MasterCard, Visa y Coca-Cola. Los tres grandes patrocinadores de la FIFA han pedido su cabeza. Thomas de Maizière, ministro de deportes alemán, ha exigido que el problema del máximo organismo del fútbol mundial se soluciones de inmediato. Hay incluso quien, como el periódico francés L'Equipe, ha puesto nombre y cara a quien debería ser el presidente interino. Peticiones oídas por la Comisión de Ética de la FIFA que este miércoles ha decidido, según Sky News, suspender a Joseph Blatter durante 90 días.
Los tres meses que el suizo permanecerá alejado del sillón presidencial es el tiempo máximo que la Comisión Ética podía apartarle del cargo. Una decisión ligada directamente a la investigación que la Fiscalía suiza está desarrollando contra el presidente del máximo organismo del fútbol mundial, al que acusa de aceptar sobornos y comisiones ilegales.
Acusaciones de las que Blatter se defendía este mismo miércoles en la revista alemana de fútbol femenino 'Bunte'. "Se me ha condenado de antemano, sin que existan pruebas contra mi de algún tipo de proceder incorrecto", afirmaba al tiempo que proclama su inocencia a los cuatro vientos. También insistía en su intención de seguir hasta el final y no dejar el cargo "definitivamente" el próximo 26 de febrero de 2016, justo cuando comienza el proceso para elegir a su sucesor en un congreso extraordinario de la FIFA, "pero ni un día antes", lo que ahora mismo está en entredicho.
El escándalo de Blatter llega cinco meses después de que el pasado 27 de mayo varios altos cargos de la FIFA fueran detenido a pedido de la justicia estadounidense, que les acusa de organización mafiosa, fraude masivo y blanqueo de capitales. Detenciones que mancharon la reelección del propio Blatter como presidente en Ginebra y que llevaron al suizo convocar un congreso extraordinario para elegir a su sucesor.
Precisamente el candidato número uno para tomar el relevo, el francés Michel Platini, tampoco está libre de sospechas. Pese a mantener el apoyo de las federaciones de Inglaterra, Francia y otros muchos países, el considerado como salvador de la FIFA se ha visto salpicado por el cobro, en 2011, de 2 millones de dólares de la FIFA por unos trabajos de consultoría realizados entre 1999 y 2002. Un cobro que el propio Platini reconoce pero para el que no tiene justificación legal alguna.