Lionel Messi odia la suplencia. Pero probablemente nunca imaginó que acabaría sentado en un banquillo diferente al de un estadio: el de los acusados. El trance personal más complicado de su carrera.
Messi y su padre Jorge Messi serán juzgados por tres delitos contra la Hacienda pública, según el auto de apertura de juicio oral dictado este jueves por el juzgado de primera instancia de Gavá, en Barcelona.
A pesar de que la Fiscalía exculpó a la estrella del Barcelona y pidió juzgar únicamente a su padre, la Abogacía del Estado ha mantenido su escrito de acusación. Y Messi será finalmente juzgado. La Abogacía pide 22 meses de cárcel (7meses y 15 días por cada uno de los tres delitos) para Messi y Jorge Messi.
El caso Messi comenzó en 2013. Según la querella original de la Fiscalía de delitos económicos, Messi y su padre ocultaron ingresos por derechos de imagen superiores a los 4 millones de euros en sus declaraciones de impuestos de 2007, 2008 y 2009. Y dijo que la familia Messi simuló la cesión de los derechos de imagen del jugador argentino a sociedades puramente instrumentales.
Dichas sociedades, radicadas en países como Belice y Uruguay, formalizaban después contratos de licencia o prestación de servicios a otras sociedades instrumentales en países de conveniencia, como Reino Unido y Suiza, con la finalidad de ocultar que el único beneficiario de los ingresos era el futbolista.
Messi y su padre entregaron 5 millones de euros dos meses después de la querella. El objetivo era satisfacer las obligaciones tributarias de los tres ejercicios. Pero el proceso judicial siguió su curso. En sus declaraciones ante el juzgado, Messi se desmarcó de la gestión de sus contratos y dijo que no había dedicado "un solo minuto de su vida" a analizar las estructuras societarias domiciliadas en paraísos fiscales.