Un resultado cuasi inédito tuvo lugar el domingo en Barcelona: una votación en la que estaba el futuro inmediato de Cataluña con 3030 votos en juego acabó en empate. 1515 a favor de investir a Artur Mas y 1515 en contra. La probabilidad de que esto ocurra es aproximadamente de 1,44% y está explicado a la perfección en el blog de Ricardo Galli, fundador de Menéame.
Pero más insólito todavía fue lo que aconteció en el Mundial de Sudáfrica con el Pulpo Paul, hace algo más de cinco años.
Este octópodo, un héroe contemporáneo, pronosticó sin error todos los resultados del combinado alemán en el Mundial de 2010. Tras cinco aciertos consecutivos, pronosticó que la selección de Del Bosque vencería al equipo teutón en semifinales del torneo y así fue. Además atinó el partido por el tercer y cuarto puesto y la deseada final ante Holanda. En total: el desenlace de ocho partidos consecutivos acertados.
El caso del célebre cefalópodo es distinto al de la CUP (probabilidad de una combinación), pero no por ello menos asombroso. El ejercicio de Paul consiste en lanzar una moneda al aire y que caiga por la misma cara en ocho ocasiones consecutivas. Matemáticamente la probabilidad de que esto ocurra es de 0,39% (0.5 elevado a 8).
Acertar ocho resultados consecutivos con precisión de cirujano es matemáticamente más improbable (0,39%) que el empate de ayer por la tarde (1,44%). Aprovechamos así este espacio en el Día de los Santos Inocentes para recordar a uno de los grandes de nuestro fútbol, un paladín de la predicción, y una estrella poco valorada en sus años de gloria.