La entidad que gobierna el fútbol mundial es hoy un castillo de naipes con un ventilador gigantesco instalado en el centro. Joseph Blatter, su presidente suspendido, no va a caer en solitario, y no pasa un solo día sin que algún alto cargo de la FIFA sea inhabilitado por el nuevo Comité de Ética o aparezcan indicios sólidos de sobornos millonarios destinados a asegurar la adjudicación de tal o cual campeonato. Nada es igual desde el pasado 27 de mayo, cuando una investigación del FBI terminó con el arresto de 7 dirigentes americanos de la organización en Zurich. Retirado definitivamente el velo protector que cubría a una organización impenetrable e inmensamente poderosa, ya es evidente que la corrupción institucionalizada no era un asunto exclusivamente asiático o sudamericano. Este viernes la respetada revista Der Spiegel publicó que el comité organizador del Mundial Alemania 2006 tuvo una “caja negra” para la presunta compra de votos en el proceso de adjudicación del torneo.
La Federación Alemana de Fútbol (DFB) se negó a comentar la información publicada, pero reconoció también el viernes que investiga un pago de 6,7 millones de euros realizado por el Comité Organizador del Mundial 2006 a la FIFA “que no se habría usado de acuerdo a lo previsto”, un vago “programa cultural” del ente rector del fútbol. La federación admitió “impurezas” pero aseguró, sin embargo, que no ha encontrado señales de irregularidades ni compra de votos de delegados en la adjudicación de un campeonato cuyo beneficio económico total se estimó en 1.500 millones de euros.
Robert Louis Dreyfus
De acuerdo con Der Spiegel, el entonces presidente de Adidas, el francés Robert Louis Dreyfus, puso a disposición de la candidatura 10,3 millones de francos suizos (unos 6,7 millones de euros) meses antes de que se adjudicase el campeonato a Alemania, en julio de 2000. No quedó constancia alguna de la donación, que fue extrañamente reclamada por el propio Dreyfus (ya retirado de Adidas) a comienzos de 2005, un año y medio antes de la celebración del evento. El mítico ex futbolista Franz Beckenbauer, que presidía el comité organizador del Mundial, conocía la transacción, al igual que el actual presidente de la federación alemana, Wolfgang Niersbach. Louis-Dreyfus falleció en 2009. El semanario alemán afirma que la 'caja negra' sirvió para comprar los votos de los cuatro delegados asiáticos del comité ejecutivo de la FIFA, que acabaron apoyando decisivamente a Alemania como sede del Mundial. Los sobornos eran una costumbre. Por ejemplo, el que fuera presidente del Comité Organizador del Mundial Sudáfrica 2010, Danny Jordaan, ha reconocido que el organismo pagó en 2008 diez millones de dólares a la FIFA.
Según la DFB, la investigación en torno a ese pago está aún en curso y no hay “conclusiones definitivas”; el organismo no descarta incluso solicitar la restitución del dinero. La FIFA, por su parte, habló de “acusaciones muy serias” que serán “examinadas dentro de la investigación interna independiente actualmente en curso”.
Blatter: "un pacto entre caballeros"
En paralelo, Joseph Blatter, inhabilitado por 90 días, confirmó también este viernes que el polémico pago de 1,8 millones de euros hecho a favor de Michel Platini (presidente de la UEFA, también suspendido) en 2011 estaba relacionado con un contrato verbal, "un pacto entre caballeros". La falta de un documento escrito que pruebe el trabajo presuntamente realizado por Platini en 2001 (el pago se completó una década después) podría hacer que destacadas federaciones europeas retiraran su apoyo al francés en su carrera electoral hacia la presidencia de la FIFA, que se decidirá en febrero. Los patrocinadores de la organización esperan en vilo un cambio en la dirección del ente para tomar una postura definitiva ante una marca crecientemente dañada. Coca-Cola y McDonald's, por ejemplo, ya pidieron la renuncia de Blatter en junio.
Las revelaciones conocidas ayer afectan al Gobierno alemán, que desde los escándalos de mayo adoptó una postura activa en contra de 'Sepp' Blatter y a favor de la regeneración del fútbol internacional. Su ministro de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, afirmó recientemente: “El veneno de la corrupción ha invadido la política y el deporte, que se ha contaminado. Hay que limpiar las cañerías de la FIFA”.