Álvaro Vázquez (Badalona, 1991) se crió futbolísticamente en el Espanyol, fichó por el Getafe, se fue cedido al Swansea y ahora, de vuelta a Madrid, ha encontrado un hueco en el conjunto dirigido por Fran Escribá. Este sábado, con tres goles y tres asistencias este temporada, regresa al lugar donde debutó en Primera, un Bernabéu convulso tras la descalificación copera del Real Madrid. Pero antes de la batalla recibe a EL ESPAÑOL en el Coliseum Alfonso Pérez. Sin prisa, coloca bien la respuesta y acierta en el diagnóstico. Vamos, como lo hace en el campo.
Este sábado se enfrentan al Real Madrid. ¿Es el mejor momento para ir al Bernabéu?
Hasta antes del Clásico estaban muy bien y ahora parece que todo es una catástrofe, pero nada de nada. Hay que tener tranquilidad. Florentino salió tras el partido contra el Barcelona y dijo que confiaba en el entrenador y así tiene que ser. Al final, el equipo tiene que estar unido y debe superar las adversidades. Y lo van a hacer seguro. Eso sí, espero que sea después de enfrentarse a nosotros...
Parece que Ronaldo ni marca tantos goles como en otras épocas ni está en su mejor momento. ¿Es la edad?
No, eso es pasajero. Entre Cristiano y Messi nos han dejado en evidencia a todos los delanteros. Antes la Bota de Oro estaba entre 20 y 25 goles, y ahora hay que marcar 50. Ellos dos marcan las diferencias. Y da igual que no marque Cristiano porque luego hace cinco en un partido.
Benítez, además, también está cuestionado.
Yo creo que él ha entrenado a muy buenos clubes y, por tanto, lo veo capacitado para sacar esto adelante.
Usted que es delantero. ¿Cómo de difícil es marcar un gol?
En Primera es complicado, pero al final es un trabajo de equipo. No significa nada que yo envíe el balón a la red. Marcar un gol no es un trabajo individual, sino colectivo. Por eso nos abrazamos todos.
¿Y deja mejor sabor de boca marcarlo en el Bernabéu?
Sólo si vale tres puntos, sino da igual. Dicho esto, me hace mucha ilusión volver al Bernabéu porque mi debut en Primera división fue allí.
Usted que ha estado en varios vestuarios. ¿Destruye a un equipo los egos?
Son difíciles de gestionar en un vestuario, pero si se consigue, se pueden llevar magníficamente bien. Yo no puedo poner ejemplos porque en los vestuarios en los que he estado nos hemos llevado siempre bien.
¿Y quizás hay demasiados egos en el Madrid?
No lo sé porque no estoy en ese vestuario.
Hace nada aplaudían a Iniesta en el Bernabéu, algo bastante normal en Inglaterra. ¿Le gustaría que fuera más común en España?
Sí. Yo lo viví en Anfield, con Jonjo Shelvey, que había sido jugador del Liverpool y lo traspasaron al Swansea. Fuimos a jugar allí y marcó un golazo. Él no lo celebró y la afición se puso a corear su nombre. Eso es inviable en España. Yo creo que deberíamos respetar a los jugadores y aplaudirles más. No sólo a los contrarios, sino también a los propios.
Hablando ya de usted, ¿en qué momento le da por jugar al fútbol?
Empecé jugando en el equipo de un barrio problemático, en el CF Trajana, después pasé a un equipo formativo, el CF Damm, y de ahí a la cantera del Espanyol. Y a partir de ahí, pues ya fiché por el Getafe (estuvo un año cedido en el Swansea) y ahora de vuelta a Madrid. ¿Y cómo me hice futbolista? Pues la verdad que no lo pensé. Empecé a jugar y cuando me quise dar cuenta estaba en juveniles y creí que podría llegar a cierto nivel. Y así fue.
¿Echa de menos la vida en su ciudad (Badalona)?
En Getafe vivo muy bien. Es un lugar tranquilo y está cerca de la capital. Pero es verdad que al final como en casa no se está en ningún sitio. Aun así, tengo la suerte de que mi familia me haya acompañado.
¿Qué hubiera sido de no ser futbolista?
Me gusta el motor, pero no habría sido corredor profesional, mi madre no me hubiera dejado… [bromea] Quizá estaría trabajando con mi padre, que era carpintero.
¿Y quién es su ídolo?
Mi padre, porque es el que ha sacado la familia adelante, ha luchado por todos y nos ha defendido en todo momento. Y en el fútbol, además, siempre me ha apoyado y es el que más caña me ha metido. Y luego, también es importante porque lo he visto jugar desde pequeñito. Él no fue profesional, pero me enganchó al verlo de pequeño. Él fue defensa. Siempre me dice que me “faltan los cojones que él tenía”.
Tiene un tatuaje en el que pone “las verdaderas batallas se ganan en el interior”. ¿Por qué?
Creo que es lo que me define. Por como soy, me meto mucha presión a mí mismo y lo primero que hago cuando las cosas no salen bien es criticarme a mí mismo. A veces, me encierro en mi error, y con el tiempo he aprendido que lo primero que tienes que hacer para resolver cualquier problema es ganar tu interior. Si no ganas esa batalla, estás perdido.
¿Es el único tatuaje que se ha hecho?
No, hay alguno más. En el brazo, por ejemplo, tengo uno en el que pone “Sonría la vida”. Para mí es importante estar feliz y sonreír a la vida porque ésta siempre te devolverá la sonrisa.
Hablando de su experiencia en el extranjero. ¿Qué aprendió en el Swansea?
Muchas cosas. La vida allí era totalmente diferente. Por ejemplo, ellos se encierran en las casas a las 14:30 y a las 02:00 tienen todos los locales cerrados. El campo y el fútbol, además, son diferentes. Y los aficionados, más que aficionaos son fans.
¿Comió mucho Fish and Chips?
[Risas] No, me dijeron que tenía demasiado rebozado y no lo hice.
Allí no jugaría al baloncesto, pero en Badalona si lo hacía…
No soy un fanático, pero es verdad que vengo de una ciudad donde se respira mucho baloncesto y en el colegio jugaba mucho. Pero no era nada profesional. Aunque no se me daba mal. Tengo una buena derecha… [Risas].
Volviendo al fútbol. ¿Hay que ser valiente para dedicarse a esto?
Sí, porque necesitas tomar decisiones a determinadas edades a las que no estás acostumbrado. Por ejemplo, venirte a Madrid con 20 años. No todo el mundo lo haría.
Por último, ¿qué le hace feliz?
Llegar a casa y ver a mi familia.