Usted, ávido de curiosidad al leer el titular, esperará encontrar de aquí en adelante un ‘sí’ o un ‘no’ rotundo sobre estas líneas. Quizás, incluso, lo siga aguardando hasta el final de este texto. Sin embargo, no será así –avisado queda–. La realidad, a menudo basta en matices, suele ser menos dual que la Liga española. En Alemania, por ejemplo, tiende al monopolio, con el Bayern, una vez más, comandando la clasificación y firmando el mejor arranque de la historia de la Bundesliga (10 victorias en 10 partidos). Pero bien, ¿ha influido Guardiola en el fútbol teutón? Obviamente, como cualquier técnico, ha introducido conceptos y extirpado paradigmas, pero no ha revolucionado nada. “Aunque me lo parecía así en algunos momentos, no llegó como un marciano y lo cambió todo”, reconoce André Schön, alemán, seguidor del Bayern y escritor de ‘Franz, Jürgen, Pep’ junto a Axel Torres.
Su desembarco en Múnich, acaecido en un alemán irregular en junio de 2013, se produjo bajo el mismo estilo coral de toque que patentó su Barcelona. “Entiendo que en Alemania, tradicionalmente, se ha jugado a otra cosa, pero el Bayern me ha fichado a mí”, advirtió en su primer curso. Y como tal, actuó. Guardiola mandó construir una cortina en el campo de entrenamiento de la ciudad deportiva de Säbener Strasse y cerró las puertas al público –sólo hay una sesión libre, después de los partidos–, cuando anteriormente no era así; anunció que no daría ninguna entrevista personal, como era habitual; y se puso a currar, como cualquier hijo de vecino. Es decir, no engañó a nadie. Simplemente, copió los métodos que ya habían demostrado ser efectivos durante su estancia en el Camp Nou, con los consiguientes resultados: 14 títulos en cuatro años.
En el Allianz Arena gustó su fútbol desde el arranque, propulsado por las cuatro copas levantadas en su primera temporada (Mundialito de Clubes, Supercopa de Europa, Copa y Bundesliga), pero ese efecto de los primeros días menguó con las derrotas en semifinales ante Real Madrid y Barcelona en las dos últimas ediciones de la Champions.
Sin embargo, calibrar su huella en este período de tiempo requiere de un análisis más exhaustivo. “Guardiola ha hecho que el Bayern goce de una flexibilidad táctica que antes no tenía, con jugadores cambiando de posición y diferentes sistemas que se acoplan al rival”, explica Tobias Altschäffl, periodista de Sport Bild, en una charla con EL ESPAÑOL. Y André apoya su tesis: “No se había visto algo así en el fútbol alemán en la vida”. Dicho esto: ¿Qué cambios concretos ha hecho Pep? Primero, obviamente, toca empezar por la base; es decir, por el Bayern…
Infinidad de sistemas en tres temporadas
Si usted es periodista, por poner un supuesto, y el director de su periódico le manda un mes a trabajar a Internacional, otro a Deportes y el siguiente a Economía, pueden suceder dos cosas: o se vuelve loco o el aprendizaje que conlleva el cambio le motiva para seguir progresando. Este ejemplo, simple y llano, sirve para entender lo que ha ocurrido en el Bayern desde la llegada de Guardiola, en dos sentidos: “Sus futbolistas se han adaptado a los sistemas y él ha cambiado los esquemas en función de los rivales”, como explica Álex Gálvez, jugador del Werder Bremen.
El técnico español ha ido moldeando jugadores y esquemas en función de diferentes variables. Lahm, bajo su mandato, ha sido interior, mediocentro y lateral; Xabi Alonso ha formado en defensa y en la medular; Alaba, polivalente y polifacético, se ha acoplado a cualquier posición menos a la de delantero; y Neuer, quizás el caso más paradigmático, ha alternado su labor en la portería con la de ‘líbero’. En palabras de Martí Perarnau, autor de ‘Herr Pep’: “Los jugadores poseen hoy un catálogo muy amplio de módulos y un conocimiento exhaustivo de cada uno de los esquemas, con lo que fácilmente cambian de uno a otro de forma instantánea, pero siempre conservando el eje troncal, el juego de posición”.
