Con una temperatura sobre 0 en Bielorrusia, lo que ya es noticia en sí misma, empezó un BATE-FC Barcelona de Champions que pasó sin pena ni gloria ante las retinas de los allí presentes. El Borisov Arena se llenó para ver a futbolistas de otra galaxia, jugadores que no pasan por allí más de una vez al año. El equipo azulgrana, que contaba con las bajas de Messi e Iniesta, cumplió con las expectativas y se llevó los tres puntos en un encuentro que fue más difícil de abrir de lo que se presuponía pese a tener el partido controlado en todo momento.
El encuentro comenzó con un Barcelona incisivo en el ataque, con más de media docena de ocasiones que no consiguió materializar. Mientras sonaban los goles de Chicharito con el Leverkusen por la radio, Sergi Roberto pedía el cambio por lesión en el minuto 18. Con la entrada de Rakitic, a la postre crucial para su equipo, el Barça incrementó su posesión en el campo contrario, creando aún más peligro en el área rival. El Barça se volcó en ataque con las genialidades de Neymar y Suárez como alicientes en la ofensiva, pero dejó varios contraataques al BATE que no fueron muy allá. Cuatro tarjetas señaló el colegiado antes del descanso, condicionando el juego rápido que se estaba viendo hasta ese momento. Bajo un empate a cero que no hacía justicia a lo allí visto se llegó al descanso.
La llegada precipitada de Rakitic al encuentro terminaría siendo decisiva: en el tercer minuto de la segunda parte el jugador croata perforó la red bielorrusa, adelantando finalmente al Barça. Con un golpe seco desde la frontal del área grande, el Barça finalmente se adelantó en el marcador. Al ponerse por delante en el partido, el BATE tuvo que suplir sus carencias técnicas con contragolpes tácticos que fueron incapaces de concretar. Mientras Luis Enrique movía el banquillo para dar minutos a sus jugadores menos habituales, el BATE hacía lo propio buscando una ofensiva imposible. El conjunto azulgrana ya tenía el partido bajo control y no dio hueco a la sorpresa.
El partido se apagó lentamente con un Barça que buscó un 0-3 que nunca llegó. Pasaban los minutos y los blaugranas se frotaba las manos: los rivales de grupo, Roma y Bayer Leverkusen, empataban a cuatro. Victoria por 0-2 señalaba el luminoso con el silbido final. El Barcelona afianza su liderato de grupo con tres puntos que volaron camino al Camp Nou, que ya espera al Eibar el próximo domingo. Mientras recupera efectivos, el Barcelona no titubea en Champions.