modelo, la versión de contrarreloj. Esta XCR llegará al mercado en septiembre y tendrá dos versiones, la homologada por la UCI para competiciones de carretera y la de triatlón.
¿Cómo funciona el Decathlon AG2R La Mondiale?
Una vez conocida la joya de la corona, falta por saber cómo funciona por dentro el equipo revelación de la temporada. Para eso, nada mejor que el testimonio de quien vive las carreras desde dentro. EL ESPAÑOL ha podido hablar con Luis Lamas, mecánico español del Decathlon AG2R La Mondiale, para llegar hasta las entrañas de la escuadra en pleno Tour de Francia.
Lamas, con más de tres décadas de experiencia en la élite después de haber pasado por equipos como Euskaltel-Euskadi, EF Education First o Israel Premier Tech, se encuentra ya en su cuarta temporada dentro de la formación francesa. Y reconoce que todo ha cambiado mucho y muy deprisa en los últimos años.
"Este mundo ha cambiado mucho. El nivel de los mecánicos ha subido muchísimo. Ya no vale cualquiera. Esto es por el aumento en la importancia de la aerodinámica y la mejora de los materiales. También la inclusión de la electrónica y de los frenos de disco". Lamas explica que ellos tienen cinco bicicletas por corredor para el Tour de Francia. En carrera llevan tres, una en competición y otras dos de repuesto, una en cada coche. Y después, dos de contrarreloj, una titular y otra suplente.
Luis asegura a EL ESPAÑOL que en un equipo de la talla del Decathlon AG2R La Mondiale necesitan aprender casi cada día: "A nosotros nos preparan con formaciones. Cada vez que sale algo nuevo nos enseñan, nos mandan vídeos y un poco te buscas la vida también".
Respecto a su trabajo en carrera, el mecánico español asegura que sus funciones en el día a día son rápidas y rutinarias: "Si no ha habido problemas, no tardamos mucho en preparar una bicicleta. Se lava y se revisa que todo esté bien. Las baterías, los frenos de disco, que ninguno se haya doblado... Pero si ningún corredor te dice que nota algo raro, tardamos poco".
Sin embargo, la verdadera paliza llega antes de cada carrera y durante los días de parón: "Antes de empezar el Tour y en cada día de descanso hacemos un mantenimiento integral para que luego el día a día sea mucho más rápido. Antes de la carrera se le cambian todas las cintas de manillar, se ponen cadenas nuevas y se revisa todo lo que haya que poner nuevo. Se desmonta el eje pedalier, se desmontan los rodamientos y se le pone grasa. Entonces, durante la carrera, si no hay una caída o un problema fuera de lo normal, solo se limpia, se chequean las baterías, se comprueba que cambie bien y a correr".
Uno de los momentos más importantes para un profesional de su talla durante un Tour de Francia son las ocasiones en las que tienen que actuar en plena carrera por caídas o averías: "No tenemos un protocolo de actuación. Si el corredor va en la escapada y va tranquilo, por ejemplo, cambias la rueda desmontando y montando con un atornillador eléctrico, actuando sobre el eje pasante. Si es un momento en el que se va muy rápido o es un líder, automáticamente cambias la bici y ya está".
"Luego, esa bici, si queda muy poco hasta meta la subes al coche rápidamente. Si todavía falta mucho para el final, la cambias con el segundo coche. Coges la bici del corredor que es de ese coche y la pones en el primero. Y el segundo coche, cuando tiene un momento, para y la arregla. En el portabicis llevamos ocho bicicletas, una para cada corredor, exactamente igual que la que tienen para competir".
Los secretos del Tour de Francia
Aunque sus funciones son muy similares durante todo el año, lo cierto es que participar en un Tour de Francia requiere algunos ajustes especiales. Entre ellos, situar a los ciclistas por parejas en función de sus tallas por si alguno de los líderes tiene un problema. Esto agiliza mucho los cambios de material y evita pérdidas de tiempo.
"Solemos emparejar a los ciclistas por sus dimensiones. Por ejemplo, para las etapas de montaña, con Felix Gall va Nico Prodhomme. Aunque Felix va un poco más alto, en caso de emergencia sobre todo en una etapa de montaña, ese es el protocolo para cambiar de bici. La diferencia entre sus bicicletas es muy pequeña".
Dentro de una carrera tan compleja como el Tour surgen etapas particulares como la jornada del sterrato. Ahí es necesario tomar algunas medidas especiales: "Para etapas como la del sterrato la verdad es que ya estamos acostumbrados de carreras como Strade Bianche o de las clásicas de pavé".
"Al final, la preparación es la misma. Para esos días traes ruedas especiales. Para nosotros, al ser franceses, en el Tour tenemos el almacén muy cerca. Nosotros traemos entre 30 y 35 pares de ruedas. Ese día, se le ponen ruedas de clásica, en este caso con perfil de 45 y cubierta de 30 milímetros, tanto en la de correr como en la de repuesto. Lo que sí tenemos son muchos puntos de control. A cada salida de sterrato siempre hay una persona con bidones y ruedas por si el corredor pincha porque el coche está muy lejos".
"Esos días se lleva menos presión, pero no se baja por ser esa etapa, sino porque llevas una cubierta de 30 y la presión que necesitas es más baja. En el sterrato teóricamente debes llevar una presión menor, pero luego eso te penalizaría después en la carretera. Entonces llevas una presión de carretera en la cubierta de 30 que ya de por sí la presión es un poco más baja".
Lamas bromea sobre la inclusión de algunos sistemas que podrían reducir este ir y venir de cambios: "Todavía no se ha inventado un sistema de autohinchado. Algún equipo sí que ha probado un sistema extraño para bajar las presiones, pero claro, no podían volverlas a hinchar".
Estas innovaciones suponen una guerra constante contra la Unión Ciclista Internacional, órgano regulador del universo ciclista de competición y que intenta cortar las alas de aquellos que encuentran ventajas en los márgenes del reglamento: "La UCI va en función de ver qué es lo que sale. Si algo es demasiado grande, lo corta. Es como en su momento lo del peso cuando se situó en 6,8 kilos".
"Cuando no había frenos de disco todos teníamos que lastrar las bicis. Ahora no hay ese problema y no hace falta hilar tan fino. Antes teníamos que meter pesos en zonas de la bicicleta como en el eje pedalier. Cuando tocaba control siempre llevabas pesos de unos 20 gramos que se pegaban a la bicicleta o que se ponían debajo del sillín".
La UCI ha provocado que en los últimos años se intensifiquen los enfrentamientos con los equipos y con las marcas debido a las persistentes sospechas de dopaje tecnológico: "Yo no pongo la mano en el fuego por nadie, pero no creo que a nadie de aquí se le haya pasado por la cabeza poner un motor o algo similar. Pero cuando el río suena...".
El lado más personal del Decathlon AG2R La Mondiale
EL ESPAÑOL ha podido conocer desde dentro cómo gira todo en torno al equipo gracias a la intercesión de Decathlon, copatrocinador de la escuadra revelación de la temporada. Y el lado más personal de esta historia lo ponen las personas que trabajan cada día al lado de los ciclistas, pero alejados de los focos, sabiendo ocupar su lugar y cumpliendo con su cometido para que todo funcione.
Por ello, Luis Lamas explica que ellos no se toman un respiro ni en los días de descanso: "En el día de descanso tenemos mucho más trabajo. Esos días no vas en carrera, pero lavas todas las bicicletas, incluso las de repuesto, compruebas todo el material y luego se hace ese mantenimiento integral que comentaba antes: cambias la cadena, se cambian pastillas de freno, las cintas de manillar, se hace el mantenimiento de eje pedalier...".
La atención tiene que ser máxima para que el corredor se lo encuentre todo en perfecto estado. No obstante, cada uno tiene sus propias manías. Como Sam Bennett, sprinter estrella del equipo, que deja él mismo colocadas las medidas de su bicicleta al milímetro ajustando con su propio metro para sentirse lo más cómodo posible.
Otro asunto muy particular es el de las presiones. Un mecánico del equipo rellena de aire todas las cámaras y luego un compañero le canta las presiones que elige cada corredor para ir sacando el aire sobrante: "Lo hacemos así porque es más fácil sacar el aire que estar metiéndolo y ajustando".
Lamas se siente muy arropado junto a sus compañeros: "Nosotros somos cuatro mecánicos en el Tour y formamos un equipo perfecto". Todos ellos saben perfectamente qué lugar tienen que ocupar: "Nosotros somos importantes, pero no somos imprescindibles. Si yo no estuviera, otro haría mi trabajo. Nuestra función es ser un 10% o un 15% de las victorias y de los resultados. Nuestro trabajo no tiene que llamar la atención. Si lo hace es que hay problemas".
Por último, después de tantos años, Lamas ha aprendido a tener una visión global de las carreras y de sus propios compañeros de profesión. Especialmente de los mecánicos del coche neutro (generalmente de la marca de compuestos Shimano) por quienes rompe una lanza: "El trabajo del coche neutro es muy complicado. Sobre todo, hacerlo bien para todos. Ellos llevan seis bicis y tres suelen ser de los tres líderes de la carrera".
"Ellos son necesarios. Cambiar bicicletas con ellos es complicado, pero para un cambio de ruedas cuando no llega tu coche son muy útiles. Ellos, como nosotros, son mecánicos. Pero nosotros siempre trabajamos con la misma bicicleta y ellos no. Entonces lo que nosotros hacemos en 20 segundos ellos necesitan tardar un poco más".
Por último, Luis Lamas se despide presumiendo de palmarés y emocionándose con quien para él ha sido la estrella más grande que ha tenido entre sus filas: "Mi corredor preferido de siempre es una chica, es Joane Somarriba. Yo pude ganar el Tour de Francia con ella. Y tenemos una relación muy buena". Joane fue, nada más y nada menos, que tres veces ganadora del Tour de Francia, dos del Giro de Italia, bronce en el Mundial en Ruta y oro y plata en el Mundial de Contrarreloj.