Mourinho y el tercer año
Tras caer en la Copa de la Liga y ocupar el decimoquinto lugar en la tabla, el entrenador se enfrenta al peor momento de su carrera.
29 octubre, 2015 01:05Noticias relacionadas
Desde que el Chelsea se proclamase campeón de la Premier League a principios de mayo, el conjunto Blue ha ido sufriendo una caída en juego y resultados progresiva a la par que alarmante. El conjunto de Stamford Bridge se encuentra en una situación totalmente extraña e insólita en su era moderna: decimoquintos en liga con 11 puntos, y sólo 15 goles anotados por 19 encajados. El paradero es similar en Europa, donde están terceros de grupo en Champions League por detrás de Oporto y Dinamo de Kiev con únicamente una victoria frente al Maccabi de Tel Aviv. Llegados a estas alturas muchos ponen en duda no sólo al entrenador, sino también al proyecto y a los jugadores. Para entender el devenir del equipo de Mourinho analizamos como se ha llegado hasta aquí.
TEMPORADA 2015/2016
En el periodo estival el equipo de Mourinho no se reforzó con jugadores de renombre. Después de alzar el trofeo liguero del año anterior, siendo líder de la competición desde la primera jornada a la última, el conjunto Blue o no vio la necesidad de fichar o no pudo contratar lo que se quiso a priori. Durante el verano el Chelsea se hizo con los servicios de Baba, Begovic, Nathan, Kennedy, y cerró la cesión de Falcao procedente del Mónaco. Muy al final del verano y con el Community Shield ya perdido ante el Arsenal, el equipo londinense adquirió al delantero del Barça Pedrito por 30 millones de euros. Quizás con Pedro como excepción, los refuerzos no han dado el resultado que se esperaba. Con una defensa envejecida, los Blues intentaron firmar a un central hasta final del verano que nunca llegó.
Los problemas empezaron el 8 de agosto ante el Swansea. Ante una posible lesión del delantero Hazard, la doctora del equipo Eva Carneiro y el fisioterapeuta Jon Fearn entraron en el terreno de juego, acción que Mourinho acabaría recriminando a ambos públicamente por ir en “detrimento del equipo”. Semanas más tarde terminarían abandonando el club. Unos días después, el Manchester City apabulló al Chelsea 3-0, iniciando así una cadena de mal juego y resultados que continúan hasta la fecha actual; el club ha perdido en sólo unos meses ante el Everton, Crystal Palace, Southampton, West Ham, Oporto y el ya citado Manchester City. Tras la derrota ante el West Ham, los analistas y comentaristas ingleses empezaron a debatir sobre si los jugadores estaban intentando echar a Mourinho debido al pobre rendimiento del equipo en el partido.
Esta semana ha empezado la Capital One Cup, o lo que es lo mismo, la Copa de la Liga, de la que el Chelsea es el vigente campeón. En el partido estrella de los octavos de final, el Stoke City dio una de las sorpresas venciendo al Chelsea en los penaltis y apeando al equipo de Mourinho de la competición. Tras la estrepitosa derrota, el sonido de boicot al propio entrenador por parte de los jugadores incrementó hasta darse eco en la prensa internacional.
ANÁLISIS: EL TERCER AÑO
Durante años, muchos analistas han evaluado el rendimiento de un equipo en base a sus goles o puntos conseguidos. El número de goles no son un indicador real de cómo juega un conjunto. ¿Cuántas veces has visto a tu equipo dominar todo un partido para terminar perdiendo contra un rival que ha defendido todo el encuentro?
Para evaluar la efectividad de un conjunto analizamos la conversión de oportunidades: los goles transformados por disparo realizado. De la misma manera evaluamos la defensa: goles encajados por tiros en contra. La diferencia entre estos dos coeficientes proporciona el ratio de la conversión goleadora por ocasiones recibidas, lo cual disminuye el factor de suerte innato que hay en el fútbol de manera significativa. Por ejemplo, el Leicester City que ahora mismo se encuentra en puestos europeos, tiene un coeficiente cercano a 0 (0.013), demostrando que han sido más que afortunados a la hora de conseguir puntos (114 disparos a favor por 134 en contra, y 16 goles a favor –excluyendo penaltis- por 17 encajados).
Usando lo previamente explicado como razonamiento, llegamos a una de las leyendas sobre Mourinho como entrenador: su segundo año como entrenador es el mejor para sus equipos. Desbancada la idea de que los equipos no florecían tras su marcha, pues el Real Madrid ganó la Copa de Europa un año después de su salida del club blanco, esta premisa, contada por Mourinho varias veces, es cierta. En los últimos años el entrenador portugués solo ha entrenado durante tres temporadas a dos clubs, al actual Chelsea al Real Madrid. Después de despuntar en Oporto e Inter marchó a tierras más prosperas.
Con el Real Madrid, el entrenador luso consiguió la famosa Liga de los récords, aumentando la efectividad del equipo en su segundo año en la casa blanca.
Tras una tercera temporada en la que el Real Madrid no alzó ningún trofeo, Mourinho abandonó el club de Concha Espina para recalar en el Chelsea, equipo al que ya entrenó varios años antes. Y como ya sabemos, hubo un ascenso en su segundo año, para ahora, caer en el tercero.
El ratio que ostenta el Chelsea es históricamente bajo para un equipo entrenado por Mourinho. Eximir al entrenador de responsabilidad ante la situación actual sería un error, pues es él el máximo responsable de lo que el equipo hace semana a semana. Pero lo cierto es que ni el equipo se asemeja al entrenador y ni el entrenador al equipo. El legendario jugador de baloncesto Larry Bird dijo que un jugador no puede tener al mismo técnico más de tres temporadas. “Creo firmemente que los entrenadores deben moverse cada tres años si quieren ser efectivos. Los atletas se cansan de escuchar la misma voz año tras año.” Veremos como acaba la ya maldita tercera temporada de Mourinho.