Recién llegado a Milán, en 1987, Arrigo Sacchi convenció a Berlusconi de la necesidad de fichar a Ancelotti con un argumento sin matices ni aristas: “El fútbol nace en la cabeza, no en el cuerpo. Miguel Ángel decía que pintaba con la mente, no con sus manos. Por eso requiero a jugadores inteligentes”. A través de aquella idea, el técnico construyó la mejor escuadra de la historia de Italia: ganó dos Copas de Europa consecutivas y dos Intercontinentales, entre otros muchos títulos.
Dos décadas después, Guardiola subía a Busquets del filial para que organizara desde la raíz el fútbol del mejor Barcelona de todos los tiempos. Y el año pasado, en Múnich, volvía a hacer lo propio fichando para su Bayern a Xabi Alonso: “Necesitábamos a un jugador con su inteligencia. Sé que tiene 32 años, pero en el fútbol, cuando uno juega de mediocentro, la cabeza es más importante que las piernas”. Y aunque los resultados poco tienen que ver con los de aquel Milan de Sacchi, lo cierto es que sin él parece complicado que el conjunto bávaro mantuviera su nivel la pasada temporada.
Hace unos días, Simeone, siguiendo la línea de los dos anteriores, repitió palabras y alabanzas destinadas a Tiago Mendes, que a sus 34 años sigue siendo junto a Gabi el único capaz de organizar y construir el juego del Atlético de Madrid: “Posiblemente es de los mejores mediocampistas que he tenido. Es el cerebro del equipo. Interpreta lo que necesitamos y eso se gana con la edad. No se pueden comprar dos Tiagos”.
Fijo a sus 34 años
Este domingo, contra el Madrid, el portugués volverá a ser titular. Una vez más. Porque esta temporada lo ha jugado prácticamente todo (ocho partidos). Él, a sus 34 años, es el centrocampista sobre el que gira el juego del conjunto del Cholo Simeone. Y, obviamente, su contribución contra el eterno rival se antoja fundamental. Con la ausencia de Koke, que no ha conseguido recuperarse a tiempo de su lesión en el bíceps, toda la responsabilidad es para el portugués. No sólo por su talento para mantener el control de la pelota, sino también porque es capaz de ayudar en defensa y salir al contraataque.
Su contribución es tan importante como imprescindible. Hasta la fecha, es el único capaz de sacar la pelota desde abajo y conectar con el ataque, como acreditan sus dos asistencias esta temporada. Porque sí, sin posesión, también él es fundamental, como bien confirmó el Cholo en la rueda de prensa previa al derbi: “Necesitamos mantener el balance y el equilibrio los 90 minutos. Cuando tengamos la pelota es para ser contundentes, verticales y aprovecharla de la mejor manera posible”. Y, en ese sentido, su papel es fundamental si Óliver no es capaz de dar el salto de calidad que se le pide en el Atlético de Madrid y, sobre todo, ante la ausencia de efectivos (Kranevitter, único fichaje para la medular, se incorporará en invierno).
Bale y Ramos, de vuelta
Justo en el peor momento del Atleti, cuando viene de perder contra Villarreal y Benfica de forma consecutiva, el Real Madrid recupera efectivos de cara al derbi. Rafa Benítez confirmó en rueda de prensa que Bale y Ramos estarán en el Calderón. Y, sobre todo, con Ronaldo en un gran momento de forma tras recibir los mimos de todo el club después de superar el récord de Raúl como máximo goleador de la entidad (324).
Los que no llegarán para reclamar el honor perdido la temporada pasada (4-0) en el Calderón serán James, Danilo y Pepe. Eso sí, el técnico madrileño sabe que la victoria pasa por olvidar el pasado reciente y no obsesionarse con la ‘vendetta’ que piden los aficionados: “Vencer significa dar un golpe al Atlético y meter mucha presión al Barcelona. No necesitamos decírselo más a los jugadores, lo saben”. O lo que es lo mismo: a buen entendedor pocas palabras bastan.