La edición 105 del Giro de Italia tendrá una de las grandes partenzas más especiales de su historia. La carrera de tres semanas que recorre el país transalpino, y que pasará por Eslovenia, arrancará fuera de sus fronteras habituales con tres etapas en territorio húngaro. Comenzará desde Budapest y pasará por algunas de las ciudades más importantes del país como Visegrád, Kaspovár o Balatonfüred. Dos jornadas llanas para sprinters y una contrarreloj de 9,2 kilómetros para marcar las primeras diferencias. Tras el primer día de descanso, desde ahí dará el salto hasta Italia para la primera gran etapa de montaña con final en el mitico Etna y más de 3500 metros de desnivel acumulado. Tierra volcánica que ha sido testigo de grandes batallas como la protagonizada por Alberto Contador en el año 2011.
Después, dos jornadas con presumible llegada al sprint, no sin dificultades montañosas, para dar paso al primer gran encadenado de etapas duras. Primero, una prueba escarpada con hasta cuatro puertos de entidad y casi 4500 metros desnivel con final en Potenza. Paso a una 'mini clásica' con inicio y final en Nápoles repleta de colinas para dar entrada a la segunda gran etapa de montaña del Giro con final en el temido Blockhaus y casi 5000 metros de desnivel antes del segundo día de descanso.
El segundo gran bloque de la carrera está formado por una sucesión de etapas llanas con que posibles llegadas al sprint y jornadas escarpadas muy propicias para las fugas antes de llegar a una nueva gran prueba de montaña. Será la decimoquinta, con final en Cogne, tres puertos de entidad en menos de 180 kilómetros y más de 4000 metros de desnivel. Un final apoteósico antes del último día de descanso.
El último bloque del Giro 105 estará marcado principalmente por la montaña. Arranca con la que probablemente sea la etapa más dura de la carrera con más de 5400 metros de desnivel. Salida en Saló y final en Aprica con tres puertos de primera y el gran agitador del Mortirolo justo en su ecuador. Al día siguiente no habrá descanso con otra etapa rompe-piernas entre Ponte di Legno y Lavarone por encima de los 3700 metros de desnivel. Después, última oportunidad para los sprinters que hayan conseguido llegar hasta aquí antes de la traca final.
Espectacular clásica entre Marano Lagunare y el escarpado Santuario di Castelmonte con más de 3200 metros de desnivel. La última etapa en línea tendrá de nuevo casi 4500 metros de desnivel con pasos por San Pellegrino, de primera categoría, el Pordoi, Cima Coppi con 2240 metros de altitud, y el espectacular final en la mítica Marmolada. La carrera terminará con una contrarreloj individual de 17 kilómetros por las calles de Verona y con un puerto de cuarta categoría en su fase media. Ahí será donde los Mikel Landa, Superman López, Richard Carapaz y compañía deberán jugarse una carrera que podría llegar en el aire hasta el final.