“No puede haber una organización más corrupta y deplorable sobre la Tierra que la FIFA. El castillo de naipes se está cayendo. Tiempo para el cambio”. Gary Lineker, ex delantero inglés, tuiteaba en mayo sobre las siete detenciones de entre los nueve acusados llevadas a cabo por el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
El que fuera jugador del Barcelona acertó en su vaticinio sobre la corrupción del organismo rector del fútbol mundial. “Ratas”, llegó a llamar Romario, senador brasileño tras su carrera como jugador. Ahora, meses después, seis de los ocho vicepresidentes de su Comité Ejecutivo están sancionados o bajo sospecha. Uno de ellos, Shaikh Salman bin Ebrahim Al Khalifa, acusado incluso de crímenes contra la humanidad. Otro de los vicepresidentes, Issa Hayatou, presidente interino por la sanción a Joseph Blatter, también fue acusado de corrupción en 2010.
Ellos son la cúpula de la asociación que dirige el fútbol mundial, al menos hasta febrero. Cuatro de los 16 miembros restantes del comité también sufren problemas judiciales. Wolfgang Niersbach dimitió el mes pasado de su cargo como presidente de la Federación Alemana de Futbol, acusado de haber evadido impuestos y sobornar para adjudicarse la sede para el Mundial de 2016.
Vitali Mutkó es otro de los directivos. El ministro de Deporte ruso desde 2008 ha sido acusado en la trama de dopaje que ha acabado con la expulsión de su país en los próximos Juegos Olímpicos. Los otros dos miembros que ensombrecen la imagen de la FIFA son una parte de los 16 acusados el pasado jueves por parte de la Justicia de Estados Unidos.
Luis Bedoya, ex presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, se ha declarado culpable de los cargos de fraude de transferencia bancaria y conspiración de soborno. Marco Polo del Nero, presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol, ha pedido licencia para defenderse. El sustituto de José Maria Marin, también arrestado, renunció a su cargo en el Comité Ejecutivo de la FIFA a finales de noviembre y ya estaba siendo investigado en Brasil.
Ellos son sólo miembros, pero el verdadero problema viene de más arriba. Son los vicepresidentes, los que más poder e influencia tenían en las decisiones, sobre los que más sospechas y desconfianza hay.
Sólo dos vicepresidentes limpios de sospecha
En la madrugada del miércoles al jueves fueron detenidos Alfredo Hawit, presidente de la Confederación Centroamericana de Fútbol y Juan Ángel Napout, que dirige la Confederación Sudamericana de Fútbol. “Los responsables de la FIFA son sospechosos de haber aceptado dinero a cambio de vender los derechos de 'marketing' relacionados con la difusión de campeonatos en América Latina y con partidos de clasificación para el Mundial", contaba el comunicado de la Justicia estadounidense.
Ellos dos han sido los últimos en sumarse a la lista de vicepresidentes vinculados con casos de delitos o corrupción. Es el caso de Michael Platini, aspirante al cargo de Presidente pero sancionado y apartado de la dirección de la UEFA. El francés está siendo investigado por cobros ilícitos en función de asesoramiento a la asociación directora del fútbol mundial. Los mismos cargos de los que se acusa a Blatter, que tuvo que renunciar a la presidencia de la FIFA.
Destacan otros dos vicepresidentes. Sheikh Salman Al-Khalifa opta a la presidencia de la FIFA. Es miembro de la familia real de Bahrein y presidente de la Confederación Asiática de Fútbol. Sobre él hay acusaciones por parte de la organización ‘Americanos por la Democracia y los Derechos Humanos en Bahrein’. Aseguran que "hay evidencias creíbles" de que el bahreiní perpetró crímenes contra la gumanidad. Según ellos en 2011 ayudó a la identificación de los deportistas manifestantes por la democracia, que como consecuencia fueron “detenidos y torturados" por su gobierno.
Otro de los vicepresidentes con especial relevancia es Issa Hayatou. El presidente interino de la FIFA, que se quedó dormido en mitad de la reunión del jueves para la reforma de la FIFA, también fue acusado de corrupción en 2010. El documental de la BBC, ‘Los secretos sucios de la FIFA’ afirmó que había aceptado sobornos en los años 90 para favorecer la adjudicación de contratos de derechos televisivos del Mundial. El camerunés alega que no hay pruebas, como defienden los autores del reportaje.
El que ostenta el cargo de vicepresidente primero, Ángel María Villar, a pesar de la sanción de 23.000 euros en noviembre considera “que se ha limpiado su nombre”. El Comité de Ética le puso también una advertencia tras haberse negado a declarar en principio en la investigación sobre las nominaciones de los Mundiales 2018 y 2022.
David Chung, empresario malayo, es uno de los dos vicepresidentes sobre los que no hay sospechas. Es el presidente de la Confederación de Fútbol de Oceanía. Además de él, David Gill, anunció que dejaría su cargo si Blatter era reelegido tras las detenciones a miembros de la FIFA en mayo. “Simplemente no veo cómo cambiará para bien el mundo del fútbol si el señor Blatter sigue en su puesto”, dijo entonces. Días más tarde, cuando Platini renunció, el británico reconsideró su postura.
El calendario de la FIFA
El 26 de febrero como punto de inflexión. En esa fecha la FIFA elegirá nuevo presidente, intentando dejar atrás todos los escándalos de corrupción que definen su historia reciente. Su última página hasta el momento la ha escrito el Departamento Justicia de Estados Unidos con la acusación por corrupción y soborno a 16 de sus dirigentes, dos de los cuales fueron detenidos. Crimen organizado, conspiración para lavar dinero y fraude electrónico son algunos de los 92 cargos presentados.
A mediados de diciembre, más de dos meses de antes del Comité Extraordinario, Platini comparecerá ante la Cámara de Juicios de la Comisión de Ética de la FIFA que decidirá sobre su sanción definitiva. La decisión que tome permitirá o no presentarse a presidir el organismo al actual máximo mandatario de la UEFA.
"No contentos con secuestrar el deporte más popular del mundo por décadas con ganancias ilícitas, estos acusados trataron de institucionalizar su corrupción para asegurarse de que podían vivir de ella, no por el bien del juego, sino para su propio engrandecimiento personal y el aumento de su riqueza", dijo la fiscal general de Estados Unidos, Loretta Lynch, sobre los acusados el pasado jueves.
Entre ellos destacan el expresidente de Honduras, Rafael Callejas, Ricardo Teixeira, presidente Confederación Brasileña de Fútbol desde 1989 hasta 2012, y presidentes de diferentes federaciones sudamericanas como la de Guatemala, Panamá y Ecuador. Muchas de ellas están viviendo continuos cambios en sus presidencias en los últimos tres años.
El castillo de naipes ha ido cayendo. Chuck Blazer, miembro del comité durante años, fue suspendido en julio. En septiembre le siguieron Jerome Valcke, colaborador de Blatter, y Jack Warner, antiguo vicepresidente. De los 24 miembros que formaban en 2010 el Comité Ejecutivo que concedió a Rusia y Qatar los mundiales de 2018 y 2022, 16 están sancionados o incluso expulsados. Apenas quedan directivos de los comités que no se vean implicados o bajo sospecha. Los casos sacados a la luz muestran que la FIFA gana por goleada en corrupción al resto de organismos del planeta.