"Es una subida corta, pero muy dura". Sepp Kuss se preparaba y preparaba al resto el día antes de ascender el Pico Villuercas, la prueba del algodón. Empezó con fuga española, iniciada por Mikel Landa a 300 metros de meta, Van Eetvelt salió tras él y Roglic no dudó. Tiró con lo que le quedaba. Busca dar otro picotazo. Y lo dio en un final ajustado. Van Etvelt pasó de festejar a maldecir en dos segundos. Lo que tardó en ver que Roglic había cruzado un parpadeo antes. 

El exesquiador de fondo ganó al esprint en la cima de Villuercas, a más de 1.600 metros de altitud, al belga Lennert Van Eetvelt (Lotto Dstny) y al portugués Joao Almeida (UAE), que encabezaron el grupo donde estaban Enric Mas, Mikel Landa, Felix Gall y Riccitello.

Un duelo numeroso que no resistieron algunos del sector de favoritos. El mexicano Del Toro y Carlos Rodríguez perdieron 51 segundos, y el ecuatoriano Richard Carapaz el más perjudicado, 1.29 minutos. Un primer aviso de Roglic, que recuperó la sonrisa. No competía desde que se retiró en el Tour. En la cumbre extremeña firmó su etapa 13 en La Vuelta.

Y tomó el bastón de mando. Almeida le sigue a 8 segundos, Enric Mas, en clara evolución, a 32, Antonio Tiberi a 38, y dentro del top 10 Landa a 58. El defensor del título, el estadounidense Sepp Kuus se aleja a 1.14, y Rodríguez a 1.30.

Los 40 grados y los kilómetros terminaron con las atrevidas ilusiones del quinteto en fuga, pero a plazos. Tras coronar Miravete (3a, 8,4 km al 6,2) cedieron Bizkarra, Moniquet y Zana, mientras que Armirail y Castrillo vivieron sus momentos de gloria escapados hasta que sacaron bandera blanca a 5,1 km de meta, coincidiendo con el brutal tramo del 20 por ciento.

Los hombres de Roglic a habían despojado del maillot rojo a Van Aert, fulminado. Por delante, en el horizonte lejano, el Pico Villuercas, todo un primera de 14,6 km al 6,2 de media, pero con tramos del 20. Un examen para despejar muchas incógnitas, donde se coronó el francés Bardet en 2021. Carretera estrecha, otro escenario. UAE atacó con Sivakov, y Roglic apareció en primera persona, marcando el ritmo y eligiendo rivales.

El triple ganador de la Vuelta hizo la selección, a la que se apuntó un ambicioso "y nuevo" Enric Mas, peleando siempre entre los mejores. Aguantaron el tirón del esloveno Van Eetvelt y el asustríaco Gall, y luego se uniron Almeida y Landa. El alavés, que llegó de un segundo grupo, incluso se permitió el lujo de atacar cerca de meta, pero las fuerzas no respondieron. Con el grupo elegido el primero en atacar a 600 de meta fue Gall, pero no se despegó.

Roglic estaba ante una llegada de esas hechas a la medida. Ajustada al mejor corredor de la historia de la Vuelta. Y Roglic, frío y calculador, a pesar del calor, atacó a escasos metros de la meta, justo para frenar el ímpetu de Van Eetvelt, la revelación, y para volver a la gloria de lucir la camiseta rojo. Fue la victoria 85 para el esloveno, la quinta de la temporada, después de la últimas del Dauphiné, antes de entrar en fase de desgracias.