Guardiola ha alternado el 4-3-3 que tanto le dio en el Barcelona con la defensa de tres, el ya clásico falso ‘9’, el posicionamiento de los extremos como interiores o la aparición de los laterales como centrocampistas –además de otros muchos dibujos–. “Si algo está claro es que ahora en Alemania se habla más de táctica en las ruedas de prensa que antes”, confiesa Julien Wolff, redactor de Die Welt. ¿Entonces, ha influido el técnico español en el Bayern? Responde Javi Martínez en conversación con este medio: “El estilo ha cambiado. Con Heynckes éramos más directos, jugábamos más al contraataque; con Pep todas las jugadas tienen 10 ó 15 toques antes de llegar a portería”.
Aumento de los ingresos
Su influencia, probada y corroborada en el Bayern, ha sido el acicate del campeonato teutón, que, aprovechando el triplete de Heynckes, ha ido creciendo exponencialmente desde entonces, generando 2.300 millones de euros en la temporada 2014/15 (un 13% más que en la 2012/13) y consolidándose como la segunda competición de Europa que más beneficios obtiene, con un crecimiento del 50% de los ingresos por los derechos de retransmisión a nivel internacional de la Bundesliga 1 y 2, según un estudio publicado por Deloitte. Un incremento que, entre otras muchas razones (estadios llenos, la aparición de un Dortmund fuerte…), se debe también a la llegada de Guardiola, que se ha convertido en la imagen internacional a exportar de la competición.
Eso en lo relativo al marketing; en lo futbolístico, Guardiola ha ganado las dos últimas ediciones de la Bundesliga y va camino de proclamarse campeón de la tercera. Sin embargo, en la “liga del contragolpe”, como la bautizó el propio Pep, su estela no se ha transmitido con tanta rapidez. “Yo creo que ha influido en el Bayern, pero no en la Bundesliga en su conjunto. Los equipos siguen teniendo su propio estilo. Si bien es cierto que hay casos puntuales, como el de Tuchel, técnico del Borussia Dortmund, reconocido fan de Guardiola y de su Barcelona, que juega más al toque que Jürgen Klopp. O, por ejemplo, Lucien Favre, ex entrenador del Gladbach, declarado seguidor del juego propuesto por Cruyff”, explica Isaac Lluch, corresponsal del diario ‘Ara’ en Múnich desde que llegó Pep.
El tercer escalón: la selección alemana
Un niño pequeño lo tendría claro: si España se proclamó campeona del mundo con una mayoría de jugadores de su Barça y Alemania hizo lo propio con los de su Bayern, siguiendo la lógica, algo tendrá que ver Guardiola en todo ello. ¿Es así? No del todo. Y no, sobre todo, cuando se habla de la posesión, falso mito que la realidad se encarga de desmitificar por sí sola. ¿La prueba? Tomando como referencia el Mundial de 2006 (51’4% de media), es cierto que Alemania ha apostado algo más por el control, pero sin que los datos sean concluyentes: Eurocopa de 2008 (48’6%), Mundial de 2010 (51’1%), Eurocopa de 2012 (56’2%) y Mundial de Brasil 2014 (56’7%). Y, en cualquiera de los casos, la evolución es progresiva, sin que exista una relación directa entre lo hecho por Guardiola en su primer año y el juego propuesto por los germanos.
Eso en cuanto a la posesión; en lo táctico, su papel sí ha tenido relevancia en tres aspectos principales, según analiza Martí Perarnau: “El papel de líbero de Neuer, que ya gustaba de jugar fuera del área antes de Pep, pero que con él se ha multiplicado; el rol de Lahm como eje del juego, sin que importe demasiado si está en el centro o en la banda (y en el Mundial fue el organizador alemán desde el lateral); y la consolidación de Kroos como segundo peldaño en la fase de construcción del juego, retrasando su tradicional posición como mediapunta. Pero en el resto de aspectos del juego de la Mannschaft, el mérito fue exclusivo de Joachim Löw”.
Analizada la Mannschaft y la Bundesliga, toca regresar al principio; es decir, a Múnich. Y hay que hacerlo para desterrar lo que, pasados dos años desde su llegada, es la opinión más generalizada sobre su influencia, esa que dice que Guardiola ha destruido la ‘identidad’ del conjunto bávaro fichando demasiados jugadores de habla hispana. ¿Es cierto? De nuevo, la realidad desmiente la tesis: el Bayern de Heynckes ganó el triplete con los mismos alemanes que hay actualmente en la plantilla (13) y Ottmar Hitzfeld se hizo con la Champions en la temporada 2000/01 con tan solo cuatro en la final. ¿Esperaban un ‘sí’ o un ‘no’? Pues se equivocaron. Ya se avisó: la realidad entiende bastante poco de extremos.