Sergio Canales (Santander, Cantabria, 1991) tiene tan solo 24 años, pero parece que lleve toda la vida en esto del fútbol. Habla con seguridad, contundente y sin perder la pelota, como actúa en el campo. Sigue idolatrando a Zidane, como le corresponde a alguien de su edad, pero recuerda con cariño la primera camiseta que le regalaron, una de José Luis Zalazar, jugador del Racing. Gusta de ver películas y sueña con seguir aprendiendo. Nadie duda de su talento y está por divisar su techo. Al fin y al cabo, ya apuntaba maneras cuando fichó siendo un chaval por el Real Madrid, su rival de este miércoles (16:00 horas). Eso sí, antes se para a hablar con EL ESPAÑOL, pero sin perder la posesión, no sea que…
Llegan al Bernabéu quizá en el mejor momento, con un Madrid un poco verde…
Es que no es fácil. Al final, siempre se espera lo máximo de los grandes. Desde el primer momento todo el mundo tiene muchas expectativas puestas en ellos y cualquier error parece que es algo muy grave. Pero es mejor esperar a que finalice la temporada y ver cómo acaba. Hay que tener paciencia.
¿Cómo se gestiona un vestuario tan complicado como el del Madrid?
Es difícil porque dentro están los mejores jugadores del mundo. Pero esta temporada tienen un entrenador nuevo y todo el mundo debe intentar adaptarse tanto a los métodos como a su nueva forma de trabajar.
¿Sobran egos en el fútbol?
No lo sé, cada equipo es diferente. Pero un jugador tiene que tratar de ser humilde. Al final, un fin de semana estás en la cima y todos dicen que eres muy bueno; y otro te salen las cosas peor y eres muy malo. Tenemos que tener los pies en el suelo.
¿Es necesario que los entrenadores sean un poco psicólogos?
Sí, cada vez más. Es muy importante comprender cómo es cada uno de los jugadores y tratarlos de una forma u de otra según sus circunstancias.
Todo el mundo habla mal de Benítez. Dígame algo bueno de él.
No lo conozco, nunca he estado con él y, la verdad, es que desde fuera habla de él todo el mundo. La verdad, prefiero no hacerlo.
Cambiando de tema, tampoco está siendo una temporada normal para la Real Sociedad…
Ha sido muy complicada. No empezamos muy bien la Liga, luego ganamos dos partidos fuera de casa… Y nos está costando. Este mes de enero es muy importante para nosotros. Eusebio ha llegado hace poco y tiene otra forma de hacer las cosas. Jugamos más al toque, con más paciencia, y creo que eso nos viene bien. Estamos más cómodos y, aunque a veces no todo sale como queremos, las sensaciones son buenas y estamos más cerca de ganar.
¿Qué les ha pedido Eusebio?
Que nos adaptemos a lo que él quiere, porque es muy diferente a lo que proponía el antiguo entrenador. Creo que el equipo tiene ganas y somos jugadores que encajamos bien en su sistema. Por mi estilo de juego y por el de mis compañeros, pienso que nos encontramos más cómodos con el balón en los pies y desde que él llegó tenemos más posesión. Y yo, personalmente, toco más balones, y eso me da confianza para que las cosas salgan mejor. Podemos hacer una buena segunda vuelta.
¿Se queda con ese fútbol de toque antes que con el de contraataque?
En el fútbol actual está todo muy programado, se trabaja mucho la táctica, y es verdad que nosotros preferimos tener el balón y la posesión, pero hay partidos en los que hay que cambiar por el rival y, por supuesto, hay que saber jugar de otras maneras.
Usted ha jugado en el Bernabéu. ¿No da un poco de miedo?
Es un privilegio, porque es uno de los mejores estadios del mundo. Pero más que respeto, jugar en un sitio así te motiva. Y ya no sólo por el escenario, sino también por el rival. Sabes que juegas contra el Madrid y esos partidos son siempre complicados.
Hablando ya de usted... Ha pasado por el Racing, el Madrid, el Valencia y ahora la Real Sociedad. ¿Qué ha aprendido en todo este tiempo?
He aprendido a estar tranquilo y a pensar que cuando las cosas no te salen bien, pues tienes que levantarte al día siguiente, volver a trabajar, entrenar, mejorar y tener paciencia. Pero hacer un resumen de todo es complicado.
Le voy a decir cuatro frases de personas relacionadas con el fútbol que pueden ejemplificar lo que ha sido su trayectoria. Dígame lo que piensa. La primera es suya, el día que ficha por el Madrid: “Soy el más feliz del mundo”.
Todo fue un ‘boom’. De repente empecé a jugar en el Racing, marqué goles y todo iba muy bien. De alguna forma, durante ese tiempo, me hice futbolista. Y no me arrepiento de nada de lo que pasó.
La segunda frase es de Mourinho, su entrenador en el Real Madrid cuando llegó: “Dios tiene que ser un tío cojonundo, si no, no me hubiera dado tanto”.
Somos unos privilegiados por hacer lo que nos gusta y tenemos que disfrutarlo. De aquel año saco todo lo positivo y lo mucho que aprendí. De él, por ejemplo, su carácter. Era un entrenador que motivaba mucho y lo transmitía a los jugadores.
La tercera, de Javi Martínez, cuando no pudo jugar el pasado curso: “Llegué a soñar que le pegaba patadas al balón mientras estaba lesionado”.
La recuperación dura mucho tiempo. Yo estuve lesionado en el Valencia. Y es verdad que cuando te estás recuperando tienes muchas ganas de volver y a veces tienes ansiedad por hacerlo, aunque no sé si hasta ese punto. Ha sido sin duda lo más duro que me ha pasado en mi carrera. Al final, muchas veces, puedes jugar o no dependiendo del entrenador que tengas, pero eso depende de ti y puedes cambiarlo. Pero cuando estás lesionado lo único que puedes hacer es intentar recuperarte.
La cuarta frase es de Ronaldinho: “Aprendo hasta de los niños de la playa; el fútbol es algo infantil, me divierto como un niño”.
Bueno, recuerdo que mi primera vez con un balón fue cuando tenía tres años, en el pueblo. Mi padre me puso a chutar con el balón, y ahí es cuando empecé a jugar. Está claro que los niños son los que más disfrutan, y a nuestro nivel tenemos más presión. Me lo paso muy bien cuando ganamos, pero cuando perdemos es más complicado disfrutar.
Y la quinta, de Pep Guardiola: “Perdonaré que no acierten, pero jamás que no se esfuercen”.
Todo viene ligado: somos unos privilegiados, tenemos que disfrutar lo que hacemos, esforzarnos y hacer lo máximo. No tiene perdón no darlo todo en el campo.
Ya la última. He leído que le gusta mucho el cine. ¿Qué final le daría a la película de su vida?
Creo que no cambiaría nada. Me gusta mucho lo que hago y disfruto con ello. Simplemente, espero que todo vaya bien y me respeten las lesiones. Eso es lo más importante